La presente obra está bajo una licencia de: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/de d.es_MXe Esto es un resumen fácilmente legible del: texto legal (de la licencia completa) En los casos que sea usada la presente obra, deben respetarse los términos especificados en esta licencia. Las nuevas entidades de información analizadas desde la perspectiva de la organización de la información Colección SISTEMATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN DOCUMENTAL CENTRO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIONES BIBLIOTECOLÓGICAS Las nuevas entidades de información analizadas desde la perspectiva de la organización de la información Ariel Alejandro Rodríguez García Universidad Nacional Autónoma de México México, 2010 Diseño de portada: Cristhopher Barrueta Álvarez Primera Edición 2010 DR © UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO CIUDAD UNIVERSITARIA, 04510, MÉXICO, D.F. IMPRESO Y HECHO EN MÉXICO ISBN 978-607-02-1420-2 Rodríguez García, Ariel Alejandro Las nuevas entidades de información analizadas desde la perspectiva de la organización de la información / Ariel Alejandro Rodríguez García. – México: UNAM, Cen- tro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, 2010. vii- 123 p. – (Sistematización de la Información Do- cumental) ISBN 978-607-02-1420-2 1. Organización de la información. 2. Entidades de in- formación. 3. Metadatos. 4. Catalogación descriptiva. Z666.5 R63 2010 V Contenido Introducción............................................................................. VII Las nuevas entidades de información..................................... 1 Explorando el universo de las entidades ............................. 1 ¿Cuándo nacen las nuevas entidades? .................................. 3 Entidades bibliográficas .................................................. 5 Entidades de información ............................................... 8 Las nuevas entidades de información................................... 10 Elementos para el análisis de las nuevas entidades....... 12 Algunas propiedades para elaborar una definición operacional ...................................................................... 18 Problemas con las nuevas entidades de información........... 21 Los formatos múltiples. La categoría de los duplicados ...... 27 Mismo contenido distinto formato. La categoría Variante .. 36 Las nuevas producciones tecnológicas. La categoría Emergente .............................................................................. 37 Las nuevas producciones ................................................ 38 Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos .......................................................................... 45 La trayectoria del cambio de las Reglas de Catalogación Angloamericanas 2ª Edición ................................................. 45 VI Las nuevas entidades de información... Los metadatos como solución. Algo más que descripción ..................................................................... 61 El concepto de metadatos ............................................... 63 La arquitectura de los metadatos.................................... 69 Los métodos .................................................................... 76 Solventando las discrepancias entre las RCAA2 y los metadatos............................................................ 83 Propuesta para organizar las nuevas entidades de información........................................................................... 89 ¿Por qué adoptar las iniciativas de metadatos en esta propuesta?................................................................. 89 Propuesta............................................................................... 91 La división de la propuesta................................................... 92 Las entidades de información ......................................... 93 Lenguajes, códigos y formatos........................................ 95 Administración de la información con metadatos descriptivos...................................................................... 97 Recuperación de la Información................................... 100 La interoperabilidad ...................................................... 106 Derechos, propiedad y autenticación de datos ............ 109 Conclusiones ............................................................................ 113 Obras consultadas ................................................................... 117 Introducción LA DIFICULTAD para asumir el nuevo entorno de las bibliotecasha provocado que se erijan diversos presupuestos alrededorde la dimensión de los cambios que nos desafían. La realidad es que lo que se ha venido llamando cambio es un conjunto de in- terrelaciones que implican que todo puede afectar a todo. Es muy probable que el mundo donde dominaba el impreso como medio de comunicación, y el cual se resguardaba en las bibliotecas, tenga ahora que relacionarse con otras formas como las que han sido cre- adas por las tecnologías de la información y comunicación que hoy enfrentamos. Tener, retener y acumular, nos dice Riftkin,1 son ahora concep- tos muy apreciados. Sin embargo actualmente la velocidad de la innovación tecnológica y el vertiginoso ritmo de la actividad eco- nómica hacen que con frecuencia la noción de propiedad resulte problemática. Por eso se identifica el estudio de las nuevas entida- des de información como un área de estudio que le resulta difícil a la bibliotecología y estudios de la información. Si para empezar nos centramos en el concepto más cercano de las nuevas entidades de información, el primer problema de defi- nición que han presentado los especialistas en la materia es que sus hallazgos son incipientes y que falta mucho aún para que el ámbito adquiera madurez. En los tres últimos lustros el tema ha co- menzado a investigarse periódicamente por disciplinas como la bi- bliotecología y estudios de la información, la informática y otras ciencias afines. VII 1 Jeremy Riftkin, La era del acceso: la revolución de la nueva economía, (Barce- lona: Paidós, 2002), 16. Como base conceptual para teorizar sobre las nuevas entidades de información partimos de la idea general de Smiraglia,2 quien en 2003 señaló que los esfuerzos por entender el problema son ab- solutamente recientes porque gran cantidad de los sistemas de in- formación (catálogos e índices) no fueron diseñados de acuerdo con los datos estructurados de las actuales bases de datos de in- formación bibliográfica. Esencialmente tales sistemas habían sido creados tomando en cuentan los datos extraídos de los libros y otros impresos (entidades bibliográficas) que se encontraban físi- camente en las colecciones de las bibliotecas, sin ponerle atención a otras entidades que ya se estaban incorporando como producto de distintos logros tecnológicos. Otros investigadores se concentraron en el estudio de lo que eran las entidades bibliográficas3 y la función que estas tenían en la elaboración de catálogos e índices como productos clave de las bibliotecas. Varios más realizaron estudios sobre la transición, ya en movimiento, que iba de las entidades bibliográficas a las enti- dades de información o los paquetes de información;4 es decir, es- tablecieron de hecho, que la naturaleza de la organización de la información registrada no es sólo texto. Los registros en video y audio, las fotografías, las representaciones cartográficas y las pá- ginas Web, son ejemplos de información registrada que justamente no son texto. Por eso ahora un número creciente de estudios nue- vos se ocupa de analizar las entidades de información desde la perspectiva de la organización de la información digital.5 VIII Las nuevas entidades de información... 2 Richard Smiraglia, “Further reflections on the nature of ‘a work’: an introduc- tion,” en Cataloging & Classification Quarterly 33, núm. 3/4 (2003), 8. 3 Richard P. Smiraglia, The nature of ‘a work’: implications for the organization of Knowledge (Lanhman, Maryland: The Scarecrow Press, 2001), 2-3; Elaine Svenonius, The intellectual foundation of information organization (Cam- bridge, Mass.: The MIT Press, 2000), 33-51. 4 Arlene Taylor, The organization of information, 2nd ed., (Englewood, Colo: Li- braries Unlimited, 2004), 3. 5 K Lambert and D. Shanks, Knowledge, concepts, and categories, (Cambridge, Ma.: The MIT Press, 1997), 16-23, G. Lakoff and M. Johnson, metaphors we live by, (Chicago: The University of Chicago Press, 2003), 3-32. Mientras que pocos estudios se refieren a lo que son las nuevas entidades de información, Martínez Arellano fue el primero en ad- vertir la tendencia de las entidades en los actuales sistemas de in- formación, y sostuvo que: ahora se encuentra un universo de entidades de información,[que] puede ser definido como el con- junto de recursos (entidades) en los cuales los individuos y orga- nizaciones registran y difunden información y conocimiento.6 Estos indicios sirvieron para teorizar y como definiciones prag- máticas de investigación siguen siendo válidas, pues se ajustan bien al empleo común de términos y establecen los límites del campo de estudio porque, en la discusión de este trabajo, se explica la apari- ción de las nuevas entidades así como las características que las hacen ser diferentes y las dificultades que se encuentran al des- cribirlas. También abordamos el problema que surge cuando uno se pregunta ¿qué es mejor emplear para registrar las características de las nuevas entidades, las Reglas de Catalogación Angloameri- canas, segunda edición y/o los Metadatos? Los resultados distintivos del tema de investigación se identifica- ron al analizar los aspectos que aborda la catalogación de los recur- sos electrónicos, así como los principios y el futuro de las reglas de catalogación, y la tendencia actual de la actividad de los metadatos, por lo que el estudio que se concreta es de tipo analítico-sintético. Por ello debemos fijar diversas condiciones para señalar las ca- tegorías en que se conjuntaron los tipos de las nuevas entidades de información. Por ejemplo los tipos que más se consideraban eran los recursos electrónicos, pero no todos cumplían con las caracte- rísticas que se buscan para señalarlas como representantes de estas entidades. Recurrimos a hacer una selección tomando en cuenta aquellas particularidades que no pueden ser representadas de acuerdo con las premisas establecidas por la normativa descrip- ción bibliográfica vigente. Como sucede con los temas de la bibliotecología y estudios de la información, la organización de la información ha tomado una IX Introducción 6 Filiberto Felipe Martínez Arellano, “Problemas y retos en la organización de las nuevas entidades de información,” BIBL. UNIV Nueva época Vol. 7 núm. 1 (2004). 4. postura de estudio orientada al cambio; es decir, se han comen- zado a constituir investigaciones que cumplan con un carácter más analítico que descriptivo. Por eso el primer punto de vista que se evitó fue caer en la descripción de los problemas prácticos de la catalogación. Esta orientación resultó muy atractiva porque permitió analizar diversas cuestiones que anteriormente se hacían con base en las instrucciones ya difundidas por las reglas de catalogación. El aná- lisis no descriptivo permitió incursionar en un mundo distinto y observar cómo se comporta algo tan concreto como una entidad frente a un sistema abstracto que ha sido creado para organizar información, y pretende explicar que el universo bibliográfico ha evolucionado e introducido nuevas entidades de información. El segundo enfoque fue acercarse a diversos principios teóricos que ofrecieran una visión acerca de lo que se quería explicar ¿qué son las nuevas entidades de información? Lo anterior tratando de no involucrarse o confundirse con las discusiones en boga sobre el modelo conceptual7 de alto nivel, que se estaban llevando a cabo para analizar los registros bibliográficos. Este segundo enfoque trató de no caer en confusiones porque en los últimos lustros ha surgido un creciente interés por estudiar las perspectivas de las entidades bibliográficas, las entidades de información y el formato que se pronostica como intangible, de las entidades que son producto de una tecnología de la información. Se decía, por ejemplo, que las nuevas entidades de información eran las películas, grabaciones sonoras en cintas o discos de ace- tato y los discos compactos, entre otros objetos más. Y en otros casos se afirmaba que tales entidades eran los multimedia interac- tivos, los recursos electrónicos y los recursos de Internet. De ahí que fuera inevitable observar cada uno de los casos y considerarlo X Las nuevas entidades de información... 7 Naturalmente es importante señalar que aunque estaba en boga la difusión, es- tudio y análisis del modelo conceptual Requerimientos Funcionales para los Re- gistros Bibliográficos (FRBR por sus siglas en inglés), la investigación trató de construir un estudio útil y al mismo tiempo de poner un cierto límite entre el asunto en cuestión y el modelo conceptual. como representante de esas nuevas entidades para resolver la si- guiente pregunta, ¿cuáles y de qué tipo son las nuevas entidades de información? El tercer enfoque fue precisar qué se estaba entendiendo cuando decíamos representación y organización de las nuevas entidades de información. Toda entidad antes de ser recuperada debe ser re- presentada; luego entonces la representación consiste en describir los elementos o atributos que la constituyen. Pero representar y organizar es en bibliotecología un proceso de simbolización que se obtiene con el uso y la aplicación de distintas normas, reglas y es- tructuras creadas para desarrollar bases de datos estructurados con información bibliográfica. Esto es, a nuestro parecer, la orientación que se le da al pro- blema de estudio parte de la revalorización teórica que hacemos del universo bibliográfico para llegar a la unificación de éste con la práctica de la catalogación. Este texto examina los principales cambios ocurridos en la con- ceptualización del universo bibliográfico que conforma la base conceptual de la organización bibliográfica. La incorporación de nuevas entidades en este universo, más el estudio de sus formas y formatos, así como los estándares que sirven para su representa- ción y organización, y la introducción de nuevos sistemas de in- formación, nos llevan a un nuevo mundo donde esta adquisición de las nuevas entidades de información se convierte en un autén- tico generador de cambio en el entorno y en la relación que el usuario de la información tiene con ellas. El presente libro está divido en cuatro capítulos, el primero de los cuales argumenta que las nuevas entidades de información se estudian a partir del análisis de las entidades bibliográficas y las en- tidades de información, y por eso se han encontrado escasos es- cenarios para conocer las diferencias entre estas tres entidades. El capítulo concluye dando una definición operativa sobre lo que se entiende por “nuevas entidades de información.” El segundo capítulo describe cómo se ha abordado este problema desde el enfoque de la organización de la información; ¿qué sucede con su contenido?; ¿cuál es la relación entre los formatos y las ver- XI Introducción siones múltiples? y, ¿qué difiere en las condiciones anteriores para almacenar datos e información respecto de los nuevos formatos producidos por la tecnología de la información y comunicación? Al final se concluye que en realidad la naturaleza de las nuevas enti- dades de información no ha sido aún resuelta, y que todavía hace falta reconocer mucho camino para familiarizarse con ellas. El tercer capítulo sintetiza los diversos estudios que se han rea- lizado sobre los lineamientos que tradicionalmente se han emple- ado para describir y organizar todo tipo de entidades. Cabe aclarar que el asunto de los metadatos es una iniciativa de reciente crea- ción, y que su enfoque principal pretende resolver las dificultades de las entidades de información con las que se ha encontrado el ambiente digital. Aquí se argumenta acerca de las modificaciones que deben efectuarse en la estructura y el contenido de las RCAA2, y se defiende que la actividad de los metadatos es la más indicada para organizar la información de las nuevas entidades. El cuarto capítulo aborda el análisis que se hace sobre cada uno de los supuestos de la investigación y las implicaciones en éstos al organizar la información. Además se presenta una propuesta ba- sada en la iniciativa de los metadatos, que a nuestro juicio es la más indicada, para organizar las nuevas entidades en los sistemas ac- tuales de recuperación de información. Por último se incluye un apartado de conclusiones con base en las cuales se comprueban los supuestos, y se mencionan las líneas de investigación que le darán continuidad a este trabajo. Final- mente se encuentra el apartado de las obras consultadas. Quiero darles las gracias a todas las personas que desde dis- tintos lugares y tiempos me han brindado su apoyo, amistad y co- laboración en todo momento, sin ellas no hubiera sido posible la culminación de este trabajo. Especialmente quisiera agradecer a todo el equipo de trabajo del departamento de publicaciones del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas, porque su presencia editorial es visible en muchas páginas de este libro. También quiero agradecerles a aquellos académicos que sembra- ron en mí la razón y pasión por el estudio de la catalogación. XII Las nuevas entidades de información... 1 Las nuevas entidades de información LAS ENTIDADES de información son un universo en evolución,que aunado a su dinamismo ha mantenido los rasgos distin-tivos de las entidades bibliográficas y las entidades de in- formación, que son los antecedentes inmediatos de este estudio que se propone analizar, explicar y describir lo que operativamente son las nuevas entidades de información. EXPLORANDO EL UNIVERSO DE LAS ENTIDADES El estudio sobre las entidades de información se ha llevado a cabo desde hace varios años, con el propósito de explicar, en primer lu- gar, que el espacio donde se encuentran esas entidades pertenece al universo bibliográfico. En segundo lugar es dable decir que más allá del registro de la información en forma de texto existen hoy otros tipos de registro que han ampliado sustancialmente el universo de las entidades de información. A partir de la incorporación de la computadora en la vida biblio- gráfica, nuestro universo de entidades se ha ampliado, y nos obliga a trazar nuevos rumbos para hacer el registro de la información. Esto porque la evolución tecnológica ha generado, indefectible- mente, un nuevo tipo de entidad. Durante mucho tiempo se creyó que los libros eran los únicos medios para registrar información; sin embargo el tiempo nos ha 2 llevado a observar que existen otros medios que aceptan además del texto, el registro de la imagen y del sonido. La naturaleza de la información registrada ha incluido siempre algo más que texto. Al respecto Taylor1 enfatiza que los videos y grabaciones sonoras, las fotografías, las representaciones carto- gráficas y las páginas web son ejemplos de no “texto”. Por lo tanto, en lugar de emplear palabras como libro e ítem, para referirnos a unidades organizadas de información, la expresión más apropiada para hablar de esas entidades debería ser paquete de información; es decir, toda aquella instancia de información que se registra, ya se trate de un libro, video, documento de Internet, grabación so- nora, revista electrónica, etcétera. Por su parte, Smiraglia2 afirma que el universo está constituido por el subconjunto de todos los casos del conocimiento registrado, el cual está contenido en millones y millones de puntos denomina- dos entidades bibliográficas. Estas entidades existen en un espacio multidimensional, y algunas de ellas orbitan con relación a otras. De igual forma, Svenonius3 defiende que las entidades biblio- gráficas, las cuales se encuentran dentro del universo de las enti- dades, se refieren a documentos, conjuntos de éstos (formados por los atributos tales como obra, edición, autor y temas) y las rela- ciones que también guardan entre sí todos éstos. De tal suerte el universo de entidades es algo que existe simbó- licamente e interviene como una metáfora ontológica para ciertos objetos que poseen características propias que han sido estudiadas para significar y simbolizar toda forma o formato utilizado para resguardar la información registrada. Este universo debe enten- derse como el contexto donde los dominios de lo descriptivo y lo explotativo confluyen en una razón que aplica las rutinas de la ac- tividad bibliográfica. De ahí que la tarea consista en determinar el lugar que ocupan las nuevas entidades en el universo. Las nuevas entidades de información... 1 Taylor, The organization of information, 3. 2 Smiraglia, The nature of ‘a work’: implications for the organization of kno- wledge, 1 3 Svenonius, The intellectual foundation of information organization, 31-32. 3 Con frecuencia se ha dicho que los actuales sistemas de infor- mación no serían lo que son hoy sin las nuevas entidades. Pero el asunto no es simple. Por ejemplo en el ámbito bibliotecológico no se reconoce a las nuevas entidades como tales, a pesar de que el concepto existe en las prácticas conceptuales de varios autores. En los años que van de 1995 al 2003, Taylor,4 Smiraglia,5 Sve- nonius6 y Miksa,7 entre otros, señalaban que las entidades producto de las tecnologías de la información y comunicación eran dema- siado nuevas, y por lo mismo tenían escasos antecedentes. No obs- tante, esa incipiencia estaba marcando ya una de las características de las nuevas entidades: la volatilidad. El tiempo de permanencia, a diferencia del libro impreso, era cambiante: hoy estaba la infor- mación y al día siguiente ya no. Así, esta peculiaridad generaba dos entidades que difícilmente podrían ser desplegadas a un mismo tiempo; además se trataba de entidades que exigían un alto grado de participación en su elaboración. Fue así como se inició el interés por explicar los estudios formales sobre las nuevas enti- dades de información: y había que ubicar dichas entidades en el universo que nos ocupa. ¿CUÁNDO NACEN LAS NUEVAS ENTIDADES? Cuando nos preguntamos qué son las entidades de información nuestra primera imagen es el libro y otros objetos publicados; es decir, esas entidades que se han encontrado desde siempre en las bibliotecas. Pero las nuevas reflexiones se dirigen hacia las entidades surgi- das con el uso de la tecnología de la información, ya que antes se Las nuevas entidades de información 4 Arlene Taylor, The organization of information, (Englewood, Colo.: Libraries Unlimited, 1999), 368. 5 Richard, Smiraglia, The nature of “a work”, 12. 6 Elaine Svenonius, The intellectual foundation of information organization, 50. 7 Francis Miksa, “The cultural legacy of the ‘modern library’ for the future” en Journal of education for library and information science 37, núm. 2, (1996). 4 hacía poca referencia a las entidades que carecían de un formato físico; y los documentos en formato electrónico o los recursos elec- trónicos y digitales no estaban considerados como parte de las en- tidades de información. Svenonius, por ejemplo,8 sólo abordó el asunto de las entidades digitales cuando se comenzó a decir que la revolución digital es- taba afectando la representación de la información, así como la manera en que ésta estaba siendo organizada. Y es que la novedosa manera de registrar y transmitir la infor- mación con auxilio de la computación originaba nuevos formatos para crear, almacenar, transmitir, desplegar y usar la información. En enunciados de Ranganathan9 un organismo en constante crecimiento hacía referencia al universo de las entidades, mismo que estaba transformándose y regenerándose para darle cabida a nuevas manifestaciones y medios para conservar la información registrada. Pero el verdadero auge de los estudios sobre las nuevas entida- des de información ocurrió en el 2000, cuando diversas investiga- ciones comenzaron a justificar su existencia y a especificar el enfoque que podía tomar el desarrollo de las nuevas entidades. A partir de entonces creció y se aceptó el interés por reconocer que las nuevas entidades de información deberían ser incorporadas al universo de las entidades como las representantes de las nuevas formas y formatos en los que se podía almacenar la información. Entonces el rumbo en el universo de las entidades planteó nue- vas preguntas y abrió las rutas para encontrar la descripción de tres conceptos: • entidad bibliográfica, • entidad de información y • nuevas entidades de información. Las nuevas entidades de información... 8 Elaine Svenonius, The intellectual foundation of information organization, x. 9 Shiyali Ramanrita Ranganathan.Heading and canons: comparative study of five catalogue codes, (London: Blunt, 1955; reprint, High Wycombe: University Mi- crofilms for the Colleges of Librarianship, Wales, 1975). 5 Entidades bibliográficas La idea respecto a lo que son las entidades bibliográficas surgió en 1990 cuando Svenonius10 planteó que la unidad central del uni- verso bibliográfico es la entidad bibliográfica. Para Svenonius una entidad bibliográfica se constituye por un conjunto de ejemplares que pueden ser descritos y representados en un registro bibliográfico. Años más tarde, en 1999, la propia Svenonius11 señala que la razón de introducir definiciones opera- cionales sobre los fundamentos de las entidades bibliográficas se debe básicamente a dos motivos: el primero es que sirve para de- finir las raíces operacionales que permiten desarrollar una disci- plina. Una definición operacional transforma un concepto en variables que pueden emplearse como hipótesis, pero sólo si los resultados de estas hipótesis pueden generalizarse sustantivamente como declaraciones teóricas. El segundo motivo para introducir definiciones operacionales en los fundamentos de las entidades bi- bliográficas se enfoca más en el sentido práctico: hay que emplear las entidades para permitir la uniformidad que se requiere al equi- parar los alcances de la catalogación cooperativa y el intercambio de documentos. Para Svenonius12 las entidades bibliográficas son unidades que representan una porción del universo bibliográfico y no necesa- riamente tienen una existencia independiente. Por ejemplo, un ca- pítulo de un libro, un artículo de una revista y un track en un disco compacto, tienen dependencia con respecto al documento indivi- dual; es decir, respecto de la copia de una obra. De ahí que los documentos sean considerados como objetos de información que existen sustantivamente dentro de una obra. Para el análisis de las entidades bibliográficas Svenonius, como otros autores, se apoya en la revisión de los problemas que había Las nuevas entidades de información 10 Elaine Svenonius, Bibliographic entities and their uses, en Seminar on biblio- graphic records… p.5. 11 Elaine Svenonius, The intellectual foundation of information organization, p.34. 12 Idem. 6 con aquellas entidades que eran empleadas como conceptos bi- bliográficos desde el tiempo de Cutter,13 como son la obra, la edi- ción, el autor y el tema; así como los utilizados por Panizzi14 sobre las formas de registro y el control de las autoridades. En términos más sencillos y a la vez más amplios, las entidades bibliográficas son variadas y de gran complejidad, pero represen- tan un avance respecto del modelo conceptual creado por Sveno- nius15 para clarificar algunos puntos de interés sobre este tipo de entidades. El modelo conceptual de ésta queda representado en- tonces por siete entidades: documentos, obras, superobras, edicio- nes, autores, temas y otras entidades. Por su parte, Smiraglia16 señala que las entidades bibliográficas son ejemplos únicos del conocimiento registrado (e.g. una diserta- ción, una novela, una sinfonía, etcétera). Cada entidad bibliográ- fica posee dos propiedades —física e intelectual— y éstas establecen una relación entre sí. La propiedad física —frecuentemente cono- cida como “un documento”— es el paquete de lo intelectual. Esas dos propiedades están relacionadas entre sí. La represen- tación física es conocida como el paquete material, el cual incluye los aspectos físicos, como las dimensiones, el material, el modo de transmisión y los datos bibliográficos; es decir, títulos, nombres y detalles de la publicación. Las propiedades intelectuales, la obra en sí, es el registro del co- nocimiento que está contenido en la copia. La manera más carac- terística de identificar esta obra en sí es por medio de la cita bibliográfica que incluye el nombre del creador y su título. Las nuevas entidades de información... 13 Charles A Cutter, “Rules for dictionary catalog: selections,” en Foundation of cataloging: a sourcebook, ed. Carpenter Michael and Elaine Svenonius, (Little- ton, Col: Libraries Unlimited, 1985), 65-71. 14 Antonio Panizzi, Rules for the compilation of the catalogue, Foundations of des- criptive cataloging / ed. Michael Carpenter and Elaine Svenonius, Littleton, Colo.: Libraries Unlimited, 1985, pp. 3-14. 15 Svenonius, The Intellectual foundation of information organization, 34-50. 16 Smiraglia, The nature of ‘a work’: implications for the organization of kno- wledge.1. 7 Para Smiraglia17 el concepto de entidades bibliográficas está iden- tificado como el concepto central para entender las unidades de co- nocimiento registrado que son objeto del control bibliográfico. Además, destaca a las entidades bibliográficas como entidades que pertenecen a una familia bibliográfica, entendida por él como aque- lla que coexiste con un sistema de recuperación bibliográfica. Es decir, un grupo de obras que a lo largo del tiempo han apareci- do de manera simultánea en uno o dos lugares, y que han presen- tado mutaciones en su forma física pero cuyo contenido sigue siendo del mismo progenitor; o sea, proveniente de la obra origi- nal. Por ejemplo los textos que han migrado a microformas; las pe- lículas que han migrado a videograbaciones o series de programas de televisión; las ediciones con comentarios a ediciones emigra- das con modificaciones realizadas por el autor, y así sucesivamente. La siguiente figura muestra el modelo de relación de la entidad bibliográfica desarrollado por Smiraglia.18 FIGURA 1 ENTIDAD BIBLIOGRÁFICA Las nuevas entidades de información Texto ObraDocumento Entidad bibliográfica En suma las entidades bibliográficas, como lo afirman Sveno- nius y Smiraglia, son la noción central de sus modelos conceptua- les y están sirviendo para explicar las unidades documentales que se encuentran en el universo bibliográfico, las cuales facilitan la lo- calización de una copia en específico, o bien, el conjunto de enti- dades relacionadas con una entidad más amplia. 17 Ibid.2. 18 Tomada de Richard Smiraglia, The nature of a ‘work’… p. 4. 8 Entidades de información Las entidades de información pueden observarse en las aporta Tay- lor19 y Miksa.20 Taylor21 dice que los cambios ocurridos reciente- mente en las bibliotecas se han debido a la incorporación de la tecnología e Internet. Esta innovación ha tenido el mismo impacto que la aparición de la rueda para los automóviles o la lengua en una sociedad. Es decir, ha modificado drásticamente la percepción sobre ciertas actividades y objetos. Con esta analogía Taylor explica que toda entidad, desde un ma- nuscrito hasta un documento electrónico susceptible de ser repre- sentado en un sistema de recuperación tal como el catálogo de una biblioteca, pero la intención al describir tanto el manuscrito como el documento electrónico, aunque podría ser la misma, varía de- bido a su propia naturaleza porque las entidades de información electrónica y digital parecen ceñirse más a los postulados de la tec- nología de la información. Éste es el fundamento que nos permite hablar de la aparición de las nuevas entidades de información. Con Taylor se percibe lo inoperante que resulta el término “bi- bliográfico” para referirse a las “entidades cargadas de informa- ción” que no son “libros”. Así al emplear el término “información” en toda su amplitud, éste puede referirse a cualquier cosa captada por el cerebro a través de los cinco sentidos. Taylor22 propone la designación de entidades cargadas de in- formación, las que denomina paquetes de información en sustitu- ción de las entidades bibliográficas. Las entidades cargadas de información o paquetes de informa- ción, de acuerdo con Taylor, incluyen texto, video, sonidos y voz. Las nuevas entidades de información... 19 Arlene Taylor, The organization of information, (Englewood, Colo: Libraries Unlimited, 1999), 3. 20 Miksa, “The cultural legacy of the ‘modern library’ for the future,” 114. 21 Arlene Taylor, “The information universe: will we have chaos or control?”, en American Libraries 25, núm. 7 (1994), 629-32. 22 Arlene Taylor, The organization of information, (Englewood, Colo.: Libraries Unlimited, 1999 y 2nd ed. 2004). 9 En 1996 Miksa23 plantea algunas reflexiones acerca de las enti- dades cargadas de información, y aquellas otras que se encuen- tran en la colección de las bibliotecas. Y señala que a principios del Siglo XX la biblioteca estaba considerada como una institución so- cial que adoptaba una estructura, como hace toda organización, con normativas para solucionar la selección, colección, organiza- ción y distribución de las entidades cargadas de información, prin- cipalmente las impresas, aspectos que aseguran la supervivencia de una sociedad por medio del fácil acceso a la información. Pero cuando cambia el entorno de la biblioteca, como ha sucedido con la incorporación de las nuevas tecnologías de la información, la concepción de la biblioteca entra en un momento en el que se hace necesario reconocer que la información impresa cambiará paulatinamente a información electrónica y luego a digital. Miksa sostiene que la naturaleza de las entidades cargadas de información y el universo donde éstas se encuentran, han cam- biado las cosas significativamente debido a los avances tecnológi- cos. Por lo tanto el universo bibliográfico24 descansa en todas las entidades cargadas de información producidas por todo el género humano en todas las épocas. El total de textos, gráficas, grabaciones sonoras, los manuscritos, libros, microformas, pinturas, música, mapas, recursos electróni- cos, etcétera, que han sido producidos por la Humanidad, repre- sentan alguna forma de almacenaje para ser usado en un futuro. Los nuevos representantes en el universo que establece Miksa son las entidades cargadas de información electrónica, las cuales constituyen una extensión sobre lo que hasta ahora hemos deno- minado universo bibliográfico. Extensión que promete incremen- tar el tamaño del todo, y provocar un cambio natural que se anticipa caótico por cuanto faltaría organizar, ordenar o reconcep- tualizar de nuevo el universo. Desde hace un par de décadas se ha tratado de explicar la exis- tencia de una nueva fase: se ha intentando determinar lo que son Las nuevas entidades de información 23 Miksa, “The cultural legacy of the ‘modern library’ for the future.” 24 Ibid. 114 10 las entidades de información y cuáles son sus características dis- tintivas, pero se han observado que estas entidades aún dependen directamente de sus antecesoras. Por eso en estos momentos, anun- ciar un cambio radical no resulta apropiado, al contrario, el cam- bio debe manifestarse paulatinamente debido a la pérdida de la estabilidad de eso que denominamos “documento”, como objeto material, físico. LAS NUEVAS ENTIDADES DE INFORMACIÓN Conviene subrayar que las nuevas entidades de información tienen un lugar específico, ya que desde su aparición se ha tenido pre- sente el entorno social y tecnológico. Resulta que como las otras entidades, las bibliográficas y de información se privilegian de ser representaciones que parten de los objetos materiales, pues son digitalizaciones de manuscritos, partituras, audiovisuales, impre- sos, revistas, etcétera. Así, el carácter físico de las nuevas entidades se reduce. Si las entidades bibliográficas y algunas entidades de informa- ción se caracterizan por tener dos propiedades, una física y otra intelectual, como lo señala Smiraglia, en el contexto de la revolu- ción digital podría suponerse que las nuevas entidades de infor- mación a diferencia de las dos anteriores son o serán intangibles, inmateriales y carentes de propiedad física. El hecho es que la so- ciedad ha avanzado en la desmaterialización de los productos físi- cos que durante largo tiempo fueron la medida de la riqueza en el universo bibliográfico. Feldman25 anota que existe una revolución digital cuando hay un proceso de evolución que tiene impactos potenciales en la vida. Por eso la revolución digital ha iniciado un movimiento acelerado no nada más en los medios de comunicación sino también en el universo de todas las entidades cargadas de información. Las nuevas entidades de información... 25 Tony Feldman, An introduction to digital media, (London: Routledge, 1997),1. 11 Desde el inicio esta revolución ha conseguido establecerse en todas las nuevas formas de representación, las entidades electró- nicas o digitales no sólo preservan el atractivo de la información sino que lo refuerzan. Es decir, son susceptibles de extraer y reor- ganizar la información, y se pueden cambiar con gran facilidad bo- rrando los límites materiales y portentosos que existen entre documento y colección. Dizard Jr.26 indica que más bien se trata de una utopía electró- nica que está relacionada con la transformación de los medios ma- sivos de comunicación y con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Algunos de los postulados de la uto- pía electrónica se pueden encontrar en las explicaciones que di- versos autores han dado a conocer como la sociedad global,27 la sociedad multimedia,28 la era del acceso,29 y la sociedad de la in- formación. Nos encontramos en un momento crucial para el desarrollo de la utopía electrónica. Durante los primeros años del nuevo mile- nio acontecimientos de todo tipo le plantearon grandes retos a la organización de la información, que si no son atendidos desde su gestación podrían comprometer seriamente el futuro de los siste- mas de recuperación de información. Lo preocupante es que en términos generales el sector de la in- formación está representado por un nuevo conjunto de supuestos que plantean el acceso y la recuperación de los datos como un sa- tisfactor de intereses propios, situación muy diferente a la utilizada para conducirse, según Miksa,30 en la biblioteca moderna. Las nuevas entidades de información 26 Wilson Dizard, Jr., Old media, new media: mass communications in the in- formation age (New York: Longman, 1994), 19-21. 27 Noam Chomsky and Heinz Dieterich, La sociedad global: educación, mercado y democracia, 2ª. ed. correg. y aum., 2a reimp ed. (México: Joaquín Mortiz, 2003). 28 Josef Brauner and Rolando Bickmann, La sociedad multimedia, 1a. ed., (Bar- celona: Editorial Gedisa, 1996). 29 Jeremy Rifkin, La era del acceso: la revolución de la nueva economía, (Barce- lona: Paidós, 2002). 30 Miksa, “The cultural legacy of the ‘modern library’ for the future”,100-119. 12 En este nuevo mundo hay lugar para todo aquello que sea po- sible representar y éste adquiere el rango de entidad. Asistimos a un cambio a gran escala desde la aparición de la Web, y alrededor de este tejido tecnológico se ha venido desarrollando una intensa actividad de búsqueda, concepción y normalización que tiene un es- pecial interés en crear sistemas, redes y grupos de trabajo que per- mitan el acceso y recuperación de la información con base en la computadora y sus recientemente adquiridas tecnologías móviles. Con las nuevas tecnologías de la información y comunicación la sociedad en general se está aventurando ante la novedad. La com- putación no es un anexo, es, sobre todo, una sustitución que mo- difica sustancialmente la relación entre el medio y el modo. Esto es, los acontecimientos del mundo eran relatados en el texto; hoy el relato, el contenido, está en función de las imágenes y todo lo demás que aparece en la pantalla de la computadora. Así las tecnologías de la información y comunicación están pro- duciendo modificaciones que afectan la naturaleza del individuo. La computadora no es sólo un instrumento de comunicación, es un medio que está generando nuevas formas de actuación del ser hu- mano. Ésta es la hipótesis en la que se centra el análisis de las nuevas entidades de información. Una hipótesis fundamentada en el he- cho de que al universo de entidades se han sumado nuevas formas y nuevos formatos para resguardar la información. Elementos para el análisis de las nuevas entidades Los estudios que indagan qué son las nuevas entidades de infor- mación no han decidido claramente si éstas son un documento, un recurso o un formato donde se guarda la información electrónica o digital. Por ello a continuación se revisan cada uno de esos términos. Cuando Martínez Arellano31 se refiere por primera vez a las nue- Las nuevas entidades de información... 31 Filiberto Felipe Martínez Arellano, “¿Organización de contenidos u organiza- ción de documentos?,” en La investigación bibliotecológica en la era de la in- 13 vas entidades de información, lo hace considerando la siguiente pre- gunta: ¿organización de contenidos u organización de documentos? El mayor valor de esta aportación es que abre la posibilidad de una discusión acerca de los problemas que se han venido seña- lando sobre las semejanzas o diferencias entre las entidades bi- bliográficas y las entidades de información. No obstante es visible que la preocupación está centrada en cuáles deben ser vistos como los elementos clave para determinar si se trata de documentos o de recursos (entidades) de información. Martínez Arellano dice que la catalogación enfrenta una serie de problemas debido al surgimiento de nuevas entidades de infor- mación y al incremento en el número de documentos publicados; problemas que apuntan hacia la naturaleza, los tipos de contene- dores y las relaciones que se establecen entre las partes de una entidad, entre sí, o de esas partes con otra entidad, El autor sinte- tiza su aportación de la siguiente forma: El universo bibliográfico ha sido rebasado ya que ahora existen pelí- culas, cintas de audio, discos compactos que guardan música, datos o imágenes, [o también] archivos de información electrónica que se pue- den depositar en múltiples soportes como son los discos de plástico y acetato, bandas plásticas emulsionadas, o recursos electrónicos que se encuentran en el Ciberespacio. En lugar de un universo bibliográfico, ahora se encuentra presente un universo de entidades de información, el cual puede ser definido como el conjunto de recursos (entidades) en los cuales los individuos y organizaciones registran y difunden infor- mación y conocimiento. 32 Con la aportación de Martínez Arellano queda claro, desde nues- tro punto de vista, que resulta erróneo tratar de entender las nue- Las nuevas entidades de información formación. Memoria del XXI Coloquio de Investigación Bibliotecológica y de la Información, ed. Filiberto Felipe Martínez Arellano y Juan José Calva Gonzá- lez (México: CUIB, 2004). 308-316. 32 Martínez Arellano, “Problemas y retos en la organización de las nuevas enti- dades de información”, 4. 14 vas entidades de información tomando como punto de partida los tipos específicos de formatos que otros autores, como Taylor y Sve- nonius han calificado como entidades de información. El plantea- miento de Martínez Arellano es útil para reafirmar que los tipos de entidades, cuya mayoría sin duda no son textos impresos, son muestras representativas de los medios de comunicación que se desarrollaron en gran parte durante el siglo XX. En la segunda parte de la apreciación de Martínez Arellano des- taca especialmente el tema del ciberespacio y el conjunto de re- cursos (entidades); con estas dos ideas deja de manifiesto que los orígenes de las nuevas entidades de información están en el en- torno creado por los sistemas y redes de computación. Y a pesar de que este autor explica solamente los efectos y no la causa que da origen a las nuevas entidades, es posible apreciar aquí un indi- cio de lo que promete ser el rompimiento con los procesos ante- riores. Desde el punto de vista de la catalogación, al tipo de entidades que menciona Martínez Arellano se les ha denominado “materia- les no librarios” o “materiales audiovisuales”, calificativos que reú- nen aquellas entidades que como característica particular emplean una tecnología análoga para ser vistos, usados y consultados; por ejemplo, proyectores y reproductores de audio o video, entre otros. La apreciación de Martínez Arellano no difiere de los plantea- mientos que se han mencionado con anterioridad sobre el universo bibliográfico y el universo de la información. Una segunda batería de definiciones concernientes a los elemen- tos que definen las nuevas entidades de información se relaciona in- directamente con los siguientes términos: objetos informativos o fuentes de información,33 recursos electrónicos,34 publicaciones elec- Las nuevas entidades de información... 33 Peter Ingwersen, Kalervo Järvelin, The turn: integration of information see- king and retrieval in context, The Netherlands: Springer, 2005, pp.385, 386. 34 Jane M. Read, Cataloguing without tears: managing knowledge in the infor- mation society, Oxford: Chandos Publishing, 2003, p.215. 15 trónicas o digitales,35 documentos electrónicos o documentos digi- tales,36 objetos de información digital,37 entre otros. Entonces, la nueva entidad sobre la cual estamos discutiendo ha nacido en un soporte y un medio digital; es decir, como un objeto intangible y por tanto deja de ser tocable como lo es un libro, de ahí que su entorno, como su propia constitución, esté dominado por el aspecto electrónico y se considere como objeto digital.38 Este objeto y la información digital, en general, están basados en los dos distintos estados que se encuentran en el código binario, prin- cipal medio que permite representar los números, textos, imáge- nes, sonidos e instrucciones, cuya existencia es posible gracias al almacenamiento que hace la computadora en sus archivos por pe- riodos breves o largos. Así el cambio representado por la información digital se ha hecho por la tecnología que permite informarse viendo. Este cam- bio empieza con la sustitución de las características discontinuas mostradas por la información análoga. A los primeros tipos de en- tidades se los comenzaría a llamar recursos digitalizados.39 Según Rodríguez Bravo,40 el documento digital puede adoptar las formas básicas siguientes: 1. En línea o por vía telemática, que a su vez puede adoptar las siguientes variaciones: Las nuevas entidades de información 35 Juan Voutssás Márquez, Bibliotecas y publicaciones digitales, México: Univer- sidad Nacional Autónoma de México, 2006. pp. 97-143; Blanca Rodríguez Bravo, El documento: entre la tradición y la renovación, Gijón: Ediciones Trea, 2002, pp.159-205. 36 Ramiro Lafuente López, Roberto Garduño Vera, Lenguajes de marcado de do- cumentos digitales de carácter bibliográfico,México: UNAM, CUIB, 2001, pp. 4-10. 37 Readings on digital information organization [en línea] http://projects.cis.drexel.edu/classes/info780/readings.htm. (Consultado: 13 de febrero de 2007). 38 Susan S. Lazinger. Digital preservation and metadata: history, theory, and practices, Englewood, Col: Libraries Unlimited, 2001, p.19. 39 Susan S. Lazinger, Digital preservation and metadata: history, theory, and practices, Englewood, Col, Libraries Unlimited, 2001, p. 26. 40 Blanca Rodríguez Bravo, El documento: entre la tradición y la renovación, Gijón: Ediciones Trea, 2002, p. 176. 16 a. En formato Web o HTML, que es la forma mayoritaria. b. En formato ASCII puro, que se encuentra en vías de des- aparición. c. En formato videotexto, prácticamente ya desaparecido. 2. Fuera de línea o en soporte material: a. Disco óptico, ya sea CD-ROM o DVD. b. Discos o cintas magnéticas (en vías de desaparición) La unidad básica de las nuevas entidades de información es la que varios autores denominan entidad, documento, objeto infor- mativo y/o publicación. Lo cierto es que cualquiera de los térmi- nos anteriores puede ser empleado y relacionarse con una cosa, un proceso o un conocimiento. Según Buckland41 un objeto es un dato y un documento repre- sentados como un recurso informativo. Los objetos son reunidos, al- macenados, recuperados y examinados como información... Son colecciones virtuales creadas para describir o representar: una pe- lícula, una fotografía, algunos sistemas de medidas, un directorio o una descripción escrita... Por su parte, Schamber42 señala que el documento electrónico es la unidad flexible y dinámica, consistente en un contenido no lineal representado como conjunto de ítems de información, enlazados o almacenados en uno o más medios físicos o en red, unidad que es creada y utilizada por uno o más individuos al desarrollar algún proceso o proyecto. Schamber43 señala que el nuevo documento tiene ciertas carac- terísticas que lo hacen diferente, y permite que esas particularida- des sean de utilidad como elementos lógicos de recuperación, acceso e identificación en un sistema de información. Las nuevas entidades de información... 41 Buckland, Michael, “Information as thing”, JASIS. 42, 5, 1991: 35-54. 42 Schamber, “What is a document? Rethinking the concept in uneasy times”, JASIS, 47, 9, 1996: 669 43 Idem 17 Estas características son: • Fácilmente manipulable. El contenido puede componerse y revisarse, cortarse y pegarse, formarse y rotarse. Y algunas características, tales como las tablas dinámicas de contenido, pueden ser explotadas y personalizadas. • Capaz de ligarse interna y externamente. Los formatos múlti- ples de medios (texto, imágenes, audio, video) pueden co- nectarse y reconectarse dentro de ellos mismos y con otros documentos. • Prontamente transformable. Los formatos de almacenamiento (discos, cintas, impresos) y de despliegue son cambiables y canjeables, y de entrada o de salida para transmitir y produ- cir. El almacenamiento requiere espacio de disco, más que al- macenes. • Intrínsecamente investigable. La estructura lógica del docu- mento, el procesamiento en lengua natural y los sistemas ex- pertos facilitan el acceso y la interpretación de los contenidos. • Instantáneamente transportable. La información puede trans- mitirse instantáneamente (o para puristas, en menos de un segundo) a cualquier ubicación geográfica. La distribución re- quiere de redes electrónicas. • Infinitamente replicable. La distribución es realmente repli- cable; el “original” se queda en la fuente. Las cantidades téc- nicas son ilimitadas. La producción masiva o el copiado no degrada la calidad de la copia o del original. Una idea de peso surge a partir del documento digital. Según Ro- dríguez Bravo44 los conceptos de documento electrónico y digital conviven en un mismo ambiente y a menudo son utilizados de forma indistinta: • Documento electrónico: aquel documento que precisa de una máquina que funcione de forma electrónica, sea análoga o di- gital, para poder ser producido o visualizado. Las nuevas entidades de información 44 Blanca Rodríguez Bravo, op cit. El documento... p.166. 18 • Documento digital o informático: aquel documento electró- nico que está codificado sobre la base de una codificación bi- naria, y que precisa de un ordenador para leerlo. • Documento telemático: aquel documento, analógico o digital, que es transmitido mediante un sistema electrónico. De acuerdo con Rodríguez Bravo45 el documento digital o infor- mático es diferente al documento electrónico debido a las incom- patibilidades que puedan encontrarse en el soporte. Aunque el documento digital o informático es el que produce la disociación entre la información y el soporte, es considerado como el causante de las peculiaridades de un nuevo documento. Lo cierto es que también se está comenzando a emplear el término de recurso (di- gital o electrónico), como sinónimo de documento digital. En suma el uso de los términos documento electrónico y docu- mento digital indistinto porque uno es complemento del otro. Algunas propiedades para elaborar una definición operacional Después de haber descrito “la realidad” sobre los rasgos y algunas de las particularidades más específicas de las nuevas entidades de información, la definición operacional a la que se llega adopta una forma entre lo descriptivo y lo funcional de la entidad. Estas dos for- mas permitirán, llegado el momento, explicar la naturaleza e in- cluso ilustrar de manera específica el significado de estas entidades. Es preciso señalar que las nuevas entidades de información no fueron identificadas de modo descriptivo debido a que conti- nuamente se regeneran y muestran información que las hace ser diferentes respecto a aquellas que las anteceden. Pero este condi- cionamiento no limita el hecho de que, en términos ideales, deban cumplir con las siguientes generalidades: Las nuevas entidades de información... 45 Ibid. 159-205. 19 • Estar sustentadas en una tecnología de información que les provea un medio adecuado para organizar y presentar los datos, los cuales no han sido pactados según esquemas tradi- cionales de publicación. Tal tecnología puede emplear esque- mas estructurados que le permitan contar con datos mínimos sobre sus atributos. • Ser una entidad de información específica que permite la mul- tiplicación indefinible a través de interfaces interactivas, con las que el individuo pueda hacer uso de la información sin tener que hacer demasiados esfuerzos para obtener y transmitir los datos. Es decir, crear un ambiente colaborativo que permita, in- dependientemente del tipo de entidad de la que se trate, crear relaciones entre dos o más entidades sin importar su tipo. La expresión nuevas entidades de información se empleará para comprender el significado de las entidades que han sido creadas por la tecnología de la información y comunicación. El término ha sido utilizado por Martínez Arellano de forma acertada, aunque ambigua, y tal vez deba su alcance precisamente a su ambigüedad. Comencemos por el significado de nuevas. En los inicios de la tecnología de la información y comunicación se les agregaba el ca- lificativo de nuevas haciendo alusión a los más recientes equipos y dispositivos que usaba la computadora, hasta que finalmente se señaló que las nuevas tecnologías siempre serán las más recientes, y las cuales sustituirían a la tecnología anterior. Por lo tanto las nuevas entidades de información estarán en constante revisión para identificar las formas y formatos que surjan con la tecnología “nueva” del momento. Por otra parte entidad de información en el contexto bibliote- cológico de un par de lustros atrás, se utilizaba para signi-ficar cualquier forma y formato que sirviera para preservar la informa- ción. Hoy, desde un manuscrito hasta las más recientes manifesta- ciones de información digital son tipos de entidad que migran al ambiente digital con fines de preservación. En los inicios del siglo XXI cada entidad de información tiene un valor social, cultural e histórico. Sea como fuere y volviendo al Las nuevas entidades de información 20 eje central de la definición, lo importante es que cualquier nueva entidad de información será producto de tecnologías de informa- ción que permitirán amalgamar y cohesionar el universo de enti- dades. La idea o descripción operativa sobre las nuevas entidades de in- formación es la siguiente: • Son un fragmento del universo de las entidades de informa- ción que están siendo identificadas como nuevas formas y formatos que son suministrados por los mecanismos y me- dios de comunicación, que están siendo desarrollados por las tecnologías de la información y comunicación. • Las nuevas entidades de información son consideradas como recursos en el momento en que la tecnología converge para hacer que el conjunto de entidades se vuelva más dinámico e interactivo y pueda entremezclarse con entidades que perte- necen a otro recurso. Sus particularidades son tan cambian- tes como la tecnología que utilizan, de ahí que no haya homogeneidad en los modelos que utilizan para su creación. Esta falta de homogeneidad hace que la entidad se fragmente y cada parte del recurso y de la propia entidad se convierta en un elemento para acceder y usar la información. En conclusión, las nuevas entidades de información son una ga- laxia dentro del universo de las entidades que están constante- mente definiendo el mundo actual de la información. Las nuevas entidades de información... 21 Problemas con las nuevas entidades de información PARA SABER QUÉ está pasando con las nuevas entidades de in-formación conviene observar lo que sucede con los docu-mentos tradicionales cuando éstos migran hacia un ambiente electrónico. Para adentrarnos en el tema vale preguntar si ¿una publicación seriada impresa es igual a una revista electrónica? O pensar si una representación cartográfica es semejante a un mapa que se desplie- ga mediante un sistema de información geoespacial. La respuesta inicial remite a admitir diferencias, pero ¿cómo significarlas en tér- minos de la descripción y el acceso bibliográfico? Los recientes estudios sobre las entidades de información digi- tal están dirigidas a revisar la naturaleza, funcionalidad y modifi- cación del documento impreso cuando éste migra hacia un medio electrónico que permite la intervención del usuario con el docu- mento a través de manipulación e interacción. Observar los cambios operados en el documento tradicional ha requerido de la selección y agrupación de casos de acuerdo con una serie de categorías definidas por la funcionalidad de la nueva entidad de información dentro del documento tradicional. Esto es, partir de los principios de descripción creados para gobernar y di- señar los sistemas bibliográficos. 22 Las categorías de selección y análisis se basaron en la propuesta que Campbell1 formuló para agrupar los hipertextos, a las que de- nominó cibercategorías o cibergéneros (cybergenres). Las categorías son: • Duplicado y Variante, reúnen los casos de entidades de infor- mación con dificultades en el contenido, y los formatos mixtos; • Emergente, agrupa el surgimiento de los nuevos formatos, y • Espontánea, aborda los problemas sobre las nuevas produc- ciones tecnológicas. Campbell indica respecto a las cibercategorías, que el denomi- nado género de Duplicado (Réplicated Genre) es la primera forma en que nace una nueva entidad de información; por ejemplo, de un impreso u otro medio no electrónico. En la categoría Variante (Variant Genre) la nueva entidad de in- formación es la continuación fiel y exacta de la entidad que le dio origen; es decir, una suerte de contraparte de las particularidades. Por ejemplo de un impreso, pero cambiando su forma y contenido, ya que debe adecuarse a sus nuevas funcionalidades. La categoría Emergente (Emergent Genre), se refiere a una nueva entidad de información que adopta características nuevas, moder- nas, tanto en forma como en contenido. La categoría Espontánea (Spontaneous Genre) revela una clase que no es contraparte o duplicado de ningún medio; es decir, que no tiene un progenitor tangible o analógico. Es preciso señalar que los casos seleccionados para desarrollar las categorías Duplicado y Variantes quizá no cumplan con las ca- racterísticas de las nuevas entidades de información, pero como se explica en cada categoría, son las formas y formatos más actua- les de las entidades. Las nuevas entidades de información... 1 D’Grant Campbell, “Straining the standards: how cataloging websites for curri- culum support pose fresh problems for the Anglo-American Cataloging Rules”, en Metadata and organizing educational resources on the Internet, Jane Gre- enberg, ed. New York: The Haworth Information Press, 2000, 79-92. 23 Para emprender el análisis se pensó en primera instancia que era lo aconsejable usar los mismos principios de descripción, pero pronto advertimos, como lo dijo Pasch,2 que la industria editorial tardó cerca de 200 años en fijar un patrón predecible de datos para la página titular de los libros; y dado que no podíamos esperar otros 200 años, se decidió actuar y comenzar el proceso de cam- bio. De tal suerte, las páginas Web, los servicios de bases de datos, los videos digitales, los textos completos, y, en general, los ‘mate- riales digitales’, fueron evolucionando y mostrando característi- cas que no se esperaban, y poco a poco, empezó a dudarse si el modo tradicional de hacer las cosas era lo mejor.3 Los nuevos tipos de entidades de información, refiere Lee Eden,4 como las bases de datos agregativas, los textos completos, los PDF, JPG, TIFF, OCR, los multimedia y los documentos digitales a cargo de las instituciones educativas y comerciales, han creado normativas particulares y también le han propiciado un problema al inter- cambio y el almacenamiento de información. Si partimos del supuesto de que las nuevas entidades de informa- ción deben representarse de acuerdo con los principios de descrip- ción bibliográfica, entonces tendrían que sujetarse a las indicaciones establecidas por los principios de representación, estandarización e integración que sigue la descripción bibliográfica. Por lo tanto los problemas de descripción observados respondían a los principios de estandarización e integridad de la descripción bibliográfica. De acuerdo con Svenonius,5 los principios de descripción se cre- aron para gobernar y diseñar los sistemas bibliográficos, pero ade- más instituyeron un lenguaje bibliográfico específico; estos principios se reorganizaron siguiendo los propósitos de cada nor- mativa. Por ejemplo, la normativa de catalogación angloamericana, enuncia que los principios de descripción son: Problemas con las nuevas entidades de información 2 Grete Pasch. Los metadatos y el reto a las tradiciones bibliográficas [en línea] 3 Idem. 4 Bradford Lee Eden, “Metadata and librarianship: will MARC survive?”, en Li- brary Hi Tech. Vol. 22, num. 1 (2004): 6-7. 5 Svenonius, The intellectual foundation of information organization, 67. 24 • El Principio de conveniencia del usuario, por el que se deci- de la manera en que deberá hacerse la descripción teniendo siempre en cuenta al usuario. Un subprincipio es conoci- do como el “principio de uso común”, que se encarga de nor- malizar el vocabulario empleado en la descripción, con la cual deberá estar de acuerdo la mayoría de los usuarios. • El Principio de la representación establece que las descrip- ciones deberán basarse en describir la misma entidad de in- formación. Un subprincipio es el “principio de la precisión”, donde las descripciones deberán ser puntuales y estar so- portadas en la entidad. • El Principio de la suficiencia o necesidad, enuncia que las descripciones deberán ser lo suficientemente completas y estar de acuerdo con los objetivos establecidos, y que no de- berán incluir elementos innecesarios para ese propósito. Un subprincipio es el “principio de significancia” donde las des- cripciones incluyen aquellos elementos que son bibliográfi- camente significativos. • El Principio de estandarización sostiene dice que las descrip- ciones deberán ser estandarizadas, con toda su extensión y nivel posibles, y • El Principio de integración subraya las descripciones para todo tipo de materiales, mismas que deberán basarse en un conjunto común de reglas que pueden ser extendidas. Interesa destacar los principios de representación, estandariza- ción e integración, dado que es evidente que su interpretación sirve para entender por qué las nuevas entidades de información no pueden ser representadas con las normas vigentes de catalo- gación angloamericana; además, porque estos principios sirven para confirmar que la estandarización es insuficiente para descri- bir en su totalidad los tipos, clases, formas y formatos. ¿Qué pasa con el contenido? Los problemas relacionados con el contenido de las nuevas enti- dades de información caminan cerca de tres aliados calificados Las nuevas entidades de información... 25 como los nuevos modos de acceder y recuperar la información: la tecnología de la información, la Internet y los sistemas de recupe- ración de información. Hoy la información electrónica y digital llega cada día más rá- pidamente a manos de los usuarios, y a diferencia del pasado ahora se acompaña de entidades de información que permiten una mayor interactividad y granularidad así como mayores posibilidades de modificar la información al mismo tiempo que ésta se consulta. Para explicar el primer aliado es menester preguntar si ¿la cata- logación anglosajona permite describir los aspectos de formato o contenido? Aunque el cuestionamiento pudiera no ser claro, si ob- servamos las RCAA2,6 que en su introducción dicen a la letra: Un principio fundamental del uso de la Parte I es que la descripción de un ítem físico ha de basarse en primer lugar en el capítulo que trata de la clase de materiales a los que pertenece dicho ítem... Se reconoce aquí que la intención de las RCAA2 es representar los aspectos físicos. Lo anterior significa que estas reglas no repre- sentan contenido sino al contenedor de la entidad de información; sin embargo, las nuevas entidades de información tienen caracte- rísticas significativas relacionadas con ambos aspectos. A nuestro juicio las nuevas entidades de información tienen pro- blemas en cuanto a la descripción del contenido debido a que son parte componente de los dos niveles de representación, el formato y el contenido. Es decir, para organizar la información en el espa- cio de la nueva entidad, las unidades primarias funcionan como una colección de datos que son agrupados de manera lógica para darle coherencia tanto al aspecto estructural como al contenido. Si entramos en debate sobre qué es una nueva entidad, o sobre la transición del impreso al medio digital, diremos que las prime- ras formas de representación eran extensiones de otras formas, como el impreso, las reproducciones musicales, el cine y el au- diovisual, cuyas características dependían del proceso anterior, en tanto que las posteriores acarrearían cambios radicales y con ello Problemas con las nuevas entidades de información 6 Reglas de catalogación angloamericanas, 2ª ed. Rev. de 1988, enmiendas de 1993 y 1997, (Santafé de Bogotá, DC: Rojas Eberhard Editores Ltda., 1998), 8. 26 la pérdida de estabilidad de la entidad como objeto material. De ahí que los estudios actuales analicen la entidad como una pieza que se distribuye en función de las demandas del usuario. De acuerdo con Smiraglia, citado por Martínez Arellano,7 siste- mas como las normas bibliográficas se crearon teniendo en mente las características físicas de las entidades (documentos) como punto cardinal, sin prestarle demasiada atención a sus atributos in- telectuales y a las relaciones que pudiesen establecer la entidad y el contenido. En contraste Ravilious sostiene que una obra puede presentar cambios de medios –la ejecución de una sonata o la lectura de un poema– los cuales, a priori, podrían considerarse como nuevas en- tidades. Otra explicación la proporciona Yee,8 basada en lo que estable- cen las RCAA2, las cuales sostienen que cuando haya modificaciones sustanciales en la naturaleza y contenido de la obra original o del medio de expresión, entonces se realizarán los cambios necesarios y se buscará el encabezamiento apropiado. De este modo, los términos del debate quedarían determinados por los medios de expresión y por las entidades. Así que intentar un acuerdo sobre las modificaciones en el medio físico nos lleva a perfilar la representación de los diferentes criterios que se han usa- do o querido establecer en la catalogación para adaptarse a los cambios sufridos por las publicaciones. Por ejemplo, una novela plasmada en un libro no es lo mismo que una película basada en esa novela, y por tanto tendería a inscribirse en lo que actualmente se denomina trabajo.9 Las nuevas entidades de información... 7 Martínez Arellano, “¿Organización de contenidos u organización de documen- tos?” 315. 8 Martha M Yee. “What is a work?” Part 4, 12. 9 Con relación al concepto de trabajo, Ammy K Weiss y Timothy Cartens en su ar- tículo The year’s work in cataloging, 1999, LRTS Vol. 45, Num. 1 (2001): 47-58, re- visan la literatura sobre catalogación relacionada con las teorías y problemas que se han estudiado sobre la obra. Su conclusión es que la catalogación de los si- tios Web y de los recursos electrónicos ha sido la contribución más fascinante en los últimos años de la catalogación, aunque es difícil seguir aplicándole las tra- 27 Cabe advertir que la mayor aportación de las unidades físicas a los principios de descripción es la generación de una gran varie- dad de manifestaciones de una obra, y que los problemas hoy ob- servados se deben a que no todas las entidades de información tienen una naturaleza textual. LOS FORMATOS MÚLTIPLES. LA CATEGORÍA DE LOS DUPLICADOS Cuando aparecieron las nuevas entidades de información surgieron diversas dificultades para entender que los impresos y los recursos electrónicos podrían presentar el mismo contenido pero distintos formatos. Así, para no incurrir en equivocaciones se adquirían ambos. Este panorama evidenciaba la carencia de un fundamento que permitiera explicar en qué términos debería organizarse el nuevo formato; es decir, el recurso electrónico. Los nuevos formatos con características diferentes a los impre- sos y libros, provocaban, como lo indica Lynch,10 que el foco de atención se centrara en describir, organizar y administrar de la misma manera como se hacía con las otras entidades (las tradicio- nales) pero sabiendo que no eran una réplica sino piezas únicas que a mediano plazo se compartirían y usarían. Lynch11 afirma que en el mundo de la información digital, la du- plicidad de los objetos es un asunto difícil de tratar porque inter- vienen varios factores: el formato, la encriptación de los datos, los esquemas de representación y compresión, así como las diversas versiones que puede tener un objeto de información digital. Problemas con las nuevas entidades de información diciones y estándares de catalogación a estos nuevos tipos de documentos y a la información electrónica en general. 10 Clifford Lynch, “Bibliographic description and digital objects: toward a new dis- cipline of information description and management”, en The future of the des- criptive cataloging rules, Ed. By Brian E. C. Schottlaender, Chicago: ALA, 1998, p.107. 11 Ibid., 115. 28 Por ello en los inicios se daba por hecho que había una seme- janza entre el impreso y el nuevo formato digital, cuyo contenido podía ser exactamente el mismo, pero diferente en su formato. Es comprensible por eso que deba dejarse pasar algo de tiempo antes de adoptar las nuevas apreciaciones conceptuales de cual- quier tecnología cuyos efectos son tan profundos que se tienen que redefinir no sólo categorías basadas en la impresión como <> y <>, sino también conceptos como <>, con todos los presupuestos temporales y especiales que esto arrastra consigo. 12 Para explicar los formatos múltiples se toma en cuenta lo seña- lado por Svenonius, Feldman, Graham y Crawford, quienes men- cionan que una entidad de información puede aparecer en uno o más formatos y que la relación que existía hasta antes del surgi- miento de las nuevas entidades era de una unidad bibliográfica. Así, los formatos múltiples comenzarían a dividir las entidades o re- cursos en varias partes más pequeñas, lo cual no solía apreciarse en los impresos. Feldman13 sostiene que la iniciativa para simplificar la produc- ción de las entidades de información llevó a la estructura de la in- formación digital a crear formatos híbridos, como los CD-ROM, que han sido el medio de transición entre el formato físico y la cone- xión con redes a través de textos, sonido, imagen y video que pue- den ser vistos con diversos programas de cómputo. Crawford14 recuerda que los formatos híbridos y mixtos ofrecen la oportunidad de poseer información nueva con sólo hacer “clic” en algunas de sus partes y acceder a los datos que están en el disco compacto o los sitios Web. Pero ciertos formatos siguen teniendo características equivalen- tes a las de los viejos formatos, como son las listas de discusión y Las nuevas entidades de información... 12 Geoffrey Nunberg. “Adiós a la era de la información.” El futuro del libro ¿esto matará eso? 1ª ed. (Barcelona: Piados, 1998), 111. 13 Feldman, An introduction to digital media, 68. 14 Walt Crawford, Being analog: creating tomorrow’s libraries, (Chicago: ALA, 1999), 156. 29 los mensajes de correo electrónico, los cuales pueden sólo enviar las listas de los participantes y sus comentarios, o la lista de las pu- blicaciones recientemente llegadas a las librerías. Svenonius15 escribe que los problemas con los formatos múlti- ples son las entidades conocidas como “versiones”. Y explica que una versión es un subconjunto que distingue los atributos físicos, como una grabación en formato de CD y una copia de éste en un casete. Esto, por ejemplo, de acuerdo con algunos lineamientos bi- bliográficos, no establece claramente si las diferencias entre ver- sión y edición son causales para pensar en una nueva edición. Encontramos también que hay cierta relación entre las descrip- ciones denominadas multinivel.16 El ejemplo clásico de esa rela- ción es el que se da entre un original y una reproducción, un libro con su microfilm. Este tipo de relación multinivel también es em- pleado para mostrar el “todo con sus partes.” En suma, los formatos y versiones múltiples están proponiendo que se cuente con más manifestaciones digitales junto con los im- presos. El problema aquí es que técnicamente hablando, cada ver- sión necesitará de un registro descriptivo más detallado para cada una de sus partes componentes. También las versiones multiparte poseen la misma información pero en diferentes formatos, los cuales pueden ser híbridos y tener una representación física: disco, cinta, casete o carrete. Pero ade- más pueden no tener propiedad física, cuya intangibilidad sería asumida por la constitución de la información digital. Cabe anotar que el problema de las versiones múltiples es tan complejo que ha producido ramificaciones. Al respecto, los mapas, los documentos cartográficos y las ver- siones electrónicas producidas por un Sistema de Información Ge- ográfica (GIS, por sus siglas en inglés) son ejemplos claros de versiones múltiples; hay documentos cartográficos en discos com- pactos que incluyen digitalizaciones de los mapas y datos geoes- paciales digitales que pueden observarse a través de un GIS. Problemas con las nuevas entidades de información 15 Svenonius, The Intellectual foundation of information organization, 41-42. 16 Ibid, 99. 30 Cuando Larsgaard17 advierte las dificultades que se tienen para catalogar los mapas en CD-ROM, se cuestiona si éstos deben descri- birse como mapas o como recursos electrónicos, ya que varios ele- mentos se relacionan desde el punto de vista de la descripción bibliográfica, con las características que identifican al mapa como una obra, mientras que otros corresponden a un disco compacto que hace referencia al formato físico. Una situación parecida refieren Welch y William18 cuando seña- lan que los recursos catalográficos digitales pueden dividirse en dos tipos: atlas electrónicos y datos geoespaciales. Los primeros se emplean para desplegar información sobre áreas geográficas parti- culares o respecto de temas específicos; en tanto que los datos ge- oespaciales proporcionan información sobre la localización de un objeto en la faz de la tierra. Cada uno de estos recursos es repre- sentado por un tipo de archivo que es operado por un GIS o un programa similar. Estos mismos autores juzgan que los lineamientos actuales de la descripción bibliográfica no tienen claridad en cuanto a aquello que se debe catalogar en los formatos y versiones múltiples, si los atributos físicos u otras características relacionadas con el conte- nido. Por ello las nuevas manifestaciones cartográficas refieren que deben revisarse los señalamientos correspondientes al formato fí- sico u otra característica que indique la diferencia. Por su parte, McEathron19 dice que los documentos cartográfi- cos producidos entre 1400 y 1600 son entidades de información Las nuevas entidades de información... 17 Mary Lynnette Larsgaard, “Cataloging cartographic materials on CD-ROMS”, en Maps and related cartographic materials: cataloging, classification and bi- bliographic control, Paige G. Andrew, Mary Lynnette Larsgaard, guest ed. Ca- taloging and Classification Quarterly, Vol. 27, núm. 3 /4 (1999): 363-374. 18 Grace D. Welch y Frank Williams, “Cataloging digital cartographic material”, Maps and related cartographic materials: cataloging, classification and bi- bliographic control. Paige G. Andrew, Mary Lynnette Larsgaard, guest ed. Ca- taloging and Classification Quarterly. Vol. 27, núm. 3 /4 (1999):343-362. 19 Scott R. McEathron, “Cartographic materials as works”, en Works as entities for information retrieval, Richard P. Smiraglia, ed. Cataloging and Classification Quarterly, Vol. 33 núm. 3 / 4 2002: 181-191. 31 que representan el contenido y el formato. Es decir que debido a la época en que fueron creadas, las características que presentan no pueden ser descritas y representadas por un sistema de recupera- ción de información actual. Por ello, la cartografía antigua lo único que puede aportar es una versión digital; esto es, un duplicado. Como punto de coincidencia con la afirmación anterior, los do- cumentos cartográficos han sido utilizados como ejemplos clási- cos para explicar lo que son los duplicados de una manifestación física y una versión duplicada digital. El esquema general del mapa incluye al menos los siguientes principios:20 1) la posición de un espacio físico identificado por un sistema de coordenadas, 2) la representación de espacios geográficos con un rango de tamaño o dimensión, 3) el espacio descriptivo y estructuralmente jerárquico, 4) puntos, líneas y áreas de objetos que existen en el espacio, y que son representados por símbolos, 5) gráficas principalmente linea- les que varían en tamaño, 6) la relación que existe entre las líneas y los símbolos con el espacio físico real, y 7) la escala del mapa que marca el tamaño imaginario del lugar descrito. Según lo anterior, lo que deja de manifiesto el análisis de los mapas y los recursos cartográficos digitales es que no hay coinci- dencias en la mayoría de sus elementos descriptivos; sin embargo en la práctica se sigue trabajando con los procedimientos más con- vencionales de descripción. Otro de los casos se relaciona con las videograbaciones y las imágenes en movimiento, consideradas regularmente como repre- sentaciones visuales y auditivas que difieren del texto impreso; la descripción de éstas está estructurada con base en el formato físico, ya sean cintas o casetes. En varias ocasiones ha surgido la pregunta, como lo indican Tur- ner y Groodrum21 y Andrea Leigh,22 de ¿por qué las imágenes en Problemas con las nuevas entidades de información 20 Alan M. MacEachren, How maps work: representation, visualization, and de- sign, New York: The Guilford Press, 1995, pp. 198-199 21 James Turner y Abby Goodrum, “A. modeling videos as work”, en Work as en- tities for information retrieva, guest editor Richard Smiraglia, Cataloging & Classification Quarterly , 33, 3 / 4, (2003): 29-38. 22 Andrea Leigh, “Lucy is ‘Enceinte’: the power of an action in defining a work”, 32 movimiento son consideradas como iguales al texto?,23 porque el cuerpo de un libro es un texto abierto generado por un autor y se tiene acceso a ese texto con el propósito tanto de leer como de es- cribir. Sucede que cuando se desarticula un texto se percibe que hay una entidad que se puede disgregar (separar), manipular y re- agrupar de nuevo (reunir) sin dañar el texto en sí ni al autor. Las videograbaciones y las imágenes en movimiento mantienen una relación demasiado compleja entre lo que es el formato físico y el contenido, debido a que su naturaleza no surge del todo de un texto. Por ello, como lo indica Desley,24 la descripción de la enti- dad se hace de acuerdo con un grupo de materiales conocido, y es que puede determinarse tanto la clase como el formato. Pero cuando aparecen los nuevos formatos que carecen de ese elemento identificatorio, surge la duda: ¿qué hacer con ellos? Por eso los videos y sus nuevas versiones no presentan infor- mación normalizada en sus formatos, situación que torna compleja la ubicación de dónde inician y dónde terminan; y además está la intervención de demasiadas personas en la elaboración, lo cual di- ferencia mucho los datos que se ofrecen en el estuche y los que aparecen en la pantalla. Desde 1997, cuando aparecen los videodiscos digitales (DVD, por sus siglas en inglés), los problemas de descripción fueron simila- res a los que presentaron los discos compactos (CD) y su gran ca- pacidad de audio. En general, el video disco no difiere mucho en cuanto a su descripción de la que se hacía con los casetes en for- mato VHS, excepto en algunos detalles. La descripción de un DVD requiere mayor atención cuando hay datos complementarios, como la reedición de la película, subtítu- los en varios idiomas, versiones alternativas a toda la película (cor- Las nuevas entidades de información... en Work as entities for information retrieval, Guest editor Richard Smiraglia. Cataloging & Classification Quarterly, 33, 3 / 4 (2003): 99-127. 23 Raffaele Simone, “El cuerpo del texto”, en El futuro del libro: ¿esto matará eso? Geoffrey Nunberg, com. 1a ed. Buenos Aires: Paidós, 1998, pp. 243-244. 24 Tom Desley, “Modeling the Logic of AACR,” en International Conferences on the Principles and Future Development of AACR, ed. Jean Weihs (Monteral, Ca- nada: ALA, 2002), 5-7. 33 tos de estudio, cortos del director, cortos para TV), material docu- mental complementario, entrevistas, etcétera. Todos los datos que surgen de esa información adicional o complementaria, son sus- ceptibles de registrarse en el área de notas. Y también existen di- ficultades con las fechas de elaboración y las indicaciones numéricas de las regiones en las que puede exhibirse el DVD. Lo mismo sucede con las series de TV en videodiscos o discos di- gitales, (en todos los idiomas), y existen varias dificultades, como la imprecisión de los títulos de las series y otros títulos depen- dientes de éstas. Weitz25 asegura que las series de televisión pueden presentarse en capítulos multiparte, como sería una novela que se divide en programas semanales o en programas que se presentan regular- mente en un documental de una hora de duración. La batalla específica con los programas de televisión está pre- sente en las casas televisoras o de Cable. Estas empresas denomi- nan series a sus programas de TV, mientras que en la catalogación la expresión serie está relacionada con una serie bibliográfica.26 Por tanto no puede establecerse una relación directa entre uno y otro término, y por eso no se cuenta con los elementos necesarios para decir que los programas de TV sean semejantes o iguales a las series bibliográficas. En otro orden de ideas, con la comercialización masiva de las cá- maras reproductoras de videograbación aparecieron tres tipos de producciones de imágenes que no necesariamente son producto de las cadenas de TV y Cable, sino producciones locales o persona- les. Las primeras son las videograbaciones creadas localmente (por Problemas con las nuevas entidades de información 25 Jay Weitz, “Videorecording Cataloging: Problems and Pointers”, en The Au- diovisual Cataloging Current, ed. Sandra Roe, (New York: The Haworth In- formation Press, 2001), 53-83. 26 De acuerdo con las RCAA2 edición de 1998, una publicación en serie es una pu- blicación editada en cualquier medio, que aparece en partes sucesivas, cada una de las cuales presenta designaciones numéricas o cronológicas y que pre- tende continuarse indefinidamente. Las publicaciones en serie incluyen: publi- caciones periódicas; periódicos; anuarios (informes, etc.); revistas, memorias, actas, etc., de sociedades; así como series monográficas numeradas. 34 instituciones, etc.), las segundas son aquellas que se reproducen lo- calmente (p. e. entre familias), y por último están las videograba- ciones, que son copias grabadas de una transmisión de TV o copias tomadas de una señal vía satélite. Actualmente están también las vi- deograbaciones que se obtienen a través de una tecnología móvil como el teléfono celular. Las videograbaciones producidas localmente, indica Weitz, se tratan como versiones sin publicar y consisten en presentaciones de libros, eventos locales, videos de tesis, disertaciones y proyec- ciones de una clase. Con relación a las reproducciones locales de videograbación, el mismo Weitz nos dice que se trata de aquellas que incluyen ver- siones copiadas de películas, versiones de otras videograbaciones u otro tipo de material audiovisual que se ha reproducido con la autorización de los editores y distribuidores con el fin de preser- varlas o circularlas en videoclubes, sesiones de clases, etcétera. Son consideradas como copias de una manifestación de una película. Por último están las reproducciones tomadas de una compañía televisora o vía satélite, conocidas como videograbaciones “fuera del aire”. Se trata de versiones videográficas no publicadas que para las casas productoras no constituyen una publicación. A este tipo de versiones se les adicionan datos informativos que se les comunican al público sobre su publicación, distribución, etcétera, en los cuales se registran los créditos del canal de televisión o la vía satelital, así como la fecha en que “estuvo al aire”. Sumariamente los problemas de descripción bibliográfica que han surgido con las videograbaciones y las imágenes en movi- miento son tres: 1. No hay una manera de determinar la semejanza que puede existir entre las series de televisión y los episodios o capítu- los de los programas de TV, razón por la cual las versiones mul- tiparte están firmemente representadas en este tipo de entidad. 2. El aspecto relacionado con algunos detalles de la descripción, técnicamente conocido como granularidad, no ha sido bien Las nuevas entidades de información... 35 desarrollado. Según Taylor27 la granularidad se refiere al hecho de poder describir algo tan específico como el conjunto de imágenes que muestran un evento dentro de toda la entidad de información. 3. Está apareciendo una nueva manera para nombrar las partes de las entidades de información; se les denomina unidades discretas. La importancia de analizar las videograbaciones y las imágenes en movimiento ha dado como resultado que la descripción de las nuevas entidades de información ya no se haga al nivel de la cinta, disco o casete, sino a partir de la descripción de toda la entidad. Lo que se hace es observar las particularidades o detalles que cons- tituyen una videograbación. Los libros raros y sus versiones digitales, son otro ejemplo de lo que es un formato duplicado. Copeland,28 quien ha analizado las versiones digitales de los textos, Book of Urizen, y The Kelmscott Chaucer y Robinson Crusoe, señala que en las obras mencionadas, lo único que cambia es el formato de presentación. Además, se constata que la ausencia de ciertos elementos diferenciadores como el título uniforme o la Designación General del Material, con- funde a los usuarios para identificar la versión que están buscando. Copeland concluye que los numerosos proyectos de preserva- ción y conservación digital de libros raros que están en ejecución, han prometido discutir la definición de “reproducción.” Este acon- tecimiento nos regresaría al debate acerca de la descripción de los microfilmes y las versiones digitales simples o múltiples. Aunque también nos muestra que las características de las versiones elec- trónicas son más fáciles de representar porque se ajustan a las par- ticularidades de un actual sistema de recuperación de información y la información que tiene estructura digital. Problemas con las nuevas entidades de información 27 Taylor, The organization of information. 367. 28 Ann Copeland, “Works and Digital Resources in the Catalog: Electronic Version of Books of Urizen, the Kelmscott Chaucer and Robinson Crusoe,” Cataloging and Classification Quarterly 33, no. 3/4 (2002). 36 MISMO CONTENIDO DISTINTO FORMATO. LA CATEGORÍA VARIANTE Nada es estático, todo tiende a cambiar con el paso del tiempo. Levy29 apunta que en el siglo XX el desarrollo del cine, el video, la microficha y la tecnología de la fotocopia, requirieron en la prác- tica bibliotecaria, de cambios y ajustes en ciertas legislaciones, en los patrones de publicación y en su distribución, antes de ser con- sumidos y usados, pero ninguno de esos desarrollos causó tanta in- certidumbre, confusión y ansiedad como los suscitados por la tecnología digital. Y es que antes todo giraba en torno a un objeto físico llamado libro. En la actualidad los aspectos relacionados con la virtualidad, los cambios instantáneos en las publicaciones y la noción de edi- ción, entre otras cosas, han comenzado a preguntarse ¿qué es lo que se describe con las nuevas entidades de información? Justamente la categoría Variante es la que está en el límite de ese cuestionamiento, debido a que los nuevos formatos que comen- zarían a generarse como denominadores comunes serían las co- pias fieles y exactas de la entidad de información convertida en digital. La categoría Variante indica que se tienen dos perspectivas para las nuevas entidades de información. La primera según Levy, sola- mente debe hacer referencia a cómo describir las nuevas entidades de información. La otra, nos coloca frente a una serie de cambios sustanciales, los cuales no se resuelven con una simple enmienda a los lineamientos de la descripción bibliográfica. Así pues, ten- dríamos que pensar en un plan que considerara la descripción y el acceso a los formatos y las versiones múltiples. Mientras tanto es prudente asumir los cambios, a pesar de las re- sistencias y oposiciones presentes en el ámbito bibliotecario. Ahora bien, para hablar de la catalogación de la Red, la catalo- gación de materiales digitales y la catalogación de recursos de In- Las nuevas entidades de información... 29 David M. Levy, “Cataloging in the digital order,” in DL95 (1992). http://csdl.tamu.edu/DL95/papers/levy/levy.html. 37 ternet”, es necesario subrayar que ha influido mucho en ello la du- plicación de los formatos de una misma entidad. Hace un lustro era común hablar de mapas electrónicos o digitales, grabaciones so- noras digitales, videograbaciones digitales, libros y revistas elec- trónicos, entre otras entidades más relacionadas con lo electrónico y digital. La postura actual se orienta a asumir que en este proceso de transición, lo inicial es buscar la equivalencia entre una nueva en- tidad de información y la entidad bibliográfica. Y después habrá que observar las características cambiantes en las nuevas entidades para establecer la separación entre los nuevos formatos y aquellos existentes que no cumplían con los postulados de la descripción bibliográfica. Y finalmente sería necesario encontrar la manera de que los lineamientos vigentes respondieran a los nuevos perfi- les de las entidades. Esta última postura llevaría a revisar lo que estaba sucediendo antes y lo que posiblemente sucederá después con las nuevas pro- ducciones tecnológicas. Las nuevas producciones tecnológicas. La categoría Emergente Han surgido entidades de información que adoptan características nuevas, tanto en su forma como en su contenido, es lo que llama- mos categoría Emergente. Se trata de productos desarrollados por la tecnología de la información y su formato no es necesariamente físico. Sus características son que el usuario puede acceder y usar los datos, y al mismo tiempo tiene la posibilidad de hacer modifi- caciones. Técnicamente se les ha denominado recursos:30 electró- nicos, de Internet, Web y / o de información digital. Problemas con las nuevas entidades de información 30 Entendemos por recurso cualquier objeto que contiene información y está dis- ponible en la Web. Puede tratarse de documentos individuales, o de conjuntos de entidades, o servicios en línea de bases de datos. Pueden ser representaciones de datos textuales, imágenes, sonido, video, gráficos que se asemejan un libro, o mapas, entre otras representaciones que se asemejan a un objeto tangible. 38 Al respecto, Huthwaite31 indica que el medio ambiente de la or- ganización de la información ha cambiado debido al rápido creci- miento de la Internet. Este arribo de Internet está redefiniendo, ni más ni menos, el significado de lo que entendemos por informa- ción. Pero se tiene que reconocer que la información en Internet debe estar organizada para ser útil. Además de lo anterior, el crecimiento de Internet hace que al mismo tiempo se experimente el acceso y la recuperación de datos con una gran variedad de medios de información. En el pasado los formatos de información estaban claramente definidos y se les re- conocía fácilmente, pero ahora los límites mismos de los formatos son más fluidos y pueden existir en forma tangible con acceso di- recto, o en forma intangible con acceso remoto y sin que se tenga una copia disponible en las manos. Las nuevas producciones A partir de 1995 el foco de atención ha estado en las nuevas pro- ducciones. Es preciso mencionar aquí que dos décadas antes se analizó este asunto, pero se abordó el asunto usando las denomi- naciones de archivos legibles por máquina y posteriormente ar- chivos de computadora. Dos años después, en 1997, varios de los estándares de descrip- ción bibliográfica comenzarían a unificar los criterios y adoptarían el término propuesto por las ISBD: recursos electrónicos.32 Tillett33 señala que este ajuste en las RCAA2 permitiría ampliar el Las nuevas entidades de información... 31 Ann Huthwaite, “AACR2 and other metadata standards: the way forward”, en Electronic cataloging: AACR2 and Metadata for serials and monographs, Sheila S. Intner, Sally C. Tseng, Mary Lynette Larsgaard, eds. New York: The Haworth Information Press, 2003, p. 88. 32 ISBD (Er) International Standard Bibliographic Description for Electronic Re- sources, (München: KG Saur, 1997). 33 Barbara B. Tillett, “AACR2 and Metadata: library opportunities in the global se- mantic web”, en Cataloging & Classification Quarterly 36, núm. 3/4 (2003), 110-111. 39 alcance del capítulo 9, el cual reflejaría el acomodo de los nuevos tipos de entidades, particularmente de aquellas que provenían de Internet. Los términos en el glosario se actualizarían generando los de contenedor, disquete, acceso directo / remoto y recurso elec- trónico. Pero Tillet señala que el término recurso electrónico es un artificio técnico que solamente abarca un grupo de objetos, cuando lo más indicado sería denominarlos objetos de informa- ción digital. Al principio no hubo acuerdo sobre lo que se estaba haciendo con los recursos electrónicos, se decía que se estaba “catalogan- do la red”. Lo cierto es que esta nueva denominación de las clases de formato de las ISBD ha permitido desarrollar una tipología de en- tidades de información que son las más firmes candidatas a ser re- conocidas como nuevas entidades de información, aunque no todos los recursos electrónicos cumplen con las particularidades de las nuevas entidades. De acuerdo con esto último se podría presentar una nueva apre- ciación sobre los recursos electrónicos, sin pretender con ello desaprobar el trabajo realizado por los expertos de las ISBD. Al con- trario, puede tomarse en cuenta que el tratamiento que se está ha- ciendo en el presente trabajo sirve para contar con un espacio de análisis que responda a la pregunta ¿por qué las nuevas entidades de información? Olson34 refiere que los nuevos formatos digitales son una de tan- tas particularidades que surgen con las nuevas entidades, porque hay una ausencia física. Es decir, al no tener como referente la uni- dad tangible, lo que sucede es que hay limitantes para mencionar las características de extensión, duración y las dimensiones de la entidad, como lo indica el área cinco de las reglas de catalogación y las ISBD. Desde nuestro punto de vista la idea de agrupar a las nuevas entidades de información como recurso electrónico fue buena, Problemas con las nuevas entidades de información 34 Nancy B. Olson, “Cataloging remote electronic resources”, en The audiovisual cataloging current, Sandra Roe, ed. New York: The Haworth Information Press, 2001, pp. 101-137. 40 pero el desarrollo de Internet y toda la tecnología Web hicieron que los cambios operados en los estándares perdieran vigencia en un tiempo demasiado corto. Estas nuevas versiones de las entidades de información sola- mente se podrían publicar de manera digital y “en línea”, como su- cede con los e-books o libros electrónicos, nombrados así para su distribución en la Red, aunque el término se aplica genéricamente a los documentos digitales de referencia, como enciclopedias y dic- cionarios, o las monografías. A las primeras manifestaciones de los recursos electrónicos se han incorporado luego, dice Olson,35 los sitios Web, las “home pa- ges”, las bases de datos dinámicas y los servicios en línea, cada uno de los cuales es actualizado o revisado irregularmente o mi- nuto a minuto, pero ninguno de esos cambios afecta “la página del título” o la designación cronológica o numérica. Estas nuevas ver- siones no tienen un progenitor físico. A este propósito, Huthwaite36 advierte que el acceso remoto a esas entidades es inestable y que incluso ellas mismas pueden crear sus propios elementos de descripción. Esto quiere decir que los estándares con los que fueron elaborados generan interna- mente elementos que pueden ser leídos e interpretados por los propios programas con que fueron creados. A este hecho se le ha denominadomutación o inestabilidad de la entidad, y consiste en señalar que una entidad no puede permane- cer estática, como un impreso, debido a que contiene diversas formas para adicionar o eliminar información. Por otra parte las característi- cas de la mutación se asemejan a aquellas que tiene una publicación seriada, ya que los cambios pueden darse en lapsos periódicos. Las nuevas entidades de información... 35 Idem. p. 107. 36 Ann Huthwaite, “AACR2 and other Metadata standards”, en Electronic catalo- ging: AACR2 and Metadata for serials and monographs, Sheila S. Intner, Sally C. Tseng, Mary Lynette Larsgaard, eds. New York: The Haworth Information Press, 2003. pp. 87-100. 41 Otro tipo de nuevas producciones son los multimedia interac- tivos que, como afirma Fox,37 están considerándose como una sub- clase de los recursos electrónicos. Su constitución se basa en la confluencia de diversos aspectos tecnológicos del audio, el video y la computación, y en algunos casos cuentan también con texto. Los problemas que tienen estas producciones están en relación con la ausencia de un formato físico, por eso la denominación de interactivo. Esto es, para que funcionen los multimedia debe darse la combinación de dos o más medios, gracias a lo cual el usuario podrá manipular o controlar la naturaleza de la versión digital. La discusión sobre las nuevas producciones no puede estar com- pleta si no se hace referencia a las revistas electrónicas o e-jour- nals, debido a que éstas han aportado enormes cambios a la caracterización de las nuevas entidades de información. En la actualidad, gran parte de las revistas electrónicas está dis- ponible a través de sitios o portales de bibliotecas, y se han adop- tado diversos modelos para adquirir y acceder a sus fascículos físicos y electrónicos. Algunas revistas han aceptado la tendencia de acceso libre y gratuito. Sin embargo, las dificultades para su or- ganización, recuperación y acceso siguen sin resolverse, ya que el uso y el valor de la revista electrónica sigue estando en duda. En la misma línea de discusión, Copeland38 señala que estas nue- vas producciones han encontrado serias dificultades debido a que quienes las describen siguen haciéndolo con los lineamientos vi- gentes para la descripción bibliográfica, aunque también hay quie- nes han comenzado a hacer los ajustes necesarios para entender e interpretar lo que Hirons y Graham39 denominan como recursos continuos e integrantes. Se trata de un modelo por medio del cual Problemas con las nuevas entidades de información 37 Ann M. Sandberg Fox, “The microcomputer revolution”, en The audiovisual ca- taloging current, Sandra Roe, ed. New York: The Haworth Information Press, 2001, pp. 85-99. 38 Ann Copeland, “E-serials cataloging in the 1990s: a review of the literature”, en E-serials cataloging: access to continuing and integrating resources via the ca- talog and the web., Jim Cole, Wayne Jones, eds. New York: The Haworth Infor- mation Press, 2002, p. 16. 39 Jean Hirons y Crystal Graham, “Issues related to seriality,” en International 42 las divisiones actuales de las clases de materiales se modifican con el fin de reconfigurar el “universo bibliográfico.” Así, en lugar de nombrarlas “entidades monográficas” se las denomina recursos continuables. La dificultad principal con las nuevas entidades de información está, como lo indican Dillon y Jul,40 en los formatos múltiples, con- flicto que con el paso del tiempo y con los recursos de Internet y sus estándares cuasi-formales (ASCII, PostScript, TeX, RTF, Adobe Acrobat, SGML, HTML, Word, .gif,.tif, JPEG, MPEG, y QuickTime, entre otros) sólo se ha agravado más cada día, en tanto que la informa- ción digital toma su posición en la organización de la información. Por lo que se refiere a los sitios Web, Campbell41 señala que no hay manera ni método que permita su descripción, ya que como es conocido los lineamientos de la descripción bibliográfica están centralizados en un objeto físico discreto, o, mejor dicho, en las manifestaciones y ediciones del objeto. De esta suerte la evolución de las nuevas producciones tecno- lógicas de la Web aún no tiene una tradición que pueda guiarnos en su descripción, ya sea porque migran de un impreso o porque nacen en un ambiente digital. Campbell42 señala que cuando una entidad de información es duplicada para ser migrada al entorno Web, sus tradiciones y na- turaleza cambian, de ahí que surja una nueva entidad que tomará nuevas propiedades y cuyas potencialidades de acceso y uso esta- rán de acuerdo con el entorno digital. Es por esto por lo que un sitio Web permite localizar y ubicar las múltiples versiones y for- matos de la entidad. Las nuevas entidades de información... Conference on the Principles and Future Development of AACR, ed. Jean Weihs (Chicago: ALA, 1998). 40 Martin Dillon and Erik Jul, “Cataloging internet resources: the convergence of libraries and internet resources,” Cataloging and Classification Quarterly 22, núm. 3/4 (1996). 41 D’Grant Campbell, “Straining the standards: how cataloging websites for cu- rriculum support Pose fresh problems for the Anglo-American Cataloging Rules”, en Metadata and Organizing Educational Resources on the Internet, ed. Jane Greenberg (New York: The Haworth Information Press, 2000), 79-92. 42 Ibid. 43 Son varios los problemas que tenemos con los multimedia inter- activos, el mayor de ellos es identificar ¿qué son? Luego está el pro- blema relacionado con tener que decidir el modo de describirlos, ya que los multimedia son realmente versiones que se componen de dos o más medios, de los cuales ninguno es predominante para determinar ¿cuál de ellas es la entidad completa o la parte com- ponente que se debe considerar para ser representada en un re- gistro descriptivo? Problemas con las nuevas entidades de información 45 Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos LAS DIFERENCIAS SURGIDAS en cuanto a la forma, esencia y fin delas Reglas de Catalogación Angloamericanas, segunda edición(RCAA2) y los Metadatos, proponen que las nuevas entidades de información pueden ser organizadas de maneras distintas. La pri- mera es la que por tradición fue utilizada en el medio bibliotecoló- gico, al menos el anglosajón, como la norma básica para la descripción bibliográfica; la segunda es que los Metadatos surgen como consecuencia natural del uso de las tecnologías de la infor- mación y son empleados como parte de los mecanismos de funcio- namiento de los actuales sistemas de recuperación de información. Este capítulo intenta probar que los Metadatos son la opción más viable para solucionar los problemas de organización que han surgido con las nuevas entidades de información, y que las RCAA2 necesitan modificarse y adecuarse a los requerimientos que exige el universo de entidades que simbolizan de manera tangible e in- tangible la información. LA TRAYECTORIA DEL CAMBIO DE LAS REGLAS DE CATALOGACIÓN ANGLOAMERICANAS 2ª ED. En los últimos años el recorrido del cambio de las RCAA2 ha sido muy largo, sobre todo en lo que se refiere a su revisión estructu- ral que busca una mayor concisión descriptiva, pero también debe adecuar varios capítulos que se relacionan con las nuevas entida- 46 des de información, (como son los recursos electrónicos), e igual- mente modificar las reglas de catalogación para permitir el ingreso de las entidades de información que carecen de formato físico. Desde nuestro punto de vista, los orígenes del cambio en las RCAA2 que están relacionados con las nuevas entidades de infor- mación surgen de la necesidad de establecer un criterio que per- mita describir el objeto físico, las versiones múltiples y los formatos nuevos, así como las bases de datos y los objetos de información digital, y de la urgencia por establecer una nueva conceptualización sobre los principios que inspiran a las reglas de catalogación. Estos cambios han producido tres consecuencias “prácticas”: a) Que los problemas de las reglas de catalogación1 se deban al hecho de que la tecnología de la información haya incorpo- rado nuevas manifestaciones y cambios en los patrones de publicación. b) Que haya un cambio en algunas características de las entida- des de información; las entidades impresas son fijas y perma- nentes (autor, título, lugar de publicación, descripción física) y las nuevas entidades de información son difíciles de describir2 (variabilidad en la presentación, formas no familiares de pu- blicación, relaciones mal definidas, mutabilidad, movilidad, au- sencia de un receptor físico) c) Que las reglas de catalogación hayan entrado en crisis debido a que la información digital esté considerándose como el nue- vo paradigma de la organización de la información. La fuente del cambio para las reglas de catalogación son enton- ces las nuevas entidades de información. Y todo lo que se refiera Las nuevas entidades de información... 1 Marianne Scott, “Welcoming remarks”, en The principles and futures of AACR, Jean Weihs, editor. Ottawa: Canadian Library Association, 1998. 2 Robin Wendler, “Diversificación de actividades: habilidades y funciones catalo- gráficas en la era digital,” en Internet, Metadatos y acceso a la información, ed. Filiberto Felipe Martínez Arellano y Lina Escalona Ríos, (México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas; Infoconsultores, 2000), 38. 47 al cambio deberá hacerse en función de los nuevos formatos y ver- siones que dan origen a los “recursos” disponibles en la Red. Ade- más, es significativo que a finales del siglo XX se haya ya comenzado a hablar de la codificación del conocimiento como una manera de agrupar las ideas que permiten elegir las generalizaciones. Es necesario definir la naturaleza y la esfera de acción de las re- glas de catalogación para identificar los cambios. En la Interna- tional Conference on the Principles and Future Development of AACR realizada en octubre de 1997, se distinguieron cuatro cam- bios: 1. Una nueva conceptualización. 2. La inclusión de las nuevas entidades. 3. La sistematización en la división de las clases y for- matos. 4. La adecuación de las RCAA al ambiente digital. La nueva conceptualización se considera como un cambio in- novador por sus repercusiones en los lineamientos creados para or- ganizar la información. La inclusión de las nuevas entidades ensancha el espectro de las posibilidades para catalogar. La siste- matización en cuanto a las divisiones de clases y formatos es lo que Hirons y Graham3 han explicado en su modelo y han modifi- cado los conceptos de “monografía” y “publicaciones seriadas”, que ahora son “recursos integrantes” y “recursos continuables.” La ade- cuación de las RCAA al ambiente digital obliga a determinar una serie de acciones que se iniciaron con lo que Desley4 denominó “el modelado lógico de las reglas”, esto siguió siendo hasta que se adoptaron los principios sustentados en la producción tecnoló- gica5; es decir, los metadatos. Es necesario subrayar que cuando comenzó toda esa manifesta- ción de cambio en la catalogación, las nuevas entidades se encon- traban en la fase de aceptación y crecimiento. No es preciso extenderse demasiado sobre esto, pero dos datos pueden destacar Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 3 Hirons and Graham, “Issues related to seriality”, 180-192. 4 Desley, “Modeling the logic of AACR”, 17-44. 5 Rahmatolah Fattahi, “AACR2 and catalogue production technology: relevance of cataloguing principles to the online environment”, International Conference on the Principles and Future Development of AACR, ed. Jean Weihs (Chicago: ALA, 1997). 117-44. 48 estos cambios, el primero fue en 1997, cuando se realizaron mag- nos acontecimientos en la catalogación, como la realización de la Conferencia de Toronto6 denominada Principios y desarrollos fu- turos de las RCAA2, cuyo alcance se convertiría en un referente para todos los acontecimientos futuros sobre catalogación en el ámbito internacional. El segundo acontecimiento tiene que ver con la apa- rición de las ISBD (ER),7 pues los desarrollos tecnológicos estaban siendo examinados con miras a ser incluidos como un nuevo campo de análisis de los recursos disponibles a través de un acce- so remoto. Es preciso deducir algunas implicaciones teóricas y prácticas de semejantes acontecimientos: los alcances de la Conferencia de To- ronto se divulgaron en todo el mundo y produjeron diferencias significativas entre la constitución de las reglas vigentes, y lo que se deseaba hacer con miras a contar con un nuevo código de ca- talogación. Además, fue el momento preciso para discutir si las RCAA2 carecían de elementos para describir los nuevos formatos y versiones de las entidades, y para entender que con el tiempo los metadatos serían considerados como la nueva iniciativa para refe- rirse al acceso, los usos, la descripción y la organización de las nuevas entidades. Hoy las reglas de catalogación se han modificado de acuerdo con lo resuelto en la Conferencia de Toronto y otras reuniones8 que han continuado analizando los cambios. Sin embargo existen todavía asuntos que no están del todo finiquitados, como es el caso Las nuevas entidades de información... 6 “The principles and futures of AACR” (paper presented at the International Con- ference on the Principles and Futures Development of AACR, Toronto, Ontario, Canada, 1997). 7 Ann Sandberg-Fox and John D. Byrum, “From ISBD (CF) to ISBD (ER) Process, Po- licy, and Provisions,” LRTS 2, (1998). 8 Para conocer más sobre estas reuniones se encuentra, por ejemplo, la Confe- rencia del Bicentenario de la Library of Congress (2000); las reuniones del Grupo de Estudio de los FRBR (1992-1997); la Conferencia de Florencia (2003), así como las reuniones realizadas por la IME ICC para actualizar los Principios Internacionales de Catalogación, y las reuniones de CC:DA para elaborar el Có- digo Internacional de Catalogación. 49 del punto cardinal (que abordamos a continuación), los formatos y versiones múltiples, y la inclusión de una nueva iniciativa para organizar la información. El principio cardinal Uno de los asuntos que más ha llamado la atención de los teóri- cos de las reglas de catalogación es el denominado principio car- dinal. A fin de cuentas, la pregunta que todos se han planteado, y respondido de distintas maneras es: ¿cuál es el impedimento car- dinal de las reglas de catalogación para que éstas no puedan des- cribir nuevas entidades? El principio cardinal, como lo refiere Ling Hwey Jeng,9 fue es- tablecido con el fin de gobernar el proceso de transcripción, el despliegue y las opciones de acceso para los datos bibliográficos del objeto y el formato físico que se integran a las colecciones de las bibliotecas. El impacto tecnológico de los 1990, problematizó los procesos y productos, como señala Ling Hwey Jeng,10 porque se comenzó a considerar que la tecnología de la computación era algo que iba más allá de su invención. Es decir, se emprendió el estudio so- bre los usos de la tecnología de la información, comprendiendo que eso implicaría nuevas responsabilidades sobre el tratamiento de los objetos informativos, la creación de sistemas y la adminis- tración de recursos. El punto cardinal representa una de las grandes tradiciones de la catalogación, y por ello Ling Hwey Jeng sostiene que la descripción basada en el objeto físico ha sido el obstáculo que ha impedido el cambio y creado más confusiones en los grupos de discusión de los catalogadores sobre lo que se entiende por “el trabajo base de la ca- talogación, las versiones múltiples y la preocupación por la falta de información sobre lo que son los objetos físicos.” 11 Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 9 Ling Hwey Jeng, “Knowledge, technology, and research in cataloging,” Cata- loging and Classification Quarterly 24, núm. 1/2 (1997), 118. 10 Ibid. 122. 11 Ibid. 123-4. 50 Pero ¿sobre qué trata el punto cardinal? Las reglas de cataloga- ción se basan en la descripción de un objeto físico; es decir, la Par- te I dice que todo material que se integre a la colección de la biblioteca deberá describirse de acuerdo con la copia que se tiene a la mano. El principio cardinal12 se enuncia en la regla 0.24, la cual apunta que: Un principio fundamental del uso de la Parte I es que la descripción de una copia [física debe] hacerse en primer lugar [con base] en el ca- pítulo que trate de la clase de materiales a los que esa copia pertenece... En suma, el punto de partida para la descripción es la forma física de la copia que se tenga en la mano, no la forma original ni otras formas anteriores en que la obra [haya] sido publicada. ¿Cuál ha sido entonces la intención de revisar el principio car- dinal? La respuesta es sencillamente que no existe la posibilidad de considerar aquellas entidades de información que no cumplan con la característica de un formato físico. Todas las investigaciones relacionadas con el principio cardinal, desde que se inició su revisión, han girado en torno de la idea que podría resumirse así: la aplicación del principio cardinal no co- rresponde a las innovaciones impuestas por la tecnología de la in- formación, la información digital y las nuevas entidades. ¿De qué depende esto? De la intangibilidad de las entidades, de su muta- bilidad y de su inestabilidad. Por eso Ayres13 sostiene que el objeto físico deja de ser el único elemento para ser considerado como creador de los catálogos, en tanto que hay otros objetos que están tomando su lugar en el am- biente de Internet y la Web. Dice que a partir de ese momento se comenzará a vislumbrar una serie de cambios relacionados con el uso de la tecnología en la catalogación; cambios en los funda- Las nuevas entidades de información... 12 Reglas de catalogación angloamericanas, 2ª ed. Rev. de 1988, enmiendas de 1993 y 1997, Santafé de Bogotá, DC: Rojas Eberhard Editores Ltda., 1998, p. 8 13 F.H. Ayres, “Time for change: a new approach to cataloguing concepts,” Cata- loging and Classification Quarterly 28, núm. 2 (1999). 51 mentos de la catalogación; cambios en los conceptos, o mejor dicho, creación de nuevos conceptos; cambios en los catálogos, y cambios en lo que se refiere al concepto de información y a la re- cuperación de la información. Desley14 también establece que en términos prácticos el sub- conjunto de reglas que se aplican a la descripción de un ítem, es determinado por la “clase de material” que se aborde. Por ejemplo, un disco deberá catalogarse de acuerdo con las reglas que indican las grabaciones sonoras. Del mismo modo Graham15 apunta que el problema con la regla 0.24, en el caso concreto las publicaciones seriadas, es justamente la descripción de las piezas individuales que se tienen en la mano, que son las que ocasionan dificultades debido a que uno no está familiarizado con ellas. Esta filosofía ineficiente de las reglas de catalogación afecta a todas las publicaciones seriadas debido: a) el énfasis por describir una sola manifestación; b) la falta de reco- nocimiento de que las publicaciones seriadas deben describir copias que no están a la mano; c) fallas en el lugar de publicación, den- tro del contexto de las relaciones bibliográficas; d) la imposibilidad de llegar a un acuerdo respecto de las reproducciones; e) la inca- pacidad de pensar que los medios electrónicos sean percibidos como un formato físico y, d) el hecho de no aceptar que la catalo- gación original siempre será necesaria. Por su parte, Howarth16 señala que insólitamente la misma obra en formatos múltiples o con partes comprimidas en diferentes tipos de medios, ha surgido para cambiar el concepto del contenedor. Con base en lo anterior, este autor se cuestiona ¿por qué la regla 0.24 representa un problema? La respuesta que obtiene es que la parte física de la obra es el punto de salida para crear el registro Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 14 Desley, “Modeling the Logic of AACR”, 1-16. 15 Crystal Graham, “What's wrong with AACR2: a serials perspective,” The Future of Descriptive Cataloging Rules, ed. Brian E. C. Schottlaender, (Chicago: ALA, 1998). 16 Lynne C. Howarth, “Content versus carrier,” The Principles and Futures of AACR, ed. Jean Weihs, (Toronto, Canada: ALA, 1998). 52 bibliográfico, el cual debe elaborarse con el uso de diversas reglas de descripción; no obstante, la misma obra puede aparecer en di- versos formatos; y cuando esto sucede entonces es necesario ela- borar registros bibliográficos separados para cada una de las representaciones físicas. En suma el principio cardinal de las reglas de catalogación ha li- mitado la posibilidad de comprender que aquellas entidades de información distintas al objeto de información física puedan des- cribirse en igualdad de posibilidades. Además se ha demostrado que a raíz de los cambios en los formatos y características de las entidades de información, es necesario emprender una nueva con- ceptualización. La reflexión que nos deja este asunto es que las nuevas entidades de información han promovido, desde su apari- ción, que el acceso y la recuperación de su información deban ha- cerse en igualdad de circunstancias, y que deba se asumirse que son entidades producidas por la evolución de aquellas entidades que las precedieron. Contenido versus contenedor Hay otra pregunta que se hacen quienes han revisado la regla 0.24 con miras a entenderla mejor o para hacer un estudio más profundo: ¿por qué es problemático referirse al contenido y al contenedor? Aun cuando se han generado muchas respuestas, no cabe duda que lo que hace falta es aceptar la necesidad de un cambio. Howarth17 evidencia que la descripción con base en las reglas de catalogación procede más del análisis del formato; de ahí su insis- tencia por determinar la clase del material en que se encuentra la entidad de información. También, Desley18 y Heaney19 aceptan que la estructura de las reglas es problemática para asegurar la correcta aplicación de las re- Las nuevas entidades de información... 17 Ibid. 18 Desley, “Modeling the logic of AACR”, 7 19 Michael Heaney, “Object-oriented cataloging”, en Information Technology and Libraries, sept. (1995). 53 glas 0.24 y 20.1. Desley20 afirma que la complejidad del concepto de “clase de material” es un claro reflejo de las numerosas consi- deraciones que se toman en cuenta para tener que revisar la es- tructura. En tanto que Heaney21 dice que la idea tradicional de catalogar lo que se tiene en la mano procede del interés que sur- gió sobre el formato físico, además de que tal interés (¿necesidad?) le da mayor énfasis a las entidades del mundo real. Finalmente, Heaney22 confirma que las RCAA son un código de catalogación que fue diseñado para la era del catálogo en tarjetas y la bibliografía impresa. Y puesto que sus propósitos y productos aún existen, las RCAA2 todavía tienen su lugar; sin embargo para los catálogos automatizados es necesario intentar desarrollar las RCAA con orientación hacia los objetos pero basarlas en otros principios. De igual manera, Desley generaliza que: en [los] veinte años que lleva publicada la segunda edición de las reglas de catalogación angloamericanas, el medio […]en el cual las reglas operan ha cam- biado significativamente. [Con] la innovación tecnológica han emergido numerosos nuevos medios que se usan como contenedo- res de información, nuevas publicaciones y nuevos modos de dise- minar y de acceder. 23 Desley24 también establece que la revisión de las reglas de cata- logación le sirvió para definir criterios sobre cuatro clases de for- mas físicas: grabaciones sonoras, películas y videograbaciones, archivos de computadora y microformas. Cada una de éstas se de- fine en grupos de formatos físicos (casetes sonoros, discos sono- ros, etcétera; películas y videocasetes, videodiscos, etcétera) que son exclusivos para las clases de las formas físicas. Al mismo tiempo las clases definidas como materiales carto- gráficos, materiales gráficos, objetos de tercera dimensión y rea- Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 20 Desley, “Modeling the logic of AACR”, 7. 21 Heaney, “Object-oriented cataloging.” 22 Ibid. 152. 23 Tom Desley. Modeling the logic of AACR. The principles and futures of AACR. Jean Weihs, editor. Ottawa: Canadian Library Association, 1998. pp.1-16 24 Ibid. 5 54 lia, no tienen un grupo derivado ni un subgrupo de forma física, pero su contenido intelectual se encuentra en la misma copia. La música proporciona otro medio de definición acerca de la “clase de material”, y se refiere exclusivamente a la forma intelectual, cuya forma está expresada en la misma copia, y no a la partitura. Las evidencias anteriores permiten comprobar que las “clases de materiales” mencionadas en la estructura de la Parte I de las RCAA2 y la “forma física”, no son sinónimos de copia, como está señalado en la regla 0.24, pues la falta de claridad del concepto de “clase de material” refleja la falta de más resoluciones significativas en las re- glas, que les permitan tener consistencia y admitir el ingreso de nuevos medios y nuevas formas de expresiones intelectuales y ar- tísticas. Abundando sobre el mismo asunto, las inconsistencias tanto en el catálogo como en las RCAA2 y la aparición de nuevos formas y for- matos, han hecho suponer que las indicaciones de las reglas de ca- talogación no garantizan la descripción de las nuevas entidades de información debido a que sus particularidades o propiedades no corresponden o equivalen a los materiales que tienen propiedades físicas. Formatos múltiples Los formatos múltiples han permitido rediseñar todo lo relacio- nado entre el contenido y el contenedor, así como la elaboración de los registros sustitutos. Existen varias interpretaciones acerca de lo que son los formatos múltiples, aunque todas ellas señalan que en el universo de la información puede existir una obra con su contenido intelectual (su información), y este contenido, a su vez pueda presentarse en diferentes versiones o formatos. De un tiempo acá los formatos múltiples han sido considerados como un asunto que tiene relación con la elaboración de los re- gistros bibliográficos. Por ejemplo, Tillett 25 señala que lo más con- Las nuevas entidades de información... 25 Barbara B. Tillet, “IME ICC: reporte de la 1ra. Reunión, Francfort, Alemania”, en 2da. Reunión IFLA de expertos sobre un código internacional de catalogación: antecedente y documentos, ed. Ageo García B., (México: Consejo Consultivo La- 55 veniente para describir las ediciones y las versiones de una obra es elaborar registros separados. Pero hay otros especialistas que observan que los formatos múl- tiples están permitiendo establecer las semejanzas y diferencias entre la edición (intelectual) y la versión (soporte) en que se al- macena una obra, como defiende Howarth,26 quien menciona que la manifestación de una obra puede tener el mismo contenido pero encontrarse en diferentes representaciones físicas. No obstante, la limitante está en la formulación del principio cardinal, el cual sos- tiene que sólo se permite la descripción de una manifestación. Entonces, ¿qué son una edición, una versión y un formato múl- tiple? Una edición, de acuerdo con Escamilla González es, el con- junto de ejemplares de una obra impresos de una sola vez sobre las mismas planchas y publicados al mismo tiempo[...] Este dato es de gran ayuda para el usuario, ya que le señala con toda precisión la edición de la que se trata y por lo tanto puede decidir si es la que le sirve para sus fines o no. De igual forma, Svenonius27 afirma que una edición es una ma- nifestación de una obra, y que varias ediciones de una obra pueden abarcar el mismo contenido de información pero tener di- ferentes particularidades, tales como el tipo, las ilustraciones, los prefacios, las notas al pie, el idioma y capítulos nuevos e informa- ción actualizada. Abundando sobre lo mismo, Svenonius28 anota que una edición es una manifestación particular de una obra y que diferentes edi- ciones comparten la misma información contenida en una obra. Por ello la aparición de términos como “versión” está comenzán- dose a utilizar como sinónimo de edición. Así surgen versiones (re- lease) niveles, revisión y actualizaciones. De ahí es donde surge la propuesta que hace Svenonius sobre el concepto de “subedición.” Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos tinoamericano para la Cooperación en Catalogación; Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2004),p. 8. 26 Howarth, “Content versus carrier.” 27 Svenonius, The intellectual foundation of information organization, 38-39. 28 Ibid, 40-43. 56 La conclusión acerca de las semejanzas y diferencias entre edi- ción y versión es que la edición se sustenta sobre la base de la dualidad, que combina criterios de contenido y de publicación. Es decir, los conflictos que pueden causarse en la práctica son que una edición tenga dos representaciones descriptivas; es decir, que cuan- do la edición aparezca bajo el registro de dos editores comerciales diferentes, la diferencia esté, simplemente, en las condiciones de la publicación (que se tenga en la mano). Según Svenonius29 normalmente las bibliotecas crean registros separados, es decir, descripciones bibliográficas separadas, prácti- cas que no pueden realizarse con las nuevas entidades de infor- mación porque no hay una normalización en los indicadores de ediciones. O’Neil y Vizine-Goetz30 señalan que una edición es un conjunto de impresos que al mismo tiempo de su publicación fueron identi- ficados bibliográficamente, y que tal edición está comúnmente aso- ciada con un texto. De ahí que si el texto cambia, suceda también lo mismo con la edición. No obstante, también hay a veces algunos cambios en nuevas ediciones, que dan como resultado textos nuevos. En este caso, podría crearse una nueva edición cuando el texto es nuevamente publicado por un editor diferente o contiene cam- bios significativos en el tipo de imagen o en ambos. Aun así, la di- ficultad causada por las versiones de una edición se refleja en sus características físicas. Los miembros del Grupo 4 Estructuras Multipartes de la IME ICC han señalado que: las monografías multipartes son manifestacio- nes que contienen una o más obras; que son finitas y se publican en más de una unidad física, y que las recomendaciones destina- das a facilitar el intercambio de descripciones de registros indivi- duales pueden aplicarse a publicaciones que constituyen una obra Las nuevas entidades de información... 29 Ibid., 40 30 Edward T. O’Neill and Diane Vizine-Goetz, “Bibliographic relationships: im- plications for the function of the catalog”, en The conceptual foundations of descriptive cataloging, ed. Elaine Svenonius (San Diego: Academic Press, 1989), 173. 57 coherente. Por lo tanto, debe haber un registro separado para una obra separada contenida en una parte física separada. 31 Desde que aparecieron los formatos múltiples surgió una ten- dencia interesante que seguramente repercutirá a mediano plazo en la consolidación de diversas propuestas que actualicen y/o re- diseñen las reglas de catalogación y demás lineamientos relacio- nados con la descripción. Esta tendencia consiste en darle un giro de 180 grados a la manera de elaborar los registros, y en compren- der las diferencias que hay entre las ediciones y las versiones múl- tiples de una obra. Finalmente el análisis de lo que son los formatos múltiples está permitiendo modificar diversas apreciaciones que se tenían con relación al contenido y los formatos físicos. De hecho, aquí es pre- cisamente donde se ha observado la medida en que se ha conse- guido descifrar el principio cardinal y su imposibilidad de describir las nuevas entidades que no tienen un formato físico. El cambio en el estatus de la clase El cambio en el estatus de la clase y la Designación General del Ma- terial (DGM) surgen a partir de la revisión de la regla 0.24, sobre la cual Hwthwaite señala que las Enmiendas de 2001 de las RCAA2 le indican al catalogador que: debe describir todos los aspectos del ítem /recurso, incluyendo su contenido, su soporte físico, su tipo de publicación y sus relaciones bibliográficas; con la indicación sobre si el ítem ha sido publicado o no. Se deben describir, en cada una de las áreas, todos los aspectos relevantes. 32 Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 31 Barbará B. Tillett, “IME ICC: reporte de la 1ra Reunión, Francfort, Alemania”, 2da. Reunión IFLA de expertos sobre un código internacional de catalogación: antecedente y documentos, ed. Ageo García B., (México: Consejo Consultivo La- tinoamericano para la Cooperación en Catalogación; Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2004). 32 Ann Hwthwaite, “Concepto de clase de materiales y designación general del material (DGM),” 2da. Reunión IFLA de expertos sobre un código internacional de catalogación: antecedente y documentos, ed. Ageo García B. (México: Con- sejo Consultivo Latinoamericano para la Cooperación en Catalogación; Uni- versidad Autónoma de San Luis Potosí, 2004). 71. 58 Esta indicación reemplaza a la regla 0.24 de la Enmienda de 1998 de las reglas de catalogación. Son muchos los factores que deben considerarse para entender y aplicar el cambio, dado que las relaciones entre lo indicado en la regla y la ejecución de la misma no pueden lograrse de una manera lineal. Una sola causa puede generar diversos efectos, y un efecto puede ser la resultante de va- rias causas. Los ejemplos que pueden referirse a problemas específicos de las entidades de información que tienen más de una clase son un mapa digital, una revista electrónica y un DVD, entre otros más. En ese sentido, Hirons y Graham33 introducen la propuesta de reemplazar el estatus de la publicación y generan el debate, con las sugerencias que aparecen en las argumentaciones de Howarth sobre “contenido versus contenedor”, y los cambios a la regla 0.24 como punto cardinal de la descripción. Tres son las razones por las que estos autores sugieren los cam- bios. La primera responde al estatus de la publicación, la cual está relacionada completa y totalmente con el contenido que debe cam- biar o actualizarse con el paso del tiempo. La segunda es que una publicación solamente permanece estática cuando no hay contri- buciones nuevas que actualicen su contenido; y la última razón es que una publicación que tiene la intención de ser continuada, bajo cualquier forma, será considerará como continuable. Una publicación continua puede incluir, según Hirons y Gra- ham: • Monografías multipartes, para las cuales todos los volúmenes pueden todavía ser publicados. • Monografías acompañadas por suplementos regulares o irre- gulares. • Publicaciones de hojas sustituibles. • Publicaciones seriadas editadas en conjunto con un evento de tiempo limitado (por ejemplo, Gacetas asociadas a los Jue- gos Olímpicos). Las nuevas entidades de información... 33 Hirons and Graham, “Issues related to seriality.” 59 • Bases de datos, páginas Web, servicios en línea y listas de dis- cusión. • Series numeradas, incluyendo series monográficas. • Series monográficas sin numerar.34 De acuerdo con Hirons y Graham35 son tres las nuevas divi- siones en el estatus de clase. La primera es denominada recursos finitos; la segunda recursos continuos, y la tercera recursos inte- grantes, tras lo cual surge la pregunta de ¿qué se entiende por cada uno de esos recursos y cuáles son los tipos de formatos que los re- presentan? • Los recursos finitos. Son aquellos documentos que se com- ponen de una sola parte o que son una sola obra. Entre éstos se encuentran los libros, las películas, los archivos de com- putadora, los carteles y los discos compactos. También se ubi- can los volúmenes multiparte, como son los libros en varios volúmenes y kits o multimedia. • Los recursos continuos. Son aquellos que a través de sus cons- tantes ediciones no pretenden concluir. Aquí se ubican las pu- blicaciones seriadas y los recursos integrantes activos: las revistas, los magazines, los periódicos y las publicaciones pe- riódicas en cualquier formato, ya sea en línea o en archivos de grupos de discusión. Estos recursos tienen un periodo in- definido de publicación. • Los recursos integrantes. Son aquellos que permiten incorpo- rar cambios o actualizaciones sin que se pierda el contenido de todo el documento. Un ejemplo que ilustra claramente este tipo de documento son las carpetas que tienen hojas susti- tuibles y las actualizaciones de los sitios Web. Estos tipos de recursos pueden ser finitos o continuos, ya que lo esencial del recurso cambia sólo en la parte o secciones que se ac- tualizan. Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 34 Ibid. 181-182. 35 Ibid. 60 Sin embargo hay obstáculos que no permiten seguir los cam- bios anteriores porque existen numerosos métodos y procedimien- tos que se asumen para decidir la clase predominante del ítem / recurso, y para encontrar una o varias respuestas al siguiente cues- tionamiento: ¿este objeto que deseo describir, es un recurso finito o continuo? La conclusión a que se llega sobre los cambios en el estatus del recurso es que ha surgido una nueva propuesta para el tratamiento técnico de los recursos, tanto de aquellos que tienen un formato fí- sico como los que carecen de éste. En resumen las RCAA2 han cambiado y actualizado diversos as- pectos relacionados con su estructura, principio cardinal y desig- naciones generales de material, entre otros aspectos, pero los problemas fundamentales que encontramos al tratar de organizar las nuevas entidades de información muestran que hay muchas formas de éstas: una parte que compone a las entidades de información nunca será de interés para las bibliotecas y los usuarios; gran parte de las entidades de información son de uso temporal o local y no de uso generalizado, y no hay una garantía en el nivel de su estanda- rización que se asemeje a las características de los objetos de in- formación tangible que se encuentran en las colecciones de las bibliotecas. El análisis de las RCAA2 mostró que éstas están estructuradas de tal manera que responden a la descripción del objeto de informa- ción que es físico, de ahí sus complicaciones con otro tipo de ob- jetos. Aunque se le han realizado cambios al principio cardinal y varios capítulos específicos (capítulo 3, 9 y 12), desde nuestro punto de vista esto no es suficiente, porque han seguido describiéndose de manera general nuevas entidades de información, lo que impide que se conozcan sus partes componentes. Por lo tanto si se quieren in- tegrar todos los formatos, formas y tipos de entidades de informa- ción será necesario simplificar el esquema de las reglas de catalogación, darle consistencia y mejorar su estructura con un en- foque que tome en cuenta todas las entidades de información. No cabe duda que cuando las RCAA2 incorporaron las Normas Internacionales de Descripción Bibliográfica (ISBD) y los Principios Las nuevas entidades de información... 61 de París en 1960, le dieron consistencia a la estructura de las re- glas, pero los cambios en los formatos de las entidades de infor- mación han propiciado que esas actualizaciones no se reflejen claramente. Es por eso que la perspectiva sobre las nuevas enti- dades de información no es tan clara y que algunas de las reco- mendaciones de cambio para las reglas de catalogación, se orienten hacia la revisión de sus principios, el contenido versus el contenedor, la estructura lógica y el estatus de clase. Finalmente el análisis que se incluye en esta investigación sobre las RCAA2 sirve para afirmar y confirmar lo que varios autores (se- leccionados para el análisis) han señalado: que estas reglas des- criben los elementos del objeto físico más que los elementos del contenido; y que están elaboradas de acuerdo con una estructura que responde a un tipo de sistema de comunicación creado por las ISBD y que solamente refuerzan los objetivos del catálogo en tarjetas. LOS METADATOS COMO SOLUCIÓN. ALGO MÁS QUE DESCRIPCIÓN Resulta evidente que los metadatos adquirirán una posición pre- ponderante en lo que se refiere a la descripción de recursos elec- trónicos. La mayoría de las iniciativas de metadatos ofrecen una solución técnica para representar un recurso (entidad) sin tener la necesidad de limitar las opciones de localización y recuperación. Varios autores, como Senso y de la Rosa Piñero,36 señalan que los metadatos no son algo nuevo en el medio bibliotecológico. La catalogación podría considerarse como un proceso de generación de metadatos, pero ese término puede llevar una carga excesiva de, por ejemplo, reglas de catalogación o estructuras de clasificación temática, entre otros aspectos. Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 36 José A. Senso y Antonio de la Rosa Piñero, “El concepto de metadato. algo más que descripción de recursos electrónicos”, en Ci. Inf., Brasilia 32, no. 2 (2003). 95. 62 Metadatos, entonces, se utiliza hoy en día como un término neutral que permite alejarse de los perjuicios que sufre el medio bi- bliotecológico, y coloca a la bibliotecología en igualdad de posi- ciones frente a otros grupos de profesionales. Como concepto y solución para organizar las nuevas entidades de información, los metadatos aportan más cosas que el término catalogación. Esto se debe a que la mayoría de las funciones de los metadatos permiten: resumir el significado de los datos y la bús- queda; determinar cuál es el dato que se necesita; permitir ciertos usos particulares; recuperar y usar una copia del dato; mostrar ins- trucciones de cómo interpretar un dato; obtener información sobre las condiciones de uso; aportar información acerca de la vida del dato; ofrecer información relativa al propietario/creador, e indicar relaciones con otros recursos y controlar su gestión. En realidad lo que se trata de observar con los metadatos es que éstos inciden en una nueva concepción para entender la mayoría de las características de las nuevas entidades de información que se almacenan en los nuevos formatos. Es decir, se trata de ver al do- cumento como objeto que se define con los propios atributos de cada uno de ellos, sin limitarse a su descripción simple, como se ha venido haciendo en la catalogación. Un aspecto más es que resulta evidente que la descripción de las nuevas entidades a partir de los metadatos deberá entenderse como una generalización que tiende a globalizarse. Es decir, el au- mento de las nuevas formas y formatos de las entidades involu- cran la participación de varias personas y organizaciones y, por ejemplo, los bibliotecarios no serían los únicos que realizaran la descripción, sino que también estaría presente la participación de editores, agencias bibliográficas nacionales, proveedores de servi- cios de información y bibliotecas proveedoras de catálogos colec- tivos. Las nuevas entidades de información... 63 El concepto de metadatos Dentro de la bibliotecología, como lo indica Greenberg,37 referirse a metadatos supone no referirse a un contexto completamente nuevo debido a que el término fue acuñado en la década de los años 60 por Myers con el propósito de nombrar la descripción de un conjunto de datos. Por esta razón hablar de metadatos se pro- pone significar algo muy sencillo, pero a la vez muy complejo, y lo cual está relacionado con esa estructura de la información que describe, explica, identifica, usa y recupera los datos contenidos en un recurso. Por ello en la actualidad los bibliotecólogos comúnmente se re- fieren a ellos como metadatos,38 un esquema formal de informa- ción acerca de un recurso que se aplica a cualquier tipo de objeto digital o no digital, con la finalidad de facilitar su recuperación, autentificación, evaluación, preservación e interoperatividad. Es decir, si se parte del supuesto de que las nuevas entidades de información son documentos unitarios, creados, almacenados, re- cuperados y producidos como una unidad coherente de informa- ción, y que su forma no es necesariamente física y tangible, entonces el empleo de los metadatos deberá ser la estructura de descripción más adecuada para crear sus registros sustitutos que se encontrarán en las bases de datos. Reflexionando en el supuesto anterior y de acuerdo con varios autores (Jeng,39 Taylor40 e Intner41) quienes han adelantado diver- sas propuestas aún no concluyentes sobre el mundo electrónico, éste todavía es confuso, volátil e incontrolado, porque sus límites Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 37 Jane Greenberg, “Understanding metadata and metadata schemes”, en Meta- data: a cataloger's primer, ed. Richard Smiraglia (New York: The Haworth Press, 2005),17. 38 Understanding metadata, Bethesda, Md.: NISO, 2004, p.1 URL: www.niso.org (consultado: enero de 2007). 39 Jeng, “Knowledge, technology, and research in cataloging.” 40 Taylor, The organization of information. 41 Sheila S. Intner, Access to media: a guide to integrating and computerizing catalogs, (New York: Neal-Schuman Publishers, 1984). 64 todavía no son claros y se encuentran versiones múltiples de un mismo objeto de información que pueden residir en un dispositivo tangible (discos, disquetes, etcétera) o intangible (sitios de red, mini computadoras, Localizador Uniforme de Recursos), todo lo cual hace pensar en que existen dos mundos cercanos de infor- mación, que están a la vez distantes. Es decir, los libros y sus re- presentaciones similares puedan beneficiarse de la descripción y del acceso bibliográfico, en tanto que Internet y sus recursos no. Y de modo parecido el catálogo responde a la localización de en- tidades bibliográficas, mientras que las nuevas entidades de infor- mación no se pueden localizar de la misma forma. Es esperable que los metadatos conlleven una carga excesiva de utilización que implique diversos supuestos que no es posible abarcar debido a que el término deberá entenderse como aquél que ayuda a con- ceptualizar todo lo que encierran las nuevas entidades de infor- mación en un ambiente digital. Los metadatos han crecido tan rápidamente como la informa- ción electrónica y las nuevas entidades de información, de ahí que su introducción como práctica está relacionada con la palabra clave en el futuro de las bibliotecas, la información digital. En este contexto lo que ha venido desencadenando el intento de proporcionar acceso oportuno y rápido a las nuevas entidades de información ha sido (a pesar de las restricciones físicas) la fal- ta de homogeneidad en las colecciones de las bibliotecas. Taylor42 señala que algunas de las definiciones sobre los meta- datos se refieren exclusivamente a los recursos electrónicos, pero hay autores como Wendler, que señalan que en la catalogación se han venido creando metadatos desde hace varios milenios; es decir: Después de todo siempre hemos creado metadatos para controlar y proporcionar el acceso a nuestras colecciones. Mi propia definición de metadatos dentro del contexto bibliotecario es muy amplia: la infor- mación necesita ser identificada, localizada y controlada a través del ac- ceso a los materiales; la biblioteca desea hacer esta información Las nuevas entidades de información... 42 Taylor, The organization of information. 140. 65 disponible a sus usuarios. Desde esta perspectiva, la catalogación son metadatos, aunque no todos los metadatos sean catalogación. 43 Si esto es así se puede afirmar que la catalogación44 ésta envuelta en un medio de propiedad y precisión tanto como de una estructura lógica, porque provee de una estructura bibliográfica que sirve de soporte para los servicios de referencia y asegura una efectiva or- ganización de las colecciones, sean éstas tangibles o intangibles, como las denomina Gorman,45 cuando afirma que las colecciones actuales en la biblioteca están constituidas por cuatro partes: 1. Objetos tangibles propiedad de la biblioteca y resguardados en un lugar físico específico. 2. Recursos (electrónicos) intangibles, existentes en la biblioteca y disponibles para su uso dentro de ésta. 3. Objetos tangibles, propiedades de otras bibliotecas pero ac- cesibles a través de sistemas de préstamo interbibliotecario y bases de datos colectivos. 4. Materiales remotos intangibles (electrónicos) que no existen en la biblioteca, pero a los cuales la biblioteca tiene acceso. De todo lo anterior lo que más interesa destacar es el aspecto re- lacionado con la organización de la información, ya que es aquí donde se encuentra el asunto de la catalogación y los metadatos; es este aspecto el que tiene como propósito principal crear las re- presentaciones que necesita, de acuerdo con varias normativas que contengan la información suficiente sobre las entidades de infor- mación, y que las distinga a unas de las otras. Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 43 Wendler, “Diversificación de actividades: habilidades y funciones catalográfi- cas en la era digital.” 36. 44 Ingrid Hsieh-Yee, Organizing audiovisual and electronic resources for access: a cataloging guide (Englewood, Col: Libraries Unlimited, 2000), 1-8. 45 Michael Gorman, “¿Metadatos o catalogación?: un cuestionamiento erróneo”, en Internet, Metadatos y acceso a la información en bibliotecas y redes en la era electrónica, ed. Filiberto Felipe Martínez Arellano y Lina Escalona Ríos, (México: UNAM, CUIB; Infoconsultores, 2000), 2. 66 Ambas actividades, como se puede constatar, se llevan a cabo mediante una serie de pasos complejos que inician con la des- cripción de la entidad y finalizan con la asignación de los puntos de acceso. Todo lo anterior se lleva a cabo tomando en cuenta re- glas y estándares nacionales e internacionales, pero también las prácticas comunes desarrolladas por los bibliotecólogos profesio- nales especializados en estos asuntos. Ahora bien al acercarnos a los metadatos estamos, obviamente, frente a la posibilidad quizá la necesidad de efectuar un cambio en las prácticas de organizar información; esto es, ante la posibilidad de que las nuevas entidades de información puedan describirse de una manera más apropiada a la que ha sido establecida por las tra- diciones catalográficas. Los metadatos que describen las nuevas entidades de informa- ción, como se observará más adelante, tienen buena parte de su ori- gen fuera de la bibliotecología; son tomados de la computación y todo el desarrollo que acompaña a sus programas y equipos para transmitir información. Los metadatos son considerados como ele- mentos constitutivos que son generados automáticamente por los diversos estándares que se emplean para empaquetar los datos de los objetos de información; en otras palabras, son estructuras que representan datos con el fin de almacenar y recuperar el objeto in- formativo digital. El desarrollo de los metadatos es un proceso moderno que in- crementa la importancia de las funciones que tienen la tecnología de la computación y las redes. De ahí que, como lo indica Coyle,46 las actividades de los procesos análogos no puedan ser reemplaza- das o contar con equivalencias entre el intercambio de las unidades físicas y el intercambio de bits y bytes, lo cual requiere consisten- cia y precisión, así como una serie de estándares. Desde 1999 el desarrollo de los metadatos ha sido progresivo, como lo ha observado El-Sherbini,47 quien afirma que éstos res- Las nuevas entidades de información... 46 Karen Coyle, “Standard in time of constant change”, en The journal of acade- mic librarianship, 31, núm. 3. 47 Magda El-Sherbini, “Metadata and the future of cataloging”, en Library review 67 ponden a la necesidad de una comunidad en particular y a un tipo de recursos electrónicos específicos. Sin embargo, la mayoría de los metadatos han sido comparados con el formato MARC21, debido a que este último cuenta con una terminología uniforme e inteligi- ble para todos aquellos que lo emplean. Además se ha observado que los distintos metadatos analizados son tan diversos que no si- guen una misma norma que los gobierne a todos. Por ejemplo, las experiencias con los metadatos han dictami- nado que con ellos se puede hacer fácilmente un registro básico para representar los recursos electrónicos. El-Sherbini48 señala que la mayoría de los metadatos se pueden usar para: • Organizar y mantener organizados los datos de un inventa- rio. • Proporcionar información sobre datos catalogados. • Proporcionar información para ayudar a transferir datos. • Ayudar efectivamente a descubrir y recuperar información que les permita a los usuarios determinar los datos que están buscando. • Controlar el acceso a la información y prevenir que ciertos usuarios tengan acceso a los datos. • Proporcionar acuerdos comunes de acceso a los datos y su contenido. • Dar información que afecte el uso que se hace de los datos, como las condiciones de uso, tamaño o edad. • Proporcionar datos históricos, como el origen de la fuente de los datos y sus modificaciones posteriores. • Transmitir información sobre la propiedad o la creación del texto. • Indicar las relaciones con otros recursos, como pueden ser los vínculos con sus versiones previas o subsecuentes. Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 50, núm. 1 (2001), 16-27. 48 Ibid. 25 68 Los metadatos son entonces esquemas que sirven para describir documentos electrónicos; es decir, datos del conjunto de recursos electrónicos que pueden servir para crear o representar los ele- mentos descriptivos de un documento. Algunos de los metadatos son de aplicación local o para un tipo específico de recurso, y por lo tanto, en ese caso, su aplicación no es universal. Finalmente los metadatos, como una parte de la organización de la información, han comenzando a distinguirse en la creación de normas internacionales que responden a iniciativas universales para, en nuestro caso, describir y organizar las nuevas entidades de información. Estas iniciativas responden a las necesidades que plan- tea la descripción de, por ejemplo, libros y revistas electrónicas, mi- croformas y otras formas que se asemejan a un material físico. Antes de hacer referencia a aquellos metadatos que son acepta- dos como universales en la descripción de estas nuevas entidades, vale la pena mencionar los diferentes tipos que existen de estas es- tructuras. A este respecto El-Sherbini y Klim49 nos indican que exis- ten dos categorías principales: los metadatos desestructurados y los metadatos estructurados. Los metadatos desestructurados son aquellos que extraen auto- máticamente los datos de los recursos electrónicos, para lo cual se emplean regularmente robots e índices que localizan la informa- ción. Por otra parte los metadatos estructurados son creados por los usuarios no especializados, y son comúnmente desarrollados manualmente con algunos de sus datos de extracción automática. Otros metadatos de este tipo son muy ricos, complejos y creados por relaciones enmarañadas de organización entre objetos o co- lecciones de objetos, y están basados en implementaciones del len- guaje de marcado. Por su parte, Taylor50 afirma que los metadatos estructurados se pueden categorizar como metadatos administrativos, estructurales y descriptivos. Los metadatos administrativos son creados con el Las nuevas entidades de información... 49 Magda El-Sherbini and George Klim, “Metadata and cataloging practice”, The electronic library, 22, núm. 3 (2004), 241. 50 Taylor, The organization of information,151-155. 69 propósito de guiar, tomar decisiones y preservar el registro, y ade- más proporcionan información acerca de los registros de almace- namiento y los procesos de migración de los objetos digitales. Los metadatos estructurales son aquellos que se refieren al mar- cado o a la estructura del archivo, al conjunto del archivo, o a otro paquete de información que sea descrito. La información técnica que se requiere para describir un paquete de información se refiere a la manera de relacionar los archivos y al modo en que se puede desplegar y diseminar el objeto en varios sistemas. En suma los metadatos descriptivos, que se detallan más ade- lante, son aquellos que identifican las características de una nueva entidad de información de acuerdo con el análisis intelectual que se haga del contenido. Estos metadatos incluyen los siguientes tipos de información: • Datos que identifican una entidad de información. • Datos que organizan la información (control de autoridades; ubicación relacionada con la obra, nombres, temas, etcétera; y que incluyen la identificación de las entidades relacionadas). • Datos de acceso intelectual (encabezamientos de materia; cla- sificación; categorización). • Dado que el propósito de la investigación no es ahondar en el concepto y la historia del desarrollo de los metadatos, sino considerarlos como una propuesta alternativa que permite la descripción y organización de las nuevas entidades de infor- mación dentro de los sistemas actuales de recuperación y or- ganización, lo siguiente es referirse a la relación que existe entre la estructura de los metadatos y las entidades de infor- mación. La arquitectura de los metadatos La mayoría de los metadatos lo que hace es transcribir los datos in- herentes a una entidad; esto es, los datos que son tomados directa- mente de un recurso, y los reconstruye de acuerdo con un esquema Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 70 que permite su representación en un sistema de información. Así, Caplan citado por Smiraglia,51 dice que los metadatos son informa- ción estructurada acerca de recursos de información de cualquier medio o tipo de formato. Por su parte, Intner, Lazinger y Weihs52 declaran que todas las nuevas circunstancias que distinguen a los metadatos de la catalo- gación tradicional, están apareciendo en la información estructu- rada que se usa para encontrar, acceder, usar y administrar principalmente aquellos recursos de información que están en un ambiente digital. Sobre la arquitectura de los metadatos Taylor53 sostiene que un sistema de metadatos puede clasificarse en tres niveles: el primero de ellos es determinado por un formato simple, en el cual el me- tadato es solamente un dato desestructurado porque se trata del re- curso en sí mismo; el segundo nivel es un formato estructurado, que incluye un conjunto de elementos formales de metadatos que son creados para darle representatividad y descripción al recurso; es decir, para determinar el nivel de complejidad que deberá ser analizado por la estructura que utilice el metadato; y el tercer nivel consiste en un formato enriquecido empleado por cualquier sis- tema de categoría que use la comunidad que utiliza esas descrip- ciones. Básicamente la arquitectura de los metadatos se refiere a la es- tructura, la forma y los elementos que se consideran como esen- ciales para poder iniciar la descripción del objeto o recurso de información que es observado con base en el conjunto de sus pro- piedades. La esencia de la arquitectura es pues un modelo formal para representar las propiedades y los valores de los elementos que se encuentran en cada uno de los campos que constituyen una entidad de información. Las nuevas entidades de información... 51 Richard P. Smiraglia “Introducing Metadata”, en Metadata: a cataloger’s primer, ed. Richard Smiraglia (New York: The Haworth Press, 2005), 4. 52 Sheila S. Intner, Susan S. Lazinger, and Jean Weihs, Metadata and its impact on libraries, (Wesport, Conn.: Libraries Unlimited, 2006), 4-5. 53 Taylor, The organization of information. 71 Hasta la fecha es posible encontrar cuatro tipos de metadatos para describir o identificar un recurso y producir los registros, ya sean bibliográficos o los registros sustitutos de una entidad,54 otros metadatos sirven para localizar un recurso; otros más se utilizan para crear índices especializados y aún otros permiten establecer relaciones hipervinculares entre los recursos. En último lugar, están aquellos metadatos que les permiten a los usuarios realizar anota- ciones. Lo cierto es que cada tipo de metadato cumple un propó- sito específico, ya sea debido a las reglas que lo crean o a las necesidades descriptivas que tiene una comunidad específica. Svenonius55 sostiene que para que la información pueda ser or- ganizada necesita ser descrita; y que las descripciones necesaria- mente se tienen que hacer a partir de las representaciones físicas de las entidades. Tradicionalmente los datos descriptivos son ano- tados en registros y si el registro es de tipo bibliográfico entonces éste reemplaza o sustituye a las representaciones de los recursos informativos. Así, la información descrita por una serie de especificaciones de- terminadas por un lenguaje bibliográfico56 es aquella que responde al concepto de entidad de información. Pero hay que preguntar- se qué es un lenguaje bibliográfico; y se puede afirmar simplemente que es aquél que se emplea para representar datos bibliográficos de las entidades de información. El propio Svenonius señala que, por sus atributos, el lenguaje bi- bliográfico puede subdividirse de la siguiente manera: Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 54 Ibid. 163. 55 Svenonius, The intellectual foundation of information organization, 53. 56 Ibid. 72 Como todo lenguaje, el bibliográfico debe contener varios ele- mentos para ser consistente y cumplir con su universalidad. Sveno- nius57 explica que este lenguaje está integrado por un vocabulario, una semántica, una sintaxis y una pragmática. Respecto al vocabulario, se trata de una expresión simple y com- puesta que se emplea para nombrar los valores de las tres varia- bles: entidades, atributos y relaciones. Con relación a la semántica ésta consiste en las relaciones que se dan entre sus nombres o sus- tantivos, tales como las relaciones de equivalencia, por ejemplo entre un nombre y un seudónimo o, entre un tema y sus cancela- ciones o envíos. La sintaxis se refiere a la ordenación lógica de las relaciones, y de las expresiones más complejas. Por último, la prag- mática, nos dice, consiste en especificar las condiciones para apli- car el lenguaje, tal como la profundidad que se desea emplear en la descripción de una obra. Las nuevas entidades de información... Lenguaje Bibliográco Lenguaje Sus partes son Lenguaje Tiene sublenguaje de Tiene sublenguaje de Autor Título Edición Temática Producción Dispositivo Ubicación y puede ser ClasiQcado Indizado 57 Ibid., 55-58 73 Por su parte, Taylor58 explica que entre los metadatos descripti- vos para crear un registro sustituto de la entidad de información se encuentran los siguientes: Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos Metadatos de esquemas generales y bibliográcos Esquema de metadatos de dominio especíco Otro tipo de registros 58 Arlene Taylor, op cit., p. 164. ISBD Norma Internacional de Descripción Bibliográfica RCAA2 Reglas de Catalogación Angloamericanas, segunda edición revisada. NC Núcleo de Dublín MODS Esquema de Metadatos para Descripción de Objetos ISAD (G) General International Standard Archival Description APPM Archives, Personal Papers, and Manuscripts EAD Encoded Archival Description TEI Iniciativa de Codificación de Textos GILS Government Information Locator Services FGDS Federal Geographic Data Committee Content Standard for Digital Geospatial Metadata VRA Visual Resources Association CIMI XML Esquema para SPECTRUM ONIX On line Information eXchange Indices On-the-fly records 74 Como se ha venido diciendo existen también otros tipos de metadatos que para esta investigación no son relevantes y que mencionaremos y apenas describiremos. Lo que sí haremos será enunciarlos de una manera que permita distinguir y seleccionar la relación que establecen con su propósito principal. Lo anterior se resume en la siguiente tabla, la cual surge de las propuestas reali- zadas por la IFLA,59 Intner, Lazinger y Weihs,60 Taylor61 y Agnew62. Las nuevas entidades de información... Tipo Función Elementos que la integran Ejemplos Administrativo Emplea la información sobre el registro, con sus datos de creación, modificación y relación con otros registros. Datos que permite administrar: • Número del registro • Fecha • Última fecha de modificación • Identificación del registro • Notas • Relación del registro con otro(s) • Información de adquisición • Localización de derechos y reproducción • Documentación de requisitos de acceso legal • Criterios de selección para la digitalización • Control de la versión. Tipo Función Elementos que la integran Ejemplos Descriptivo Representa información física e intelectual de las propiedades de la entidad o el contenido de un objeto digital Datos que permite describir: • Título • Creador • Fecha • Editoriales • Identificador único (ISSN, ISBN, ESBN) • Resumen; notas descriptivas, revisiones • Nivel de audiencia • Medio físico; formatos, etcétera • Idioma de la copia u objeto • Versión • Registros de catálogo • Ayudas para la localización • Índices especializados • Hipervínculos relacionados entre los recursos • Anotaciones del usuario. 59 IFLA, Guidance on the Structure, Content and Applications of Metadata Re- cords for Digital Resources and Collections, (Draft for worldwide review), (2006 [cited agosto 2006 2006]); available from http://www.IFLA.org. 60 Intner, Lazinger, y Weihs, Metadata and its impact on libraries, Capítulo 1. 75 Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos Tipo Función Elementos que la integran Analíticos Información analizada que enriquece el acceso al contenido del recurso. Hay quienes la refieren como “metadatos temáticos”. • Términos temáticos controlados • Palabras clave (tema / tópico) • Resumen: Tabla de Contenido (TOC) • Códigos derivados de algún sistema de clasificación o categorización • Otros elementos de importancia local Tipo Función Elementos que la integran Administración de derecho Representa la información legal sobre el acceso o uso de la copia u objeto digital. • Restricción de uso • Mención de permisos • Suscripción / licencias / pago por uso • Agradecimiento • Nota de Copyright • Esquema de retención • Certificación de calidad • Desconocimiento de uso Tipo Función Elementos que la integran Ejemplos Técnico Proporciona indicaciones particulares sobre el uso de equipos y programas que tienen relación con la convergencia de la copia / objeto con un formato digital, así como con el tipo de almacenamiento, despliegue, etcétera. • Especificaciones del equipo de digitalización • Posición de la cámara • Parámetros de la codificación • Reconocimiento de voz y/ o equipos y programas de read- back • Especificaciones ópticas del scanner • Equipo para rendimiento de imagen • Tipo de archivo y requisitos de los programas de conversión. • Documentación de las condiciones físicas del recurso. • Documentación de acciones para la prevención física y versiones digitales del recurso. • Documentación sobre el equipo y programas, • Información sobre la digitalización • Datos de autenticidad y seguridad. 61 Taylor, The organization of information, capítulo 7 62 Grace Agnew, “Developing a Metadata strategy”, Electronic cataloging: AACR2 and Metadata for serials and monographs, ed. Sheila S. Intner, Sally C. Tseng, and Mary Lynette Larsgaard, (New York: The Haworth Information Press, 2003), 31-46. 76 Los métodos En esta sección se argumenta que el Núcleo de Dublín y MODS son dos propuestas que surgen como respuesta para describir las nue- vas entidades de información. Se trata de propuestas indepen- dientes es decir que no están sujetas a las normas internacionales de catalogación ni al formato MARC21. El Núcleo de Dublín es una estructura que sirve para modelar los datos de las entidades de in- formación, mientras que MODS sirve para reconocer los paquetes de información que se van a describir; la sencillez y agilidad de ambos para representar los datos presupone que quien haga uso de ellos no necesita de conocimientos especializados ni normas de catalo- gación. Finalmente estas propuestas deben ser consideradas como propuestas innovadoras que también sirven para organizar y des- cribir a las nuevas entidades de información. Existen dos razones por las cuales fue creado el Núcleo de Du- blín: una que es una opción para catalogar recursos electrónicos, y la otra, que, como lo menciona Gorman,63 “la catalogación tradi- cional” estaba resultando demasiado costosa. Estos dos argumen- tos son válidos porque como se ha visto aquí, no es posible describir a las nuevas entidades de información ni siquiera con las modificaciones que incluyen las normas de catalogación vigentes. Aunque como varios autores lo señalan (Gorman64 y Wendler,65 entre otros), el concepto original de metadato no surge entre los Las nuevas entidades de información... Tipo Función Elementos que la integran Otros por determinar Son aquellos metadatos basados en particularidades locales, regionales y/o de requisitos organizacionales; o que están de acuerdo con indicaciones nacionales sin sustituir a ninguno de los anteriores. Todas los elementos que se definan en el proyecto de digitalización con base en las especificaciones de cada nueva entidad de información. 63 Gorman, “¿Metadatos o catalogación?: un cuestionamiento erróneo”, 11. 64 Ibid. 65 Wendler, “Diversificación de actividades: habilidades y funciones catalográfi- cas en la era digital.” 77 bibliotecólogos; estos últimos sin embargo se han visto involucra- dos en proyectos de metadatos, y uno de ellos es el Núcleo de Du- blín. La pregunta ahora es: ¿qué se ha hecho y debería hacer con esta propuesta? Las respuestas pueden ser diversas, existe una de tipo tecnoló- gico que nos indica que existe una tarea sin precedente que debe asegurarse de que las generaciones futuras entiendan que la pre- servación de la información digital contenida en los recursos elec- trónicos, está determinada por un tipo de programas y equipos de cómputo que, con el paso del tiempo, deberán actualizarse y mi- grar esa información a nuevos soportes y plataformas. Otra respuesta tiene que ver con el nivel de catalogación que se logre con el Núcleo de Dublín, el cual es mínimo y menos estruc- turado que el que se logra con el Formato MARC21 y con las RCAA2. De hecho, como lo refiere Pasch,66 nos ha costado más de 200 años fijar un patrón predecible de datos para la página titular del libro y dado que no podemos esperar otro tanto, decidimos actuar y em- pezamos el proceso de cambio en el que nos encontramos hoy día. Lo mejor que ha sucedido con las nuevas entidades de infor- mación es que han evolucionado y mostrado características que sin duda no se esperaban, y que paulatinamente nos han hecho co- menzar a dudar si lo tradicional es lo mejor. Expertos en el tema, como Dillon,67 aseguran que el Núcleo de Dublín es mucho más que un esquema, porque se puede adaptar a diversas propuestas, según la comunidad que lo utilice. Además, existe un consenso sobre su estructura, en el sentido de que es sencilla de emplear, y eso ya es bastante. En efecto, el propósito del Núcleo de Dublín fue, como lo es- pecifica Read,68 proporcionar un esquema simple que nos informe acerca de los recursos en línea o electrónicos, y que nos permita crear registros descriptivos bajo otro nombre y estructura y que Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 66 Grete Pasch, Los metadatos y el reto a las tradiciones bibliográficas. 67 Martin Dillon citado por Grete Pasch, op. cit. 68 Jane M. Read, Cataloguing without tears: managing knowledge in the infor- mation society, (Oxford: Chandos Publishing, 2003), 75-77. 78 puedan ser recuperados por medio de sitios Web; otra idea general es que los recursos electrónicos no tengan que ser necesariamente descritos por catalogadores expertos. Por todo ello, el Núcleo de Dublín es considerado como la estructura que puede trabajarse mejor en un sistema de información virtual que contenga sola- mente recursos electrónicos. Finalmente, Lafuente López y Garduño Vera69 refieren que las características fundamentales del Núcleo de Dublín son: simplici- dad; interoperabilidad semántica; consenso internacional; extensi- bilidad, y flexibilidad. Así el nivel de catalogación que ofrece el Núcleo de Dublín debe estar asociado a un sistema de información, a la estructura de las quince etiquetas que representa, y a los datos estructurados de las en- tidades de información. Todo lo anterior reside en un sistema local o remoto. En este sentido los registros de metadatos pueden ser con- siderados como un registro bibliográfico compartido por un consor- cio de bibliotecas. Un ejemplo de ello es que Smiraglia70 reúne en 2005 diversos estudios que proporcionan elementos de análisis para los biblio- tecólogos sobre lo que son los recursos electrónicos, los metada- tos en las bibliotecas y los estudios de caso que resuelven diversos problemas técnicos. Así, el interés por describir de las nuevas entidades de informa- ción y desarrollar métodos ha aumento en los últimos lustros, y el inicio se dio con la incorporación del campo 856 del Formato MARC, el cual permite representar los datos que hacen posible la localiza- ción electrónica. Esto marca la pauta para reflexionar sobre el futuro que se aproxima al tener que organizar la información de la biblio- teca digital. Como lo expresan Capland y Gunther,71 la estructura de meta- Las nuevas entidades de información... 69 Ramiro Lafuente López y Roberto Garduño Vera, Lenguajes de marcado de do- cumentos digitales de carácter bibliográfico (México: UNAM, CUIB, 2001). 68-69. 70 Richard P. Smiraglia, ed., Metadata: a cataloger’s premier (New York: The Ha- worth Information Press, 2005).. 71 Priscilla Capland y Rebecca Gunther, “Metadata for Internet resources: the Du- 79 datos es simple y consiste de una pequeña cantidad de elementos (etiquetas) de aplicación general: mientras que MARC necesaria- mente tiene que combinarse con las RCAA2, y la definición y el con- tenido de cada elemento no tienen una sintaxis independiente; es decir, dependen de la interacción entre las distintas áreas de descripción para crear una interacción entre los elementos del re- gistro. Resumiendo es preciso comentar que las cosas han dado un vuelco, especialmente en lo que se refiere a diferenciar entre las entidades de información tangibles y las intangibles, y que en los últimos años se ha tratado de llenar un vacío con el fin de resol- ver un problema que ha transformado las nociones que teníamos sobre la organización de la información. El advenimiento de la in- formación digital ha incluido el ingreso en una nueva fase en la que algunas características de las entidades implican un cambio radical, y quizás nos hace falta apoyarnos en una noción diferente que retome total o parcialmente la utilidad de lo que hasta ahora se ha denominado “catalogación” en la bibliotecología. Desde un punto de vista particular el objetivo de analizar el Nú- cleo de Dublín no ha sido seguir o definir una línea, corriente, o escuela de pensamiento, sino aclarar que la catalogación tradicio- nal, puesta frente a los metadatos, ha abierto nuevas perspectivas e identificado algunos posibles desacuerdos. Pero también existe definitivamente el convencimiento de que este diálogo está siendo fructífero en tanto que ha despejado las nociones iniciales, y que estamos alcanzando algunos acuerdos. Por otro lado lo que se quiere hacer es observar las implicacio- nes que tiene el MODS72 (Metadata Object Description Schema) en toda esta sistematización sobre las estructuras de metadatos. En este contexto, los límites que se analizan consisten en abordar las implicaciones que tiene la descripción de las entidades de infor- Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos blin Core metadata elements set and its mapping to USMARC,” in Electronic re- sources selection and bibliographic control, ed. Ling-yuh W. Pattie and Bonnie Jean Cox (New York: The Haworth Press, 1996). 43-58. 72 Sheila S. Intner, Susan S. Lazinger, Jean Weihs, op cit. pp. 86-88 80 mación, no así la explicación amplia y descriptiva73 sobre cómo opera el esquema y qué es. El esquema MODS se desarrolla con base en el formato XML des- tinado al manejo de recursos electrónicos y que se usa al desarro- llar registros para este tipo de recurso. El esquema fue creado con un lenguaje basado en etiquetas que son compatibles con MARC21, y lo interesante de él es que los datos digitales pueden ser con- vertidos en datos para hacer registros bibliográficos MARC; aunque también es posible que se trate de un formato simple de cataloga- ción que “nace en la era digital” para permitir la descripción de un gran volumen de sitios Web. Como la definición de sus elementos tiene equivalencia con MARC21, el esquema MODS XML es de tipo opcional, lo que quiere decir que todos sus elementos son repetibles. Por ejemplo, la ver- sión 3.0 de MODS tiene 19 elementos listados. Conviene subrayar que MODS está relacionado con el Metadata Enconding and Transmission Standard74 (METS), por lo que tiene una cercanía en la codificación con MARC. De ahí que los registros METS cuenten con una estructura de metadatos administrativos, téc- nicos, de preservación y descriptivos, que le permiten representar los objetos digitales con una gran cantidad de datos informativos de la entidad que serían de utilidad, por ejemplo, para las biblio- tecas digitales. En resumidas cuentas, MODS y METS privilegian la descripción de las nuevas entidades de información con otras formas de repre- sentación que están más apegadas al objeto digital, el cual tiene como eje motor el sistema de información y el repositorio de la bi- blioteca digital. Por tanto no se trata de resolver el problema rela- tivo al formato, al intercambio, al almacenamiento, a la descripción, al destino o a la preservación masiva; se trata, desde nuestro punto de vista, de que está involucrada la lectura automática del docu- Las nuevas entidades de información... 73 Para tal fin se recomienda consultar el sitio Web oficial en la siguiente direc- ción electrónica: MODS official site web.http://loc.gov/standards/mods/ v3/mods-3-0-outline.htm. 74 Idem. 81 mento u objeto digital, tal como lo han colegido Lafuente López y Garduño Vera.75 En síntesis el Núcleo de Núcleo de Dublín y el MODS al intentar enfrentar las nuevas entidades de información han resaltado las prácticas que deben ser elementales para describir estas entida- des. Por lo que toca al acercamiento a estas propuestas de meta- datos, uno de los métodos básicos es que sólo se deben emplear para objetos digitales; es decir, entidades de información electró- nica y digital. Ambos metadatos nacieron en la era digital, de ahí que sean considerados como conjuntos de elementos semánticamente in- ternacionales, aun con el riesgo de llegar a sólo identificar la ex- cepción de entidades particulares. La estructura que los identifica varía enormemente del Formato MARC21 y de las prácticas de la ca- talogación tradicional. Por ello las nuevas entidades de informa- ción que nacieron en el entorno digital, así como sus tradiciones documentales y sus prácticas de descripción, tienen que evolucio- nar al mismo ritmo que sus estructuras y no esperar a que el fu- turo las alcance, como sucedió con la catalogación tradicional. Este capítulo presentó las dos posibles soluciones que hay para describir las nuevas entidades de información y es evidente que ambas propuestas responden a necesidades distintas pero persi- guen objetivos comunes. Recordemos lo establecido por Cutter en 1876 en sus reglas para el catálogo diccionario: que la persona tenga la posibilidad de encontrar un libro cuando conoce el autor, título o tema; la biblioteca muestre lo que tiene sobre un autor, te- ma o género literario, y que apoye la selección de un libro si se co- noce la edición y la composición literaria o temática. Por lo que se refiere a las RCAA2 se dejó en claro que su propó- sito principal es la descripción bibliográfica del ítem y la trans- cripción de los datos realizada de acuerdo con un orden que depende del tipo de la publicación y el modelo estructural pres- crito por las ISBD. Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 75 Lafuente López and Garduño Vera, Lenguajes de marcado de documentos di- gitales de carácter bibliográfico. 82 Además uno de los logros de las RCAA2 es que le han dado con- sistencia al análisis bibliográfico de todo tipo de recursos, siem- pre tratando que todo gire en torno del objeto físico, su modo de producción, conservación y uso. Pero también las RCAA2 han sido capaces de responder al desarrollo de las nuevas tecnologías sin tomar en cuenta los principios en que éstas se sustentan. En términos bibliográficos, la descripción que se alcanza con el uso de las RCAA2 parte de la transcripción que se hace de la página titular, y las demás partes del recurso y el arreglo de éstas se basan en el modelo de descripción prescrito por las ISBD. Pero a pesar de eso las RCAA2 han mostrado un alto grado de in- certidumbre, confusión y ansiedad por desconocer el alcance de la información digital y todos sus recursos. Por esta razón se han ge- nerado nuevos estándares que están permitiendo la representación de las nuevas entidades de información, y éstos son los metadatos. Los metadatos se constituyen en seis partes: estructura, clasifi- cación, registro del meta modelo y de los atributos básicos, la defi- nición de los datos, los principios de denominación e identificación y el registro. Todos ellos sirven para representar los documentos di- gitales que son generados por las personas, instituciones y grupos que se interesan en compartir, difundir y localizar sus recursos, o aquellos otros que están disponibles en la Web, como son los Sitios web, los documentos digitales, etcétera. Abundando en la opinión sobre los metadatos, una de las me- jores formas de juzgarlos es observar sus objetivos y principios. Los objetivos permiten conocer los propósitos del esquema, en tanto que los principios son las reglas o los acuerdos que acom- pañan a los objetivos. Después se encuentra el análisis del dominio o entorno donde se utilizarán los metadatos; es decir, la disciplina o comunidad a la que van a servir. Como se observa en la investigación la mayoría de los esquemas han sido desarrollados por una comunidad espe- cífica, y el resultado es que se encuentran en la Web esquemas con múltiples utilidades y aplicaciones. Por último está la arquitectura del despliegue que es el diseño estructural, la extensión y la granuralidad (la cantidad de detalles Las nuevas entidades de información... 83 que se quieran capturar y representar en el registro) de los elemen- tos del metadato. Esto es, la cantidad de campos que constituyen el metadato para almacenar los datos de la entidad de información con fines de utilización, recuperación y consulta de la información. Por ejemplo, al Núcleo de Dublín lo constituyen 15 elementos, los cuales se emplean para facilitar la descripción, el intercambio de datos y la interoperabilidad de recursos entre cualquier disciplina o comunidad. Por todo lo expuesto la mejor solución parece ser adoptar los metadatos para organizar la información de las nuevas entidades de información. Por eso a continuación se desarrolla una propuesta que define los aspectos funcionales de los metadatos y las tipolo- gías de las nuevas entidades. SOLVENTANDO LAS DISCREPANCIAS ENTRE LAS RCAA2 Y LOS METADATOS Analizar las reglas de catalogación y la actividad de los metadatos como las dos nuevas formas de organizar las nuevas entidades de información nos llevó a determinar que cada una de ellas responde a un tipo específico de entidades. La primera a los objetos físicos tangibles como son los impresos en tanto que la segunda se orienta a la descripción y organización de los objetos intangibles; es decir, los objetos de información digital. De acuerdo con Greenberg sin embargo, la catalogación y los metadatos son dos propuestas que no son excluyentes ni inde- pendientes una de la otra, sino que siguen procedimientos distin- tos para llegar a una misma finalidad: identificar, describir y localizar un objeto informativo. Desde nuestra visión ambas propuestas cumplen con los objeti- vos generales para organizar la información, objetivos que ya ha- bían establecido diversos autores (Tillett, Taylor y Svenonius, entre otros más) y que desde hace 150 años se han venido empleando en la organización bibliográfica. Aunque como indica Greenberg: “las nuevas circunstancias” han permitido que, en mayor o menor Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 84 grado, se establezcan distinciones entre la catalogación tradicional y la actividad de los metadatos. Las “nuevas circunstancias” a que se refiere Greenberg son: 1. La introducción de nuevos formatos de información, nuevos lenguajes de codificación y nuevos valores atribuidos a los es- quemas creados por la Internet y la tecnología Web. 2. Que la Web ha iniciado el desarrollo de nuevos esquemas de metadatos basados en las necesidades de diferentes comuni- dades fuera del entorno bibliotecario. 3. Que existe en la actualidad una importancia sin precedentes por normalizar el esquema de metadatos y la interoperabilidad. Sin embargo tuvieron que pasar más de cuatro décadas para que la catalogación tradicional se percatara de que era necesario reali- zarle ajustes a sus normativas, las cuales han servido para unificar tanto las prácticas como los principios y estándares de la organi- zación bibliográfica. No obstante, con la aparición de los formatos y manifestaciones de las nuevas entidades de información se comen- zó a observar que era necesario hacer algo más que sólo ajustes. Por ello a finales la década de los 90, la actividad de los metadatos co- menzaría a tomar fuerza como una de las principales tendencias, si no es que la única, para identificar, describir y localizar los datos que se encuentran y representan las entidades de información di- gital. Y también empezaron a proporcionar un control para estas entidades en un ambiente inmaterial como el que desarrolla la in- formación digital. El hecho de que “las nuevas circunstancias” permitan distinguir entre lo tradicional y lo naciente, le ha dado a esta investigación la base para plantear que la actividad de los metadatos es la más indicada para afrontar los cambios planteados por la organización de la información. Además, dicha actividad ya ha comenzado a to- mar fuerza como la tendencia que modifica y revoluciona los nue- vos sistemas de recuperación de información. En otro orden de ideas se ha observado que la entidad física y tangible ha dejado de ser el único objeto portador de información, Las nuevas entidades de información... 85 en tanto que las nuevas entidades de información intangibles se han vuelto las más representativas en el ámbito digital. Por ello cabe suponer que los metadatos se siguen construyendo al mismo tiempo que se van desarrollando los proyectos de digitalización y que, consecuentemente, muchas nuevas entidades de información crean nuevos elementos del metadato. Sobre los problemas con las RCAA2 hemos observado que éstas podrían entrar en crisis debido al centrismo dominante en el ob- jeto físico y su principio cardinal, que responde a un solo tipo de entidad y margina a los nuevos formatos y manifestaciones de las entidades de información. También hemos visto que la revisión de las RCAA2 con base en modelos teóricos como el de “entidad-relación,” no permite aplicar consistentemente todos los supuestos, estructuras y atributos que sustenta ese modelo, debido a que las RCAA2 carecen de un mo- delo lógico semejante, razón quizá por la cual se observen repeti- ciones en las instrucciones y reglas particulares. Al mismo tiempo el modelo conceptual que sustentan las RCAA2 junto con las ISBD, responden más a la transcripción de los ele- mentos descriptivos, y menos al contenido, de las entidades de in- formación. Este modelo conceptual se basa en la consideración de tres entidades que son: la obra, la edición y el ítem, de modo que al querer aplicar la estructura del modelo orientado a objetos, las RCAA2 no reconocieron favorablemente el análisis acerca de lo que son las entidades, los atributos y las múltiples relaciones que hay entre éstas entidades. A diferencia de lo anterior, uno de los aspectos clave de la acti- vidad de los metadatos es que emplean cualquier dato que pueda identificar, describir y localizar las entidades de información, fun- ciones que son importantes para validar los datos que posteriormen- te permitirán generar los permisos de acceso, y también requisitos indispensables para transmitir datos entre los componentes de las redes del Internet y la tecnología Web. Otro aspecto clave de la actividad de los metadatos es que están impulsando la creación de estándares internacionales. En este caso particular, la bibliotecología está participando en el desarrollo de Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 86 la estructura de metadatos descriptivos y administrativos para iden- tificar a todo tipo de entidades de información. Un aspecto más es que la actividad propiciada por los metada- tos está permitiendo crear una apertura en el replanteamiento de los objetivos y principios de la organización bibliográfica, y tam- bién orientando y desarrollando estrategias alternativas de solu- ción. Y otra cosa más es que estas estrategias han dejado de ser consideradas como una salida alterna, y que se están revisando los principios y estándares de la descripción bibliográfica. Ahora se reconoce a los metadatos como algo que es útil para organizar todas las entidades de información —tangibles e intangibles—. Tales apreciaciones sugieren que la actividad de los metadatos debe coexistir junto con las reglas de catalogación como un reflejo de los acontecimientos históricos que estamos viviendo, y que lo que está sucediendo no es únicamente una respuesta pasajera al fe- nómeno de la explosión de la información digital. Todo lo anterior representa una generalización de los resulta- dos obtenidos al analizar las dos alternativas de solución que con- sideramos como las más propicias para organizar las nuevas entidades de información. Recordemos ahora la hipótesis planteada al inicio del capítulo: la actividad de los metadatos cumple con la función de ofrecer ma- yores posibilidades de representar las nuevas entidades, pues em- plea predominantemente procedimientos cercanos a las estructuras actuales de los sistemas de recuperación de información, lo cual sos- tiene que las entidades en su microentorno pueden ser descritas tal y como son creadas para ser transmitidas en la red de Internet. Así, como lo señaló Duval citado por Intner, Lazinger y Weihs, hay cuatro principios importantes por los que debemos tomar en cuenta la actividad de los metadatos: modularidad, extensibilidad, refinamiento y multilingüismo. El primer principio modularidad permite que los esquemas de metadatos sean diseñados para crear nuevas aplicaciones de los me- tadatos al combinarlos con los elementos (objetos) previamente establecidos en los esquemas. Uno de los fundamentos de la mo- dularidad es el concepto del namespaces (nombraespacios), el cual Las nuevas entidades de información... 87 consiste en proporcionarnos las propiedades del recurso de infor- mación. El segundo principio extensibilidad se refiere a la capacidad que tienen los sistemas de metadatos para permitir el crecimiento rela- cionado junto con las necesidades de una aplicación en particular. Así, este principio de extensibilidad es la parte de la arquitectura de los metadatos que permite crear la base de los esquemas y estable- cer los elementos adicionales para las aplicaciones específicas. El tercer principio refinamiento se relaciona con la posibilidad que tienen los metadatos para elegir el nivel de detalle apropiado para cada aplicación. En este principio se encuentran los califica- dores que establecen el significado de cada elemento, y las espe- cificaciones del conjunto de valores que definen el rango de cada elemento. Finalmente el principio de multilingüismo establece que los es- tándares deben permitir la internacionalización y globalización de la forma en que deberán describirse las nuevas entidades de in- formación. Los diferentes esquemas de metadatos proporcionan explica- ciones pero éstas se basan en la solución que dan, más que en su permanencia. De ahí que cada explicación responda a las caracte- rísticas particulares del sistema y a las propias entidades de infor- mación. El auge de los metadatos hace suponer que las formas para orga- nizar las nuevas entidades de información deben adoptar esquemas que permitan un alto grado de complejidad. Sin embargo, los acuerdos alcanzados en la creación de los sistemas de recuperación de la información esperan que se exploten y usen estructuras, for- matos y significados semejantes que le otorguen el mismo valor a las entidades para que éstas puedan intercambiar sus datos. En resumen, y una vez más, la diferencia importante entre los metadatos y las RCAA2 es que los primeros se preocupan más por describir el documento como objeto, donde sus características se define por los esquemas y modelos creados por los sistemas de información, ya que sus antecesores no procuraban esa posibilidad. Las RCAA2 no se preocupaban precisamente por esos temas. Los contrastes entre las reglas de catalogación y los metadatos 88 Más bien, las RCAA2 parecen seguir buscando describir la enti- dad desde su aspecto físico y el soporte en que está permitido el contenido, y han desarrollado únicamente la normalización y uni- ficación de los formatos que sirven para intercambiar los datos bi- bliográficos de todas las entidades de información tangibles. Por ello sus propuestas señalan elementos diferentes de las entidades de información. Aunque tanto las RCAA2 como los metadatos están en una búsqueda (quizá infructuosa) por superar las grietas que se han creado modernamente en los sistemas de recuperación de in- formación. Concluimos este capítulo afirmando que la opción más apro- piada para organizar las nuevas entidades de información es la de- nominada “actividad de los metadatos.” Las nuevas entidades de información... 89 Propuesta para organizar las nuevas entidades de información ESTE CAPÍTULO DESARROLLA la propuesta para organizar las nue-vas entidades de información y se integra en seis secciones,cada una de las cuales corresponde a seis aspectos que deben tomarse en cuenta en el momento de optar por utilizar la ac- tividad central que permite preservar la información digital. Algu- nas secciones solamente tocan líneas generales debido a que su extensión es merecedora de abordarse por separado. ¿POR QUÉ ADOPTAR LAS INICIATIVAS DE METADATOS EN ESTA PROPUESTA? La reflexión que nos lleva a establecer qué de los metadatos son más viables para identificar a las nuevas entidades de información ya ha sido mencionada en el anterior capítulo, y hemos manifes- tado que su origen, crecimiento y desarrollo se dio a lo largo de la década de los años noventa, pero que han alcanzado mayor im- pulso en estos dos primeros lustros del siglo XXI. La iniciativa es una realidad evidente en la sociedad de la información y muchos de los sistemas de recuperación de información actual están asu- miendo los principios, teorías y metodologías originadas en el en- torno de los metadatos. 90 En primer lugar diríamos que los metadatos son valiosos para desarrollar los actuales sistemas de recuperación de información, porque están asociadas con la aparición de las entidades de infor- mación digital desarrolladas por la Internet y las tecnologías de la Web. En segundo lugar sostendríamos que el aumento de las nuevas entidades de información ha dado origen a bases de datos estruc- turados que tienen distintas características, las cuales permiten o bien recuperar una parte, o todos los elementos de las entidades de información. Pero aquí comienza la escalada ascendente en la producción de entidades que incluyen los elementos suficientes para usar no solamente datos referenciales sino también los con- tenidos de la propia entidad. En la actualidad los metadatos han co- menzado a incorporar elementos que permiten administrar los datos estructurales e intercambiar éstos con los datos que son puestos en los registros sustitutos que sirven para representar la entidad de información en una base estructurada. Las nuevas entidades de información... Finalmente diríamos que cuando se piensa en introducir alguna iniciativa de metadatos, puede creerse que el asunto es demasiado complicado y difícil de afrontar. Sin embargo lo cierto es que si Permitiendo Desarrollar sistemas de información Crear estrategias de aprendizaje globales Manejar las formas de comunicación Aumentar el uso de los servicios de información Disminuir tiempos de procesamiento Planificar el futuro ÁREAS DE APLICACIÓN Pueden emplearse en el sector Empresarial y laboral Gubernamental Educativo y bibliotecas Comercio y economía Salud Información ¿Cómo? Reuniendo Los objetos de información digital Diseñando Modelos de metadatos Enseñando A describirlas Están Libres en la Web En el repositorio digital 91 esto se examina detenidamente, podrá observarse que no todas las iniciativas de metadatos sirven para usarse de manera universal, debido a que cada una de ellas responde a tipologías específicas con características de las nuevas entidades de información. Por ello aquí no es posible generalizar, como se hizo en la organización bi- bliográfica. Así los metadatos no podrán representar todo el uni- verso de entidades de información, porque cada iniciativa de metadatos responde más bien a las necesidades particulares de la comunidad a la que está dirigida. PROPUESTA Esta propuesta parte del supuesto de que ningún proyecto sobre la iniciativa de los metadatos puede ser concluyente, así que cual- quier generalización que se haga al respecto deberá considerarse como la opción más apropiada del momento para organizar nue- vas entidades de información. Es decir que hasta el momento no hay ninguna estructura adecuada de las nuevas entidades de in- formación. Lo que sí se sugiere es que la comunidad bibliotecaria considere las iniciativas producidas a partir del análisis de los prin- cipios y estándares de la organización de la información. Así como las Guidance on the Structure, Content, and Application of Meta- data Records for Digital Resources and Collections. He aquí los fines y principios de nuestra propuesta: 1. La representación de las nuevas entidades de información de- berá constituirse con procesos sustentados en estructuras ló- gicas licitadas por los modelos de metadatos descriptivos. 2. La naturaleza de una estructura de metadatos exige que la congruencia entre los principios, normas y reglas de descrip- ción sea el eje principal de práctica y todas las entidades de información, sin importar la naturaleza, formato, contenido o soporte, respondan en igualdad de circunstancias a las nece- sidades de los sistemas de recuperación de información, y a los usuarios finales. Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 92 LA DIVISIÓN DE LA PROPUESTA La propuesta se divide en siete secciones, cada una de las cuales responde a las necesidades que deben cubrirse para describir, arreglar, identificar, localizar y acceder al conjunto de datos o ele- mentos particulares que constituyen las nuevas entidades de infor- mación. El propósito de la propuesta es abastecer las indicaciones que aprueben la aceptación de la actividad de los metadatos para el arreglo de las nuevas entidades. Es preciso aclarar que las seccio- nes que atraen mayor atención son las relacionadas con las enti- dades de información y los metadatos descriptivos. Las restantes se explican, en trazos generales, porque esos asuntos no fueron tra- tados en esta investigación. La siguiente ilustración resume gráficamente la propuesta y luego se explica cada sección. Las nuevas entidades de información... ORGANIZACIÓN DE LA PROPUESTA Introduce los conceptos para comprender la naturaleza de los diferentes tipos de entidades Explica la importancia de los Metadatos en el ambiente de la información electrónica y digital Se refiere a la estructura, esquemas y formatos utilizados en los Metadatos descriptivos Refiere algunos sistemas relacionados con la posesión, copyright y pago de patentes Señala la relevancia que tiene el proceso de intercambio de datos entre los sistemas Hace referencia a las distintas posibilidades de acceso a las entidades de información Las entidades Lenguaje de marcado Administración de la información Derechos, propiedad y autenticación de datos Interoperabilidad Recuperación de la información → → → → → Propuesta para organizar nuevas entidades de información 93 Las entidades de información La primera sección Las Entidades de información señala que el es- tudio de su naturaleza debe hacerse desde la perspectiva de la en- tidad y objeto de la información digital, ya que los elementos, partes y unidades en que se constituye un recurso pueden ser des- critos como un todo o como una parte del todo denominado enti- dad. El énfasis que merece la organización de las nuevas entidades de información es la posibilidad de representar todos sus elementos, debido a que cada uno de éstos se convierte en pieza fundamen- tal para relacionarse con otra entidad del mismo nivel u otro más amplio. Para describir una nueva entidad de información se requiere tener una noción amplia sobre sus propiedades, naturaleza y atri- butos, además de conocer los distintos principios y tipos de meta- datos que se emplearán para guiar la práctica descriptiva. Desde el punto de vista de los productores de los metadatos, las nuevas entidades de información deben representarse de acuerdo con: • Sus generalidades y los datos adicionales que sirvan para ad- ministrarle información a los catálogos. • La información que indique el uso de los datos, como son, por ejemplo, sus aspectos legales, su tamaño o la edad de los usuarios. • La historia de los datos, como puede ser la fuente original de los datos y cualquier transformación subsiguiente. • La información acerca del creador del contenido gráfico, tex- tual, auditivo, etcétera. • Los aspectos relacionados con otros recursos que están vin- culados, con anterioridad y posterioridad, a la versión actual. Casi todos los diseñadores de proyectos de metadatos coinciden en que las nuevas entidades de información están ligadas a tres Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 94 aspectos fundamentales: el soporte, el formato y el contenido. Un ejemplo cercano a esta apreciación es el escaneado y el almace- namiento de imágenes para uso digital, las entidades adoptan una serie de propiedades que mínimamente sirven como elementos bá- sicos para ser utilizados por los sistemas de recuperación de in- formación. El resultado de esta digitalización permite tener una apariencia física e intelectual del original; y quienes directamente conservan la copia física del documento; o quienes crean una copia digital del documento que desean conservar y resguardar con fines de pre- servación. La captura del documento se refiere al proceso de digitalización; es decir, al almacenamiento electrónico de la imagen a través de un medio óptico. Este paso o recorrido digital puede transcribir los signos (palabras, imágenes) con o sin formato, y dejar así una re- presentación electrónica que puede, o no, modificarse. Los signos electrónicos capturados se representan en un len- guaje de “negros y blancos” o de “0” (ceros) y “1” (unos) que repre- sentan complejamente el contenido de la imagen o texto copiado, proceso que se conoce como Bitmap o mapa de bits,1 y que es la representación de una imagen de video almacenada en la memo- ria de la computadora por un conjunto de bits. Así, la captura se hace por medio del escaneo digital, el Reco- nocimiento de Caracteres Ópticos (OCR), el Reconocimiento de Ca- racteres Internos (ICR), el Reconocimiento de Caracteres Inteligentes, el Reconocimiento de la Página, el Recifrado del Texto y el bus de mejoramiento o expansión de la imagen. Además, al constituirse una nueva entidad de información se si- guen ciertas divisiones que coinciden con los formatos, estructu- ras y modelos de metadatos en los que se distingue cada sistema de recuperación de información. Las nuevas entidades de información... 1 Bryan, Pfaffenberger. op cit, p.54 95 Lenguajes, códigos y formatos Esta segunda sección explica la influencia que tienen estas ins- trucciones al construir las nuevas entidades de información y di- señar los sistemas de recuperación de información. La exigencia de estudiar los metadatos sin partir de estas ini- ciativas provocaría conflictos en su aplicación. Los metadatos se presentan como un sistema complejo que requiere una inversión en aspectos tecnológicos como la selección de plataformas y pro- tocolos internacionales de almacenamiento y recuperación de in- formación. Los lenguajes de marcado permiten que cada parte de la enti- dad de información pueda ser dividida, a su vez, en partes o pie- zas lógicas. Varios pueden ser los lenguajes de marcado que sirvan para definir la estructura de las entidades de información, entre los cuales se encuentran los llamados Esquemas XML (eXtensible Markup Language), que es un subconjunto del SGML, los Esquemas HTML, y otros más que están orientados a la descripción formal y del contenido de las entidades. Es decir, estos lenguajes de marcado son aquellos que permiten identificar las piezas lógicas que inte- gran el conjunto de la entidad y describen el contenido y que nos sirven para preparar las unidades lógicas que deberán ser almace- nadas y recuperadas. Las partes, es decir, los elementos en que se subdivide cada en- tidad de información pueden incluir otros elementos más especí- ficos que, en términos del lenguaje de marcado, se identifican como atributos. Estos atributos sirven para establecer las relaciones inter- nas o externas entre las entidades, de tal modo que resulta elemen- tal conocer el tipo de entidad para establecer las conexiones con las partes que la constituyen, eso que en esta investigación sobre las nuevas entidades de información se ha denominado como la unidad básica de la información. Para que una nueva entidad de información sea registrada como tal, deberá, en primer lugar, cumplir con los requerimientos técni- cos establecidos por los lenguajes de marcado, y en segundo ten- drá que determinar el nivel de identificación que deba ser aplicado, Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 96 es decir, la especificidad del detalle que deberá incluir la descrip- ción para ser conveniente y poder recuperar los datos. Finalmente, los cambios en los patrones de versión de la entidad de informa- ción son también aspectos clave para determinar los metadatos que deberán emplearse para almacenar y recuperar los datos, y decidir si un documento está bien formado y estructurado, o si se ajusta a la sintaxis de, por ejemplo, XML o a la lógica de cualquier otro lenguaje de marcado. Claramente varios de los requerimientos técnicos planteados por los lenguajes de marcado le han dado una apariencia completa- mente nueva a los formatos de las entidades de información. En consecuencia la iniciativa de los metadatos será determinante para organizar los datos de las nuevas entidades. Los lenguajes de codificación se emplean para perfeccionar la utilidad de los datos que proporcionan las estructuras de los len- guajes de marcado al describir los datos de la entidad. Es decir, los metadatos pueden crear al mismo tiempo un objeto digital (entidad de información) y los elementos (campos o Meta etiquetas) que se relacionan con los datos del creador, los cuales suelen almacenarse y posteriormente facilitar la recuperación de la entidad. El problema principal que se observa sobre los lenguajes de marcado y codificación es básicamente su naturaleza, porque son lenguajes producto de una compleja interrelación entre la tecno- logía y los códigos de comunicación que usa esa tecnología de la información. En la estructura de cada lenguaje pueden encontrarse elementos que difícilmente son observados a través de, o con los medios convencionales de la comunicación. De ahí que se consideren tres niveles de complejidad. El primero es un formato simple en el cual los metadatos no son más que los datos desestructurados que existen dentro de la entidad de infor- mación. El segundo nivel son formatos estructurados, los que incluyen el conjunto de elementos formales establecidos por los metadatos, los cuales contienen esquemas básicos creados para usarse de ma- nera general, por ejemplo, los elementos del Núcleo de Dublín. El tercer nivel de complejidad es el formato rico en descripción, Las nuevas entidades de información... 97 aquél cuya naturaleza puede combinar los elementos de los meta- datos por medio de estándares y esquemas de codificación. Finalmente están los formatos, esquemas o estructuras de me- tadatos que son las unidades básicas de los metadatos, porque de- limitan las categorías individuales o campos que le dan cabida a cada una de las piezas de descripción de la entidad de información. El Núcleo de Dublín es el ejemplo que actualmente tiene mayor re- conocimiento en la comunidad bibliotecológica. Este esquema ha sido diseñado para cumplir con las especificaciones de información de una comunidad en particular, de ahí que varíen es su constitu- ción, cantidad de elementos y en el uso de los campos obligatorios y los optativos. Administración de la información con metadatos descriptivos La tercera sección Administración de la información explica por qué las metadatos descriptivos son indispensables para normali- zar las nuevas entidades de información. Aquí se reflexiona sobre el ciclo de vida que tiene la entidad de información capturada, usada, revisada, preservada y que está accesible a corto, mediano o largo plazo. Los metadatos descriptivos son, a nuestro juicio, la parte funda- mental para organizar las nuevas entidades de información, porque con ellos se puede identificar la naturaleza, el contenido y cada una de las partes que integran una entidad. Son estos metadatos los que nos permiten representar los datos y las características del objeto de información digital. Con los metadatos descriptivos se crean registros sustitutos de las entidades de información. Y estos registros caracterizan, en el sistema de recuperación de la información, los elementos consti- tutivos de las entidades. Surge entonces la pregunta ¿qué elementos de la entidad de in- formación son los que se describen? Desde el punto de vista de los metadatos descriptivos, los elementos que se describen son todos aquellos que permiten distinguir una entidad de otra, por eso es Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 98 que este tipo de metadatos se vuelve la pieza fundamental para los sistemas de recuperación. En bibliotecología, los metadatos descriptivos que se han em- pleado son los Esquemas de metadatos para Describir Objetos (MODS, por sus siglas en inglés) así como el Núcleo de Dublín. Una razón importante del surgimiento del MODS y del Núcleo de Dublín fue facilitar la búsqueda de información relevante que po- seían los recursos electrónicos, algo que desde 1995 se ha des- arrollado de manera exponencial y que trata de describir con base en las prácticas comunes de la catalogación, ha demostrado ser una mala opción. Por ello el desarrollo de opciones automáticas, como los metadatos descriptivos asociados a las entidades de in- formación, parece ser la forma más apropiada para extraer los datos informativos que servirán para describir un objeto infor- mativo. La elección del metadato dependerá de las respuestas que se quieran ofrecer por lo que se refiere al qué y al quién accederá y usará las nuevas entidades de información. Por ejemplo, si las en- tidades se encuentran disponibles en una Intranet, bastará con des- arrollar metadatos descriptivos y técnicos. Pero, sí estas entidades de información se distribuyen en una red nacional e internacional, entonces los requerimientos de estandarización de los metadatos serán mayores y su control de calidad más estricto. Desde un punto de vista técnico, la determinación de un es- quema de metadatos descriptivos tendrá relación con la granula- ridad; o sea, la cantidad de detalles que se quieran capturar y representar en el registro. Como se menciona en párrafos anteriores (Cfr. pp. 96-97) hay di- versos esquemas de metadatos que responden a la descripción ge- neralizada de las entidades de información, así como otros que pueden usarse en dominios específicos que amplían las posibili- dades de descripción. Por lo tanto la mejor sugerencia es que antes de iniciar algún proyecto de organización sobre nuevas entidades de información se analice primero el tipo de entidad, la comunidad y los fines que se quieran alcanzar con el sistema de recuperación de información. Las nuevas entidades de información... 99 De ese modo la institución interesada en crear registros de me- tadatos para las nuevas entidades de información, por ejemplo la biblioteca, deberá elaborar un registro descriptivo que esté de acuerdo con los metadatos seleccionados, y proporcionar las rela- ciones dinámicas que vinculen el registro con el objeto informativo. Para tal efecto deberá desarrollar una plantilla o modelo con todos los elementos requeridos por el registro; los cuales son no sola- mente los requerimientos del metadato descriptivo sino aquellos correspondientes a los aspectos técnicos, administrativos o espe- cíficos para cada comunidad o institución. Es pertinente mencionar que en las bibliotecas la recomenda- ción que se hace es acercarse a la práctica descriptiva con están- dares para metadatos como el Núcleo de Dublín, TEI, o MODS, entre otros más, todos ellos accesibles a través de la Web. No está de más señalar que una tendencia del siglo XXI es enca- minar todos los procesos de descripción de los esquemas de me- tadatos con el firme propósito de facilitarle al usuario final, la comprensión y el acceso a las entidades en formato físico y elec- trónico respectivamente. Ejemplos de lo anterior son las iniciativas como RDF, Open Archive Initiative (OIA) y la Web Semántica. Uno de los aspectos relevantes sobre este asunto de los meta- datos descriptivos tiene que ver con la siguiente pregunta ¿quién crea los metadatos? Y existen varias respuestas, que dependen del campo o disciplina en donde se encuentre uno localizado. En nues- tro caso el bibliotecólogo profesional debe ser quien se encargue de esta actividad, porque tiene los conocimientos necesarios para iden- tificar el proceso de automatización que sigue una base de datos. Cabe mencionar que los proyectos de metadatos de mayor éxito en el ámbito mundial han sido desarrollados por bibliotecólogos porque éstos cuentan con la experiencia, tiempo y habilidades ne- cesarias para crear un metadato apropiado para una comunidad de usuarios y un tipo de entidad de información. Además, porque conocen la importancia que se debe tener para racionalizar los re- cursos humanos, financieros y económicos. Por otra parte si la institución no cuenta con bibliotecólogos profesionales, los proyectos e iniciativas de metadatos han des- Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 100 arrollo los medios (tools) y las instrucciones necesarias para crear: 1. Las estructuras de metadatos. Es decir, la generación de for- matos con sus respectivos elementos, atributos y valores. 2. Las instrucciones de marcado. Las cuales incluyen los len- guajes de marcado como parte final de la traducción de un metadato. 3. Los medios de extracción de datos. Los cuales se crean auto- máticamente para analizar los recursos de información. 4. Los medios e instrucciones de conversión. Consistentes en la traducción de un formato de metadatos a otro. Por ejemplo, el análisis de similitudes de una etiqueta con otra en diferentes estructuras de metadatos. En suma, la creación de los registros descriptivos con esquemas de metadatos depende de las particularidades de cada modelo y de quien establezca todas las directrices, normas y reglas para des- cribir las nuevas entidades de información. Así la operación de estos modelos todavía requiere de la intervención humana en cier- tas partes del engranaje de las estructuras de los metadatos. Recuperación de la Información La cuarta sección, Recuperación de la información, señala que el acceso a los contenidos de las entidades de información puede re- alizarse por medio de los vocabularios controlados, la indización, las taxonomías y lo más reciente, los motores de búsqueda. Se ar- gumenta aquí que tanto la descripción como la recuperación de la información de las nuevas entidades de información están pro- fundamente relacionadas en el ambiente de la información digital, puesto que las estructuras y modelos de metadatos se relacionan automáticamente para generar un diccionario de datos, el cual ser- virá para crear un acceso directo o indirecto a las partes compo- nentes de una entidad de información. A propósito cabe recordar que los metadatos tienen la intención de definir y estructurar los elementos que aseguran la operación Las nuevas entidades de información... 101 de un sistema de información, y lograr un uso eficiente y eficaz de las entidades; en consecuencia, conviene tener en cuenta que mien- tras más estructurados sean los metadatos, más claro será el em- pleo de los componentes del sistema. El diccionario de metadatos estará constituido por los elementos clave que se representarán, de modo tal que el metadato quedará conformado por las categorías, los tipos y los campos. • Las categorías. Son aquellas que permiten la identificación de los metadatos empleando, por ejemplo, metadatos adminis- trativos, descriptivos, técnicos, analíticos, etcétera • Los tipos. Corresponden a las entidades de información que re- presentan datos textuales, numéricos, alfanuméricos, gráficos o de instrucciones. Aquí es donde las entidades se vuelven rele- vantes porque son consideradas como objetos informativos, los cuales pueden ser identificados, descritos y procesados. • Los campos. Están constituidos por los atributos del contenido de una entidad, por ejemplo, el autor (creador), el título, la pa- labra clave o las relaciones con otras entidades. Cabe mencionar que los elementos del diccionario de metada- tos jugarán un papel diferente dependiendo del contexto en que se ubiquen. Es decir, en algunas ocasiones podrán ser atributos, tipos o valores de una entidad, y otras podrán ser entidades que tengan sus propios tipos y atributos. En definitiva cada institución deberá buscar el metadato des- criptivo indicado; es decir, el modelo que cumpla con la estructura de los datos y el tipo de entidades de información que se desea re- presentar. Por ejemplo, el esquema del metadato puede generarse para di- versos propósitos, los cuales serán soportados por varios principios fundamentales, como los establecidos por la Indecs,2 que señala que un metadato bien estructurado debe tener lo siguiente: Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 2 Annemeike de Jong, Los metadatos en el entorno de la producción audiovisual. México: Radio Educación, 2003, pp. 13-14. 102 • Independencia respecto de las aplicaciones. Esto es, que cual- quier estructura debe ser independiente de cualquier aplica- ción o plataforma técnica. • Modularidad. Es decir, que una estructura de metadatos puede ser vista como un conjunto combinado de módulos de meta- datos producidos en diferentes lugares y con propósitos dis- tintos. • Identificación única. Todos los elementos deben ser identifi- cados y reconocidos dentro de un espacio. • Granularidad funcional. Sólo en caso necesario deberán identificarse las partes y las versiones del objeto informativo digital. • Designación de autoría. Se deben proporcionar los mecanis- mos para declarar la autoría y la veracidad de la autoridad de cualquier elemento del metadato. • Acceso adecuado. Que consiste en permitir el acceso con pri- vacidad y confidencialidad para los datos dentro del entorno donde se encuentre el metadato, y aquellos en los que no se encuentren sus propietarios. Es decir, se debe asegurar el de- recho de autor manifestándolo de una manera visible en el metadato. Es preciso señalar que el desarrollo del tema, recuperación de la información, no es tratado exhaustivamente, lo que se quiere mostrar en esta sección es la relevancia de la recuperación de la in- formación, después de que cualquier nueva entidad ha sido iden- tificada y descrita. Con ese propósito en mente parece conveniente resaltar algunas conclusiones. La recuperación de la información se ha visto favorecida por sis- temas y mecanismos muy efectivos que le permiten responder el asunto de la falta de precisión y baja relevancia en la obtención de datos en Internet y el Ciberespacio. Esta situación se debe en gran medida a que el uso de metadatos permite la descripción del con- junto o las partes de las entidades de información, siendo en la mayoría de los casos la segunda opción la más recurrida. La relación recuperación-entidades simboliza la diada más común Las nuevas entidades de información... 103 en los sistemas de información. Existen evidencias de que esta re- lación afecta no sólo a los usuarios, sino también al desempeño de los mecanismos de búsqueda. Es decir, la correspondencia es tan fuerte que los lenguajes de marcado y los modelos de metadatos establecen el control del vocabulario, los términos en los índices y las categorías en las taxonomías; estas últimas, también conocidas como sistemas de control de contenidos. En términos generales se puede afirmar que en la recuperación de la información, un mismo concepto no emplea las mismas pa- labras para expresarse y una persona no busca un concepto que considere que es el mismo que se identifica con otras palabras. De ahí que el control de los vocabularios, los sistemas de clasificación y los motores de búsqueda (como son los spiders, crawles, robots y rankings) sean realmente útiles para acceder a los datos de las entidades de información. Una de las formas para acceder al contenido de las entidades es por medio de una estructura temática, la cual puede ser un voca- bulario un índice o una categoría. Dependiendo de su composi- ción y del modelo estructural (jerárquico, arbóreo, facetado, etcétera) orientado al sistema de navegación, organización y bús- queda de contenidos, el usuario podrá, en primer lugar, seleccio- nar la entidad de información, y en segundo transitar dentro del contenido de la entidad, de la Internet y del Ciberespacio. Por ejemplo en el proceso de creación de vocabularios, Taylor3 indica que hay cierta dificultad verbal que complica su trato. Exis- ten tres tipos de esos vocabularios controlados que son conocidos por la mayoría de los bibliotecólogos: las listas de encabezamien- tos de materia, los tesauros y los sistemas de clasificación. No se justifica que nos refiramos descriptivamente a esos tipos de vocabularios, lo que interesa es mencionar la aplicación que tienen en la recuperación de las nuevas entidades de información. A ese respecto puede observarse que algunos de los elementos de descripción, como el título, tema, resumen y creador, se emplean para acceder al contenido de las entidades. Así, de acuerdo con el Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 3 Arlene Taylor, op. cit. pp.262-271. 104 campo seleccionado se inicia el control terminológico para repre- sentar el contenido temático. Si bien los vocabularios controlados han jugado un papel pro- tagónico en la recuperación de la información, la pregunta que surge es ¿los vocabularios controlados son lo más apropiado para recuperar el contenido de las nuevas entidades de información? Diversas pueden ser las respuestas, pero no corresponde a esta in- vestigación dar una respuesta afirmativa o negativa. En todo caso el señalamiento que se hace es que los vocabularios controlados fueron, en los inicios de la recuperación de información electró- nica, los más demandados y sin embargo hoy se ha constatado que no son las formas más viables: en primer lugar porque la elabora- ción de los vocabularios controlados es muy costosa, razón por la cual se hacen grandes esfuerzos por encontrar las vías necesarias para automatizar sus procesos. Y en segundo lugar porque la re- presentación de las nuevas entidades de información exige que los contenidos se puedan relacionar consistente, oportuna y comple- tamente, y que al mismo tiempo su acceso pueda hacerse de la manera más concisa posible; esto es, que responda a la siguiente pregunta ¿cuál es elemento más significativo de una entidad de in- formación para ser recuperada con base en ese elemento? Finalmente, el o los términos deben adecuarse a las necesidades del usuario; es decir, acercarse más al lenguaje natural, lo que hace que el control del vocabulario deba entenderse como un sistema de comunicación diseñado de tal manera que todos los niveles de usuario encuentren lo que necesitan. Las taxonomías o sistemas de control del contenido y los sistemas de clasificación son las otras formas que existen para recuperar información. Una taxonomía puede también emplearse para clari- ficar la organización de las entidades de información dentro del en- torno específico, como son los sitios Web. Una de sus características es que las taxonomías pueden establecerse de manera manual o au- tomatizada, está última se hace por medio del reconocimiento de las palabras claves dentro del texto. Es posible que en la literatura especializada sobre la recupera- ción de la información se encuentre una relación entre taxonomías, Las nuevas entidades de información... 105 sistemas de organización de contenidos, sistemas de clasificación y ontologías; es decir, que se utilicen como palabras sinónimas. Sin embargo hay algunas distinciones que pueden favorecer las di- ferencias entre estos términos. Por ejemplo, el tesauro está normalmente constituido por voca- blos que representan un concepto simple, y su arreglo es alfabé- tico para su fácil organización. En tanto que las taxonomías y sistemas de clasificación4 se ordenan por grupos de entidades o clases, de acuerdo con una serie de principios que se refieren a la distinción relativa de cada concepto. Según Centelles5 la taxonomía no exige que sus componentes estén conectados mediante un tipo específico de relaciones; sim- plemente se requiere que sus componentes estén organizados. Al analizar las diferencias que distinguen a los sistemas de cla- sificación de los sistemas de categorización, se observa que la agrupación de las propiedades y las formas de interacción que ca- racterizan a cada una revelan que hay contrastes fundamentales respecto a la estructura, divergencias que influyen en los sistemas de información y contribuyen a determinar las variables en el en- torno de la organización. Por otra parte las taxonomías que se encuentran en el entorno de la web pueden clasificarse, de acuerdo con Centelles,6 en tres grandes tipos: de exploración (browsing) de recuperación (sear- ching) y de filtraje (filtering) Los sistemas de recuperación por medio de exploración les ofre- cen a los usuarios una estructura organizada de categorías, en las que se incorporan los recursos de información y varios mecanis- mos de navegación. Para realizar una búsqueda, los sistemas de recuperación de in- formación ofrecen la posibilidad de crear una ecuación de acceso Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 4 Elin K. Jacob, “Classification and categorization: a difference that makes a dif- ference”, en Library trends. 5 Miquel Centelles. “Taxonomías para la categorización y organización de la in- formación en sitios Web”, en Hipertext.net, Núm. 3, 2005, http//hipertext.net (consultado: 12 may, 2007). 6 Ibidem 106 a partir de una palabra o combinación de palabras. Estos sistemas se caracterizan por la precisión en la localización de una entidad de información conocida en tiempo real. Finalmente los sistemas de recuperación por medio de filtraje le otorgan al usuario la posibilidad de crear y declarar un perfil de su necesidad de información, y le permiten recibir una respuesta au- tomática al cumplirse un plazo determinado o cuando el sistema identifica toda o parte de la entidad de información relevante. En resumen, la recuperación de la información por vía de los sistemas de clasificación y aquellos otros sistemas de organización de contenidos son muestra de una buena capacidad para encontrar una respuesta a la creciente necesidad de contar con formas más efectivas que faciliten la localización de los nacientes formatos o las innovaciones técnicas de las nuevas entidades de información y modelos de metadatos. El último asunto a tratar sobre la recuperación de información se relaciona con los motores de búsqueda como son los spider, cra- wlers, robots y rankings Estos métodos de acceso al contenido se han desarrollado en función del avance obtenido por las propias estructuras y modelos de metadatos. Su aportación directa está en las formas de recuperar los diferentes tipos de entidades, las cua- les pueden incluir texto, multimedia e imágenes gráficas, y explo- rar algunas de las técnicas que envuelven el trato de estas nuevas formas para representar la información. En otras palabras, estos metadatos son los más idóneos para organizar y recuperar infor- mación. La interoperabilidad La quinta sección Interoperabilidad señala que cada institución tiene lenguajes propios de comunicación, conocidos como jergas, que son difundidos y utilizados por las personas que integran la comunidad. De la misma manera los metadatos establecen una jerga que permite identificar los términos empleados para comu- nicar a las personas con las indicaciones de los sistemas y progra- Las nuevas entidades de información... 107 mas de cómputo. En su entorno, cada institución establecerá la jerga que deberá emplearse con respecto a los metadatos, la cual adquirirá distinto significado en cada comunidad. Frente a las diferentes interpretaciones y significados de térmi- nos comunes que pueden surgir al emplearse los metadatos, se llegó al acuerdo de usar el modelo definido como interoperabili- dad, el cual se constituye por los tres requisitos siguientes: se- mántica común, convenios estructurales y sindicación o agrupación de datos para el intercambio de las descripciones del recurso. La interoperabilidad permite que la información organizada apa- rezca en un contexto dentro de la manera más automatizada posible y está integrada por dos elementos básicos que son los estándares de intercambio de datos y la parte semiótica del metadato. Hay enfoques que sostienen que la interoperabilidad debe di- rigirse hacia el almacenamiento de los datos de una manera es- tandarizada. Otros enfoques argumentan que dos sistemas son in- teroperables si el usuario de un sistema puede acceder de una misma manera a los recursos o funciones de otro sistema. La importancia de la interoperabilidad es garantizar que los datos de las nuevas entidades puedan ser usados por distintas co- Propuesta para organizar las nuevas entidades de información Descripción de datos METADATOS EN DIFERENTES CONTEXTOS Entidades de información RFC: JGS631303 CURP: Libros ISBN: 978-16-234X Título: XXXXX Creado: 01092006 Autor: ARG Versión: 2.31 Tamaño: XXXX Lugar: ZZZZ Peso: YYYY Descripción de servicios Personas Servicios WEB SQL tablas y etiquetas Registros Documentos Objeto 108 munidades de acuerdo con los intereses de cada una de ellas; y que la interoperabilidad funcione eficazmente cuando se hagan inter- cambios entre sistemas y redes de información. También es im- portante porque contribuye al desarrollo de formatos estándares y comunes para expresar los datos, así como para trasladarlos de un formato a otro. La mejor solución sería que la interoperabilidad pudiera generar diversos protocolos e interfaces que determinaran su funciona- miento, y que crearan reglas que respondan a los aspectos semió- ticos y los estándares del intercambio de datos. La parte correspondiente al significado común se refiere a aque- llas reglas que cubren cuatro aspectos diferentes: la semántica, la sintaxis, la estructura y la pragmática. Estos cuatro elementos son propios de los sistemas, y en consecuencia podrán ser leídos por una máquina. Por lo que se refiere a la semiótica, ésta se logra a través de acuer- dos contenidos en los estándares de descripción. Cada elemento y campo tiene un único significado y todos los signos determinados en un campo deben tener una sola interpretación. En lo concerniente a la sintaxis, ésta proviene de la propia es- tructura de los metadatos; es decir, indica cómo se hace el mar- cado y las etiquetas que pueden intercambiarse y compartirse con otras aplicaciones, y que de una manera sencilla determinan las reglas para la codificación. En cuanto a la estructura, ésta especifica el uso de los esquemas semánticos, su definición, valores, posicionamiento, relaciones y restricciones. Una estructura puede manejar diferentes lenguas. Finalmente, lo que resuelve la práctica es el efecto que tiene la información y el modo en que ésta está organizada. Como se ha mencionado, el desarrollo de los estándares de metadatos adquiere distintos fines según la comunidad que los use. Es así como la prác- tica resolverá la manera en que reaccione el sistema frente a una determinada norma, signo o procedimiento. La simplicidad que bus- ca un estándar es asegurar que los miembros de una comunidad puedan emplear con un esfuerzo mínimo el estándar. Es evidente que el papel que juega la interoperabilidad está de- Las nuevas entidades de información... 109 terminado por el número de registros y el mapa crosswalk dispo- nible para hacer entendibles los metadatos, y permitir la selección de aquellos que son apropiados para cada caso en las diferentes ac- tividades o dominios; por ejemplo, la música, los videos, los libros, las imágenes digitales, las publicaciones electrónicas. Por otra parte dentro de la estructura de metadatos es necesa- rio referirse a los estándares de intercambio de datos, también co- nocidos como los modelos de metadatos, los cuales tienen una sintaxis propia, la cual, por lo tanto, posee algunas características similares a las de los lenguajes de marcado como es el caso del XML. Una de las ventajas de usar los modelos de metadatos es que se trabaja con estructuras comunes, por citar algunos ejemplos, con el XML o el RDF. Otra ventaja es que proporcionan un lenguaje común de lectura para las máquinas, el cual facilita el intercambio de datos entre sistemas y redes. Además, son modelos “neutrales”; es decir, no se establece una dependencia respecto del metadato que se utilice, lo que posibilita que cada comunidad defina su es- tructura propia. En consecuencia, al enfrentar el proceso de selección del modelo de intercambio de datos y de las nuevas entidades de información que deberán representarse, deberá considerarse el tipo de dato in- formativo predominante para que con ello se cumpla con la ma- yoría de las recomendaciones presentadas hasta el momento. Derechos, propiedad y autenticación de datos La sexta sección Derechos, propiedad y autenticidad de las enti- dades de información considera, de manera general, los aspectos relacionados con la seguridad de la información, el control de la autoría y la versión. Se hace mención a algunos de los sistemas que abordan el tema sobre la posesión del copyright y el pago de derechos. Esta sección, al igual que la relativa a la recuperación de la información, únicamente se incluye con el fin de no perder de vista los aspectos que son considerados para preservar la infor- mación digital. Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 110 Los derechos legales de las nuevas entidades de información son considerados en la propuesta debido a que son un asunto re- levante y valioso en el ambiente de la información digital. Los de- rechos legales como el copyright, la autenticidad de los datos y la administración de la propiedad, han cobrado importancia en el desarrollo de los metadatos porque una de las ventajas que tiene la digitalización es que las colecciones se abren a un acceso sin lí- mites. De ahí que los derechos legales sean los que funcionen como el medidor entre las propiedades de la entidad de informa- ción y las posibilidades de acceso del usuario final. Es preciso mencionar que los derechos legales son tratados con amplitud en la justificación de los metadatos administrativos y téc- nicos, asuntos que merecen ser tratados más ampliamente al mo- mento de crear un repositorio digital. Sin embargo desde el punto de vista de los metadatos descriptivos el asunto es de interés por- que el registro que representa de la nueva entidad tome en cuenta las indicaciones contenidas en los mecanismos de recuperación de la información, con el fin de que los datos sean intercambiados entre los sistemas. Las nuevas entidades de información... • Usar en intercambiar datos • Multiplicar, modificar e intercambiar Pero se pueden • Las tienen para intercambiar • Dentro del grado de su conocimiento ponen a disposición su información • Transfieren, pero sus EI son inestables y carecen de algún control o requerimiento de arbitraje y calidad • Quienes las resguardan e intercambian • Quienes ofrecen servicios de información especializados • Quienes por medio de un proceso de control de calidad, tratan de estabilizar los datos y evitar riesgos en el acceso y uso global de la información Las personas Las instituciones ¿Quién posee las entidades de información? 111 El copyright, la autentificación y la administración de la propie- dad intelectual son valiosos para la descripción, porque se em- plean para asignar una relación entre las partes componentes y el conjunto de datos de las nuevas entidades de información. El copyright, por regla general, establece la relación que tiene que ver con los derechos de autor de las obras originales literarias, musicales y artísticas. En el ámbito digital, lo que se recomienda es que se agreguen los datos legales en la primera copia que se tenga del original de la obra, de tal manera que las copias sucesivas cuen- ten con ese requerimiento. De acuerdo con Haynes7, los metadatos ayudan a balancear los intereses cuando hay conflictos entre las partes involucradas en la protección de la propiedad intelectual. Es decir, los metadatos ad- ministrativos le dan a la entidad de información un mecanismo de verificación que le asegura el usuario que los datos cumplen con todos los requerimientos de derechos y propiedad. Después de asegurar la propiedad intelectual, lo que interesa es asegurar la autenticidad del documento, autentificación que de- pende de las condiciones en que fue transferida la propiedad de la entidad. Por ejemplo al producir de documentos análogos8 (li- bros) para una versión digital encriptada solamente para ser leída sin modificación. En todo caso para garantizar la autenticidad de los sustitutos di- gitales,9 deberá tomarse en cuenta que los documentos originales carezcan de valor intrínseco; que el contenido informativo (y la apariencia física si fuera necesario) de los documentos haya sido capturado adecuadamente; que se cumpla con los requisitos lega- les, y que los medios para la recuperación y preservación de la imagen digital sean los adecuados. Propuesta para organizar las nuevas entidades de información 7 David Haynes, Metadata for information management an retrieval, London: Facet Publishing, 2004, p.119. 8 Idem. 9 IFLA, Guidelines for digitization projects for collections and holdings in the pu- blic domain, particularly those held by libraries and archives, (http://www.IFLA.org/VII/s19/sconsv.htm). 113 Conclusiones LOS RESULTADOS alcanzados en el desarrollo de la investigaciónnos permiten destacar las siguientes conclusiones: • El análisis realizado sobre el universo de las entidades que son objeto de estudio en la organización de la información permitió observar que, a través del tiempo, las entidades han evolucionado tanto en sus propiedades físicas como en las in- telectuales. De ser consideradas solamente como objetos tan- gibles con propiedades textuales, pasaron a ser identificadas como paquetes de información que, además de texto, pueden registrar sonido, imagen, video, etcétera. Ahora, con las parti- cularidades que ofrecen las Tecnologías de la Información y Comunicación, las nuevas entidades adquieren nuevas formas y formatos que, sumados a los anteriores, entrelazan cada ele- mento constitutivo para convertirse en entidades más diná- micas que interactúan con quien las usa y pueden distribuirse en el entorno denominado como ciberespacio. • Respecto a los problemas que se tienen para organizar a las nuevas entidades, se comprueba que presentan propiedades similares a los paquetes de información, solamente que los elementos diferenciadores son su intangibilidad, la rápida du- plicación y su dependencia total de la Tecnología de la Infor- mación y Comunicación; y la ventaja que tienen es que cuentan con dispositivos que permiten dividir la entidad en partes múltiples, de modo que cada parte toma su lugar como entidad en el sistema de recuperación de información. 114 • Se demuestra también que la agrupación por categorías de las nuevas entidades permite ubicar con más precisión los pro- blemas existentes con su naturaleza. Esto confirmó que hay una línea demasiado delgada entre las entidades de informa- ción análoga y las nuevas entidades, lo que representa una ventaja añadida a la hora de explicar las diferencias entre las posibles soluciones que existen para organizar su informa- ción. • En los últimos tiempos en el medio bibliotecológico se está asistiendo a grandes cambios estructurales que suponen transformaciones en sus principios, estándares y objetos de estudio, así como en las normativas que han sido creadas para organizar la información. Es por ello que el análisis sobre las disconformidades en cuanto a los fines y formas de las RCAA2 y los metadatos confirma el supuesto que señala que las nue- vas entidades pueden organizarse con iniciativas distintas a las que establece la descripción bibliográfica. • De este modo el resultado es que las RCAA2 son necesarias e indispensables para la descripción bibliográfica, mientras que los metadatos, iniciativa que no surgió directamente en el en- torno bibliotecológico, son considerados como la solución para organizar las nuevas entidades de información. • Los resultados obtenidos al analizar las diferencias entre las RCAA2 y los metadatos, confirman que uno de los detonantes para accionar los cambios en la organización de la informa- ción esta siendo el desconocimiento de la naturaleza de las nuevas entidades. Utilizando estos resultados es que surge la propuesta contenida como la aportación final de esta investi- gación. En líneas generales este trabajo logró responder a sus objetivos tanto generales como específicos porque obtuvo una serie de in- dicaciones y recomendaciones que ayudaron a comprender mejor la naturaleza de las nuevas entidades; por qué y cuándo emplear los metadatos, así como establecer las generalidades para des- arrollar los actuales sistemas de recuperación de información. Las nuevas entidades de información... 115 Finalmente y como se había planteado en la hipótesis inicial, los metadatos son la opción más apropiada para organizar las nuevas entidades. Para que se reafirme esta idea como una alternativa real sin embargo, es necesario que se dé una suma de circunstancias particulares, como el hecho de entender que las nuevas entidades tienen una dependencia total del desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Ha sido necesario descifrar la ecuación correspondiente a la posesión y acceso a la información intangible, y saber qué se debe entender acerca del rol que en esto han desempeñado las nuevas entidades de información para dise- ñar los actuales sistemas de recuperación de información. Conclusiones 117 Obras consultadas Andersen, Heine and Lars Bo Kaspersen, ed. 2000, Classical and mod- ern social theory, Massachusetts: Blackwell. Anglo-American cataloguing rules, Prepared under the direction of the Joint Steering Committee for Revision of AACR, 2nd ed, 1988 revision, Chicago: ALA. Arms,William Y., 2000, Digital libraries, London: The MIT Press. Asociación Internacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales, (en línea) (URL: http://iasa-web.org/index,htm), (consultado en abril de 2006). Ayer, F.H., “Time for change: a new approach to cataloguing concepts”, en Cataloging and Classification Quarterly, 28, núm. 2 (1999): 3-16. 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Las nuevas entidades de información... Las nuevas entidades de información analizadas desde la perspectiva de la organización de la infor- mación. La edición consta de 300 ejemplares. Cuidado de la edición, Zindy Elizabeth Rodríguez Tamayo. Formación editorial, Argelia Ayala. Revisión especializada, Francisco González y Ortiz. Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. Fue impreso en papel cultural ahuesado de 90 gr. en Producciones Editoriales Nueva Visión México, ubicados en Juan A. Mateos núm. 20, Col. Obrera, D.F. Se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2010.